Capítulo 8:EL plan

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Llegó la clase de dibujo técnico, una de las que Liah y Alina compartían. Se vieron antes de entrar a esa clase, pero no se dirigieron las palabras, aunque si las miradas. Se sentaron en su sitio, y Alina comenzó con el plan que había pensado antes de irse a dormir.

Cogió uno de los papeles que utilizaban para presentar sus trabajos, y comenzó a dibujar, detalle por detalle, a su compañera de mesa. La dibujó detalle por detalle, cada hebra de su pelo, cada marca que tenía en su cara. Cuando acabó, sacó un papel con varias líneas horizontales, y empezó a escribir con la letra más pura y limpia que pudo: Cuándo te vi por primera vez en nuestra primera clase, toda rojita como un tomate, me cautivaste como nunca alguien lo había conseguido. Tu pelo, reflejando que es el mayor puro mar mientras se ondea cada vez que caminas, cada vez que das un paso con aquellas piernas kilométricas, perfectas. Me encantaría besarte suavemente y decirte que todo está arreglado, pero no puedo. Citaré unos versos de uno poema: Pienso que no va a volver, y en ese fragmento es cuando cae de golpe, como un meteorito rompiendo mi mundo, porque piensas que ya es hielo pasado, que todo sigue borrado, pero no, sigue siendo un doloroso aforque, y mi cabeza es un completo boche [...]

Alina dobló el papel, lo guardó en un sobre junto a su dibujo, y lo guardó en su mochila, pensaba meterlo en su taquilla, siguiendo el juego que su verdadera amada había comenzado.

-¿Qué es?-Preguntó curiosamente Liah.-Nada importante.-Repuso Alina con una sonrisa.

Acabó la clase, y cada una fue por su lado, aunque Liah estaba un poco molesta porque sabía que la estaba dibujando, pero no dijo nada al respecto. Pasó una clase, completamente aburrida ya que no estaba Shell: Fundamentos del Arte. Siguiente clase, interpretación. Alina estaba bastante contenta con su trabajo en esa clase, estaba segura que eso era su vocación, interpretar un personaje la llenaba como nada lo hacía, poder encarnar un papel diferente cada semana la servía como desahogo personal. Primer recreo de la mañana, aprovechó para meter el sobre en la taquilla de Liah. Salió, y fue al bar de siempre, pero, esta vez, sin Shelley.

Entró al bar, pidió su café solo como siempre, fue a pagar antes de que se lo sirvieran, no quería ir con prisas como la última vez. Pero alguien se adelantó. –Cóbrame lo suyo también- Dijo alguien ofreciendo un billete a la camarera y señalando con la cabeza a Alina. Esta se giró, y vio a su amado pelirrojo. -¡Eric! ¿Qué haces aquí?- Dijo ella abrazándole.- Quería hacerte una visita...larga- Eric acercó a Alina a él.- ¿Te parece bien?- Alina habló- Me parece genial-

Alina cogió su bebida y se sentó en una de las mesas, Eric hizo lo mismo.

-¿Vas a volver a clase?- Dijo Alina

-Noup. Tiene una excursión los que van a Laboratorio, y son la mayoría, así que nos podemos ir los que no tengamos esa clase. ¿Y tú?

-Iba a hacerlo...pero ahora que has venido no voy a desaprovechar esta oportunidad.

-Bien- Dijo Eric a la vez que dejaba los vasos en la barra, y abría la puerta del bar para dejar pasar a Alin. –Usted primero, por favor-

Alina le pegó suavemente en el hombro-Idiota...-

Se sentaron en un banco a la sombra, y Alina habló. –Oye...gracias por lo del otro día-

-¿Por la perla? No es nada, te queda muy bien, y nunca está de más regalarle una perla a otra perla.

Alina se sonrojó y tocó su collar. –No, no me refiero eso...me refería a lo de Bruno...no quiero ni imaginarme lo que me hubiera pasado si no llegas a estar tú ahí- Los ojos de Alina empezaron a cristalizar.- ¿Y si ahora la toma contigo? ¿O con Shelley? ¿O con Liah? No me perdonaría nunca que él os hiciera daño...-Una traviesa lágrima resbaló por la mejilla de Alina.

La Mala Enamorada-Where stories live. Discover now