Capítulo 4:La Fiesta

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Alina se bajó de la moto y fue a dejar el casco a la taquilla compartida que tenía con Shelley, no sin antes coger su mochila y el trabajo que sí que acabó.

Estaba caminando hacia clase, pensando en el día de ayer, quería encontrarse con Liah para hablar de todo lo que pasó, tenía muchas preguntas. Definitivamente sí que la gustaba su nueva compañera, la encantaba ver su pelo ondeando en su espalda mientras caminaba, se fascinaba mínimamente en como andaba, cada delicado paso que la hacían ver como una verdadera diosa para ella. Iba tan inmersa en sus pensamientos sobre Liah, que no se dio cuenta de que Shell la estaba llamando desde hace un buen rato.

-¡Ey! ¡Alin! Te llevo llamando desde el principio del pasillo, ¿Estás bien?

-Sí, todo bien ¿Por?- Shelley arrugó la frente.

-Sé cuando me estás mintiendo Alin. Puedes confiar en mí, ¿Lo sabes no?- Shelley tocó el hombro de Alina a modo de apoyo.

-Sí lo sé...-Justo sonó la campana que marcaba el inicio de su segunda jornada.-Te veo en música Shelley.- Alina abrazó rápidamente a su amiga y se fue directa a literatura universal.

Shelley sabía que Alina la escondía algo, y la preocupaba, siempre se habían contado todo desde que se conocieron, ¿Quizá Alina ya no confiaba en Shelley? Estaba rara desde ayer, y que hubiera vuelto a clase y a primera hora era un poco raro, hacía mucho que no hacía eso, seguramente sería por aquel chico que la gustaba se decía a si misma Shelley.

Llegó justo a tiempo a su clase de literatura, con su trabajo bajo el brazo, buscando a Liah con la mirada, pero, no la encontró, Aún así decidió dejar sus cosas en el mismo sitio de ayer. Empezó a llegar la gente, sin rastro de aquella chica. Se levantó de su sitio y decidió ir al baño a beber un poco de agua, cuando, por el camino se chocó con alguien. Por un microsegundo esperó que fuese Liah, repitiendo lo mismo que pasó hace unas horas- Ey, ¿va todo bien?- Le preguntó Héctor, uno de sus compañeros de clase. –Sí, sí, perdona- Se iba a ir, siguiendo su ruta inicial, cuando recordó que le vio sentado al lado de Liah cuando la acompañó al aula 08.

-Perdona, ¿Sabes algo de Liah? No ha llegado a clase.-Preguntó ansiosamente.

-Ehm...no, quizá llega tarde, no te preocupes.

-Okey, gracias Héctor.-Iba a seguir su camino cuando vió que estaba llegando su profesora a clase, así que entró, se sentó y sacó sus cosas.

Recogió los trabajos y les dejó algunos ejercicios en lo que ella corregía los trabajos. Alina sacó todas sus fuerzas, y fue a la mesa de la profesora, buscando respuestas.

-Hola profe, una pregunta ¿Sabe si le ha pasado algo a Liah Domenech?

-Verás Alina...Liah no va a venir en una temporada. –Alina se congeló por dentro. ¿Le había pasado algo grave? ¿Por qué no venía? Había ido a buscar una respuesta y se sentó con muchas más preguntas.

Acabaron las clases y las dos amigas se fueron a dar una vuelta antes de ir a sus respectivas casas. Se sentaron en un banco y Shelley empezó la conversación.

-Oye Alin...sé que no estás bien, ¿Qué pasa?-Alina miró a su mejor amiga completamente desesperada.

-Me gusta alguien. Creo. No lo sé en realidad. Sé que me preocupo mucho por ella y que me encanta todo lo que tiene que con Liah. –Shelley miró a los ojos de Alin.

-¿¡Te gusta Liah?! ¡¿La chica que se sentó a tu lado ayer?!-Shelley sonrió- ¡Pero eso es genial Alin! ¿Qué hay de malo?

-Ayer casi nos besamos. Pero...ella tiene novio. O eso me ha dicho.- Shelley se puso seria. ¿Tiene novio y casi besa a su mejor amiga? Quizá no quiere mucho a su novio.

Tras millones de preguntas de Shelley, y millones de respuestas de Alina, tras explicarla toda la situación de ayer a su amiga, y despedirse, cada una tomó su camino de vuelta a casa.

Por el camino Alina se replanteó escribirle algún mensaje a Liah, tenía su número gracias al grupo de clase, y así fue. La escribió un mensaje. Y otro. Y uno más. No contestaba, quería enviarla otro mensaje, estaba muy preocupada, pero tampoco quería parecer ansiosa, aunque era bastante obvio que lo estaba.

Llegó a casa, hizo el mismo plan del día pasado, pero estaba vez ni la ducha ni el paseo la relajó. Volvió a casa mucho más desolada de lo que salió, así que decidió llamar a su mejor amiga, ahora era ella la que tenía muchas preguntas.

Tras media hora de intensa charla, Alina tenía algunas respuestas. Mientras intentaba que entrara en su cabeza que es bisexual, Shelley habló:

-Oye Alin, me han dicho que hoy hay una fiesta de máscaras en casa de Hilary, y Anna no puede, ¿Quieres venir conmigo?- Anna era a pareja de Shelley desde hace 4 meses, la verdad es que me caía bastante bien, era muy mona.

-SI-respondió efusivamente Alina, sabía que una fiesta la sentaría muy bien.

Quedaron a las 11 en una calle antes de la casa de Hilary, un punto intermedio para las dos. Llegaron a la fiesta, y nada más entrar la anfitriona las obsequió con una máscara a cada una.

La fiesta iba muy bien, Alina había conocido a mucha gente. No sabía quiénes eran verdaderamente, pero la parecían personas muy agradables. Eso, o las bebidas que estaban en la barra de casa de Hilary eran muy buenas. Fuese como fuese, en un momento de la gran fiesta alguien gritó: -¿JUGAMOS A LA BOTELLA?-

Se colocaron todos los participantes en un círculo bastante amplio, entre ellos Alina, Shelley se había tenido que ir por una urgencia en su casa. En una de las rondas, a Alina le tocó besar a una chica con una máscara de dos plumas blancas. La verdad es que el beso la gustó bastante, se le hizo familiar.

El juego acabó, ya que mucha gente se empezó a ir, pero Alina sentía curiosidad por aquella chica de las dos plumas blancas. La buscó por toda la casa, y, al fin, la encontró.

Estuvieron hablando en uno de los sofás de casa de Hilary, y, poco a poco, volvieron a jugar a la botella, pero esta vez solo ellas dos...y sin botella. Alina y la chica misteriosa se quitaron las máscaras para estar más cómodas, todo con los ojos cerrados, para mantener el misterio. En un momento determinado Alina decidió abrir los ojos, saltarse las normas. Y se encontró a aquella persona que menos esperaba encontrarse en esa fiesta. Liah. Alina se levantó de aquel sofá, cogió sus cosas y se fue.

Se fue llorando, ni si quiera sabía muy bien por qué, había pasado lo que ella quería, poder besar a la chica que la gusta, pero no en esa situación, no después de todo.

Volvió a las 2 a casa, y se encontró con su hermano viendo una serie. Decidió hablar con él sobre el día de ayer.

-Oye Elián...¿Le dijiste algo a mamá?

-Nada de nada- Dijo sin mirar a los ojos de su hermana pequeña. Alina estaba sorprendida, su hermano le estaba cubriendo de algo que ni siquiera había pasado...bueno, mejor eso a que le diga una mentira, mamá se lo cree todo de Elián.

-Pero alguien ha llamado preguntando por ti, ¿Te digo el número?- Alina se extrañó, ¿Quién querría hablar con ella mientras no estaba? Justo en ese momento la llegó un mensaje a su móvil. Número privado. Decía así: -Te estuve vigilando en la fiesta. Ten cuidado- Alina se estremeció. -¿Alina? ¿Te doy el número o no?- Preguntó su hermano.

-Si por favor.

Alina apuntó el número y decidió hablarlo mañana con Shelley, sería una broma, así que se fue a dormir con la cabeza revuelta, entre Liah y el número desconocido.

La Mala Enamorada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora