Capítulo XXVIII

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-¿Ella estará bien?.-pregunta una voz vagamente familiar.

-Sí. Solo fue una descompensación.

¿Y esa quién es?. ¿Por qué no puedo ver a nadie?.

-Por suerte la atrapé cuando se desmayó. Se hubiera llevado un gran golpe en la cabeza.-¿Collins?.

¿Dónde estoy?. ¿Dónde carajos está Breiden?. ¿Estaré soñando?. No, no lo creo, debo intentar abrir los ojos...

Poco a poco, y con mucha dificultad, abro los ojos.
Una luz encandecente hace que mis pupilas se dilaten antes de entornar la mirada.

-¡Ya despertó!.-una señora alrededor de los 50 años es la primera en aparecer en mi campo de visión.-Hola, cariño. ¿Cómo te encuentras?.-saca una pequeña linterna de su bolsillo e ilumina ambas de mis pupilas.

-Bien. ¿Dónde estoy?.-contesto tratando de enfocar la vista en algo que no sea la fastidiosa luz.

-Estás en la enfermería de la estación. Dime: ¿padeces de diabetes?.

-No.

-Excelente. ¿Recuerdas lo qué pasó?.

¡¡¡Breiden!!!.

-Quisiera que no.

Me siento sobre la dura camilla en la que estoy y me encuentro con la mirada preocupada de Collins y André.
Suspiro sonoramente y trato de tranquilizar y ordenar el tsunami de pensamientos que tengo en este momento. Sin embargo, es inútil. El hueco que siento en el estómago no me deja tranquila.

Bajo de la camilla de un salto y André me ayuda sosteniendo mi codo al ver que me tambaleo. Aunque era imposible no notar la mala mirada que Collins le brinda ante su gesto de amabilidad.

-¿Dónde está, Collins?.

-No lo sabemos aún. Estamos investigando.

-¿Investigando?. ¿Qué están locos?. ¡Deben salir y buscarlo!.

-Cariño, no deberías alterarte. Acabas de despertar de un desmayo. No sería bueno otro desequilibrio.

Ignoro a la amable doctora y enfoco mi ira en mi objetivo.

-¿Dónde está Henry?.

-Investigando. Está haciendo todo lo que está en sus manos, Pau. Debemos organizarnos ahora que el capitán no está. Debemos cuidarte y a los demás casos, y sumarle el buscar al capitán. Tenemos 48 horas antes de empezar a desesperarnos.

-¡Ay, por favor!.-me burló irónicamente-Desesperada ya estoy, Collins.

Salgo hecha una furia de la pequeña enfermería y comienzo a caminar por el laberinto de pasillos que ya se me hacen muy familiares, seguida de cerca por Collins y André quiénes no dejan de protestar por mi actitud, después de mi estúpido desmayo.

Llegados al salón de la unidad, me sorprendo al ver la locura en la que se ha sumido el salón. Inclusive, las personas se gritan y se culpan entre sí. Pero es tanto el bullicio que me es imposible formar una oración coherente.
Todos están reunidos en un círculo, y Henry está al centro tratando de ponerles atención a todos.

¡¿Qué carajos está pasando?!.

-¡Silencio!.-dice un señor ya entrado en sus años, y a su lado se encuentra Henry. Es canoso, tiene una barba corta, muchas arrugas y un enorme vientre.-Hay muchísimo desorden. A Breiden no le gustaría ver tal cosa en su unidad. Si queremos que el capitán aparezca, debemos movilizarnos con rapidez y ser cautelosos. Por un motivo la redada fue un fiasco, ellos los esperaban...

Cuando Decidas Amarme. ¡TERMINADA!. Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora