Capítulo 20

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" Valdemar se prepara para dormir en lo de Hans, otra vez. Sueña con cuervos volando en un vasto cielo azul. De la nada estos comienzan a incendiarse. Caen al suelo y escucha una voz que lo llama por su nombre"

 Se paró en frente del cuartel para contemplarlo mejor. De gigantesca forma rectangular, teniendo columnas que sostienen una especie de techo sobre el piso inferior; cantidades de ventanas tapadas por rejas negras era impresionante, teniendo almenas cuadradas donde perfectamente se podían poner  cañones en caso de emergencia. Las paredes son de un mármol de color blanco tirando a amarillo, con algunos reforzados de ladrillos del mismo color. Estaba maravillado por tal fortaleza, en medio de la calle.

- Vendré aquí seguido- Pensó alejándose de allí.

Camino por la calles, intentando recordar el camino a la colina del palacio. Un ruido extraño lo puso a alerta. Era como un temblor sobre algún metal. Intento escuchar de donde provenía. Venia de adelante.

Había una de aquellas tapas de las cañerías en el suelo, tambaleándose de forma abrupta. Repentinamente sale volando por los aires y de bajo de esta surge un brazo. Es extremadamente delgado, hasta los huesos.

Del desagüe sale una ser horrible, peludo, con cola, de pequeños ojos rojos, que miraban en dirección al capitán. Chilló hostilmente, y crujió sus enormes dientes amarillos de manera aguda, antes de salir corriendo a atacarle.

 Thomas tomó su espada y se puso en posición para luchar. Sintió fugazmente un dolor carcomiendo sus músculos desde la herida de la pierna, le temblaba, parecía no soportar el peso del cuerpo; se va a desmoronar. Resiste, su atacante se aproxima en cuatro patas; saltando por sobre encima de él, en un intento de arrancarle un pedazo de cabeza.

Respiró corta, pero profundamente, calmando cualquier miedo. Así, con su brazo bueno, balanceo su espada directo al tronco, partiendo a la criatura en dos. Sus partes salieron disparados por los aires, sin vida. Sorprendido, el capitán miró atónito la espada que portaba en su mano derecha.

- ¡Por todo el cielo, que bien corta!- Se dijo para sus adentros contento. Miro hacia el cielo nocturno, viendo a la luna esmeralda directamente. - Gracias, por este milagro. Lo apreciare eternamente - Le dijo en voz alta.

Se acercó a la parte superior de la criatura, posando la hoja sucia en lo que tenía de pelaje, limpiándole la sangre en sus mechones blancos. Entonces, reanudaría su caminata, solo que ahora no caminaría como de costumbre, pues el dolor de su pierna le obligaba a cojear por momentos, ralentizando su viaje.

Esforzándose arduamente intento subir la colina al palacio. El viento frío, el sudor herviente , la humedad en sus ropas, y el calcinante, estrepitoso e insoportable dolor, generaron su desplome en mitad del recorrido. Jadeando en el piso, intentaba levantarse con los brazos, sin éxito alguno. No tenía nada de energía.

Permaneció ahí un tiempo. Para su fortuna, empezó a escuchar un pisadas provenientes de arriba, descendiendo. Uno de los guardias lo había reconocido, lo cargo por el brazo hasta la extensa reja negra de entrada, donde otros dos guardias se encargaron de llevarlo dentro.

En su estado deteriorado, noto lo distinto de los uniformes de estos. Llevaban cascos sallet de bronce, con un bevor (parte de la armadura que cubre la mandíbula) puntiagudo, claro que él no veía los detalles, de hecho veía borroso. Peto negro,  un jubón negro con rayas de telar dorado y  una placa de un gran sol amarillo en el pecho, después de todo, estos eran los caballeros del Sol.

Más temprano que tarde llegaron a la puerta del palacio. Con dificultad al maniobrar lograron abrirla, ingresando. Está tan bien iluminada, que el capitán tiene que entrecerrar los ojos, perdiéndose las lujosas salas de la planta baja, decoradas con increíbles estucos, preciosas telas brocadas y frescos en el techo que representan a los astros, teniendo los cuatro más importantes una gema en su centro, rubí, esmeralda, zafiro y topacio imperial respectivamente. Pasando por el Salón al pasillo de los cuadros, El rey justo pasa por allí, estremeciéndose al verlo.

MagicronWhere stories live. Discover now