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La ventana desplomada del cuarto de sus padres no había sido reparada para cuando Jimin volvió a casa esa tarde. En su lugar, cartón había sido pegado con cinta sobre ella, y esperaba que la arreglaran para el día siguiente.

Sus padres no habían hecho ningún comentario sobre él estando fuera todo el día. Tal vez no habían notado su ausencia prolongada. O, viendo que Jimin pronto cumpliría veinte, era un adulto responsable, por lo que no se preocupaban si vagaba fuera.

Desde su cuarto en el frente de la casa, Jimin podía ver la playa. Podía ver toda la ensenada, excepto la piscina de rocas. Estaba en la agrupación de rocas en el pie del acantilado más cercano, demasiado lejos de costado, por lo que el sobresaliente terminaba bloqueándolo.

No durmió muy bien esa noche. Su mente estaba preocupada con otras cosas. 'Otras cosas' significando una sirena, o 'Yoongi' como se había hecho llamar. Jimin estaba inseguro sobre que pensar. Yoongi podría haber removido los ganchos restantes por si mismo. ¿Por qué necesitaba de la ayuda de Jimin?

Jimin había terminado pensando de más, y también restándole importancia, toda la noche. De seguro estaba dejando pasar algo.

La mañana siguiente, se despertó temprano, el sol saliendo de sus cortinas delgadas. Era el amanecer, y sabía que era la única persona despierta en su casa en ese momento. Rápidamente garabateó una nota y la dejó en la encimera de la cocina, diciendo que llevaría al perro a pasear para que pudieran resolver lo de la ventana.

El perro comenzó a saltar alrededor ansiosamente cuando vio la correa en las manos de Jimin.

Jimin estaba a punto de cerrar la puerta de la entrada, cuando tuvo un pensamiento repentino. Regresó a través de la casa hasta la cocina. Abriendo y cerrando todas las alacenas hasta encontrar lo que buscaba.

El kit de primeros auxilios.

No estaba seguro de si realmente ayudaría a Yoongi, pero merecía el intento.

Desató al perro de la perrera en el jardín y le puso la correa. Normalmente tenía permitido correr libre, pero durante la tormenta, uno de los paneles de la cerca se aflojó y voló lejos, así que ahora, tenía que permanecer atado a la perrera para evitar que se fuera lejos.

Mientras hacia su camino casualmente hacia la playa, descalzo, Jimin comenzó a pensar en si Yoongi seguiría allí. Podría haberse aburrido de esperar e irse, anzuelos y todo, o tal vez había tenido el valor de arrancarlos el mismo y nadar lejos.

Tal vez, muy en el fondo, Jimin deseaba secretamente que se hubiese ido, porque aún estaba aterrado de la criatura.

No había hecho ninguna de esas cosas, descubrió Jimin, cuando encontró a la sirena apoyada flojamente en la piscina de rocas. Cabeza reposando en un extremo, brazo echado sobre la orilla de las rocas, cola aleteando al otro lado.

Parecía estar durmiendo. Sus ojos estaban cerrados, boca ligeramente abierta. La sangre se había lavado de él. La marea alta había limpiado su pálida piel. Los cortes ya habían comenzado a sanar, sangre coagulada alrededor de las heridas. Pequeños moretones esparcidos en su piel, floreciendo oscuros y dolorosos en su cuerpo.

Parecía frágil en la pálida luz de la mañana temprana. Jimin sabia que aquello era falso, sin embargo, debido a que esta mañana su brazo había lucido sus propios moretones y marcas de punción en donde Yoongi había envuelto la mano. Tenía costras sobre las cortadas, pero algunas habían sangrado ligeramente. Jimin le había dicho a sus padres que había caído contra las rocas. Una mentira fácil.

Se acercó más, columpiando el kit de primeros auxilios en una mano, correa del perro en la otra.

Yoongi abrió un ojo.

Beneath the surface | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora