Capítulo 4

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Me vestí lo mejor que pude para la ocasión, llegué al biot a la hora punta, me pedí una copa y me senté a esperar a Mia.

Mia llegó a los diez minutos, iba guapisima, el pelo recogido en una coleta un vestido azul que dejaba al descubierto todos sus tatuajes en el que incluía uno nuevo que llevaba un "A", supongo que de su hija, lleavaba un bolso a juego con el vestido y unos zapatos a juego con el conjunto, se sentó se pidió otra copa y empezó a hablar.

-Alan, yo ahora tengo una familia, yo no estoy para tonterías, he venido aquí por ti para aclararte las cosas y la ciudad la he vuelto a pisar para ayudar a mi hermano con los hoteles.

-Mia yo no te he traido aquí para tonterías quiero saber que viniste a decirme a mi casa hace dos años, no quiero una mala relación contigo, simplemente quiero un verdad...

-Alan, esa tarde fui a decirte si te querías venir conmigo a París empezar de cero tu y yo donde nadie nos conociera e intentarlo juntos, pero lo mejor que hice fue no decirtelo.

-Mia, ¿Seguro que no venías a decirme nada más?

-Alan se por donde vas, África no es tú hija, no es hija de mi pareja pero tampoco tuya.

-Vamos Mía, si la niña es clavada a mi cuando yo era pequeño, no me digas gilipolleces Mia. -Le tendi una foto mia de cuando era pequeño.

Al verla mia se le llenaron los ojos de lágrimas pero no llego a soltarlas.

-Alan, no es hija tuya, es hija mia y ya esta.

-Mia, toma mi nuevo número de teléfono, ya no soy el idiota que conociste hace dos años he cambiado, te lo guardas y cuando quieras decirme la verdad me lo dices, ten por seguro que si África es mi hija, no oe va a faltar de nada por mi parte porque me has negado el derecho durante dos años a una vida a su lado, ¿Y que le has dicho a la niña? ,¿Que le piensas decir?, cuando crezca le diras que el capullo que tienes de pareja es su padre ¿No? Y cuando acabes el trabajo te la llevarás negandome derechos otra vez, sincerate de una puta vez Mia.

Cogí me levanté de la mesa del biot y me fui dejando a Mia sola y con el papel de mi número de teléfono en la mano mientras lloraba.

Cogí el coche me seque las lágrimas y llame a Ainhoa una de mis chicas.

-Princesa, pasate por mi casa te invito a cenar.

-Vale mi rey.

Cuando llegué a casa Ainhoa me estaba esperando en la puerta, era rubia de mediana altura, el pelo largo con rizos y ojos color miel, era guapa pero yo tampoco quería una relación sería con ella.

Pasamos a casa y Ainhoa se sento en el sofa yo prepare la cena, la hice bonita, con velas y un buen pollo asado, cuando acabamos de cenar empezamos a darnos besos, subimos a mi cuarto y los besos acabaron en la cama y por todo el cuerpo, cuando acabamos la invite a pasar la noche conmigo y que se quedara a dormir esome evitaría pensar y distraerme con el tema Mia hasta el día siguiente.

Mia: ¿Los finales felices existen?Where stories live. Discover now