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Dio varios pasos hacia atrás por el camino de la derecha para tener una vista más amplia de los objetos que le obstruían el paso

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Dio varios pasos hacia atrás por el camino de la derecha para tener una vista más amplia de los objetos que le obstruían el paso. Las camillas y los estantes eran de metal, así que no podía quitarlos ni moverlos, con las sillas era una historia diferente. Si bien algunas estaban atoradas, otras podría quitarlas para abrirse espacio.

Tras analizar un momento la estructura, se decidió a sujetar con fuerza una de las sillas más bajas, estaba colocada con las patas hacia el lado contrario, lucía frágil. Tiró hacia atrás con fuerza. El objeto no se movió de su lugar, sin embargo consiguió romper el respaldo; con cuidado metió la cabeza a través de él solo para comprobar que en efecto, podía pasar por ahí si se equilibraba entre el montón de objetos. Hacerlo no sería sencillo, pero lo intentaría.

Sujetando todavía la linterna con fuerza, memorizó la posición de las patas de las camillas, la forma en que los estantes sostenían el peso del resto de objetos, y del orden en que las sillas estaban colocadas. Giró la linterna sobre su mano hasta apuntarse a sí misma con el foco, después la arrojó con cuidado a través del espacio abierto. La linterna retumbó al caer y el eco expandió el sonido, a lo que Daniela restó importancia.

Lentamente, la joven mujer atravesó con la cabeza el espacio abierto. El piso estaba lejos de su alcance por la posición elevada de la silla, mas sí lograba sujetar las patas de una de las camillas, de modo que se afirmó a eso. No podía darse el impulso suficiente como para saltar del otro lado, se limitó a subir el pie izquierdo sobre la parte inferior de uno de los estantes.

Antes de avanzar se tomó un segundo de meditación. No estaba convencida de si los objetos soportarían su peso, podían caerle encima en el momento de sostenerla y terminar por aplastarla. Negó con la cabeza en el instante en que el miedo intentó revivir en su interior. Estaba perdiendo mucho tiempo. Preparándose para lanzarse hacia el frente y arrastrarse en caso de que todo se viniera abajo, subió el otro pie en el asiento de una silla que estaba puesta de cabeza.

Para su buena suerte el cúmulo de objetos metálicos la resistió mientras se arrastraba hacia el exterior, aferrándose con ambas manos entre las patas de las camillas y las sillas. Al final se dejó caer sobre las palmas, con las cuales avanzó hasta lograr que sus pies atravesaran por completo el obstáculo y sus plantas cayeran de golpe contra el suelo.

Cuando se puso de pie y contempló no muy lejos el final del pasillo, así como la señalización de las escaleras, no podía creer que lo había hecho. Tomó la linterna de nuevo, la apuntó en dirección de las escaleras y se echó a correr. Estaba cerca de lograrlo, de alcanzar la zona segura. Estaba cerca de huir... de escapar de él.

Su memoria clareó. El recuerdo de niñez que revivió era nítido, casi palpable. Estaba huyendo. Alguien la perseguía mientras gritaba su nombre con voz ronca, amenazándola con que si no se detenía sería peor. Ella sabía que era mentira. Nada podía ser peor que el dolor que la esperaba en aquella habitación, el mismo al que se enfrentara desde hacía años, así que no se detuvo.

Al llegar a la escalera quiso bajar y ponerse a salvo en la zona segura, sin embargo una mano gigantesca la tomó del brazo, tiró con fuerza hasta hacerla retroceder. No podía permitirlo, no podía dejar que nadie le hiciera más daño a Daniela, así que Beatriz le dijo que ella se haría cargo. Beatriz era diferente a Daniela. Beatriz se defendía, era fuerte.

Beatriz prometió, hablándole solo a ella en secreto cual mejores amigas, que iba a protegerla. La salvaría del dolor al que su tío la sometía porque, a diferencia de él, Beatriz sí la amaba. Daniela recordó que Beatriz tomó la luz antes de girarse hacia atrás y, con una patada que su atacante no se esperaba, logró soltarse del agarre. Por desgracia, todavía se encontraban muy cerca de la escalera.

Estaba demasiado cerca dela escalera...

Enamórate de mí [Sonríe #2] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora