Capítulo II

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Han pasado más de dos semanas desde que mi corredor favorito entró en la tienda.

Él sigue sin notar mi diminuta existencia cuando pasa corriendo frente a la tienda todos los días.
Inclusive me he llegado a sentir estúpida por esperar verlo correr todos los días sin que él voltee a mirar en mi dirección.
Me saca de mis casillas el estar tan pendiente de alguien a quién no conozco y no sabe de mi existencia.

Por momentos olvido que su sombra me atormenta en cuanto me ocupo, o por lo menos de eso trato de convencerme pero es inútil.
Hasta he tenido el descaro de soñar con sus ojos, y sé que no controlo mis sueños al estar en estado de inconsciencia, pero yo creo que se debe a que pienso mucho en él.

Hoy es sábado, y mañana tengo libre pero quedé de verme con Liz para acompañarla al centro comercial y luego al cine a ver alguna película de la cartelera.
Me ha tocado quedarme a cerrar la tienda yo sola ya que Ricardo y Marisol salieron a celebrar su aniversario.

Lo último que me pidió Ricardo que hiciera es que sacara la basura al gran contenedor de reciclaje que hay detrás de la tienda, así que heme aquí, sacando toda la basura en el solitario callejón donde está el contenedor mientras canturreo para mí misma "Sunday Morning" que sale a través de los audífonos que traigo puestos.

Ya cerré la librería y estoy sacando las últimas dos bolsas y hechandolas al contenedor cuando escucho un tremendo estruendo sobre el ruido que provocan mis audífonos.

Extrañada, me quito los audífonos con el ceño fruncido y escucho de nuevo el estruendo haciendo que me sobresalte...

Un hombre entra corriendo por el oscuro callejón seguido por otros tres hombres.
Cómo primer reflejo, acato por ocultarme en uno de los costados del contenedor, inclinandome hasta hacerme lo más pequeña que puedo para no hacerme notar.

Lo primero que pienso es que quieren asaltar al primer hombre que entró corriendo y que los otros, están armados.
No puedo ni correr a la puerta trasera de la tienda. Ellos me verían y tendrían tiempo suficiente de llegar a mi mientras intento torpemente meter la llave en la cerradura y abrir la puerta. A como estoy, de seguro se me caerían las llaves. Así que, mejor me quedo aquí y le ruego a Dios que no se acerquen donde yo estoy oculta.

Cuidadosamente, asomo un poco la cabeza para ver lo que hacen...
Los hombres, que supongo están armados, están golpeando al primero, quien ahora está tirado en el suelo.
No le dan chance ni de meter las manos para cubrirse de los golpes y patadas que le dan.

Ésto es cruel e inhumano. No sé por qué no sólo toman sus cosas y se van, así podría ayudarlo.
El chirrido de unos neumáticos hace que me sobresalte nuevamente. Las luces de una camioneta negra alumbran todo el callejón y yo retrocedo para que no me vean en cuanto se detienen.

Lo siguiente que escucho son las puertas de la camioneta al abrirse y cerrarse.
Con mucho cuidado, vuelvo a asomar la cabeza y veo a otros tres hombres más acercarse al primero.
Lo que llama mi atención, es que a diferencia de los otros, estos vienen en traje entero, sofisticados y elegantes para estar en un sucio y mugriento callejón, asaltando a un solo hombre que no ha de tener muchas cosas de valor.
Apenas escucho lo que hablan entre ellos pero reconozco que no es español lo que hablan.

-¿Sabes por qué estás aquí?.-pregunta un hombre robusto con acento muy extraño al hombre que se haya casi inconsciente en el suelo, a lo que contesta solo negando con la cabeza.

-No debiste traicionarme.-habla con calma el hombre que está más atrás.
Es un poco alto, moreno y con aires de superioridad.
No hace falta ser un genio para saber que son extranjeros y que éste debe de ser su lider.

Cuando Decidas Amarme. ¡TERMINADA!. Onde histórias criam vida. Descubra agora