Capítulo 3: convivencia

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Capitulo 3-Convivencia

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Cazar, practicar tiro con arco, practicar con la espada, abdominales, lavar armaduras y espadas, lavar ropa, cepillar los caballos, traer comida y vinos, hacer guardia, volver a cazar…

Caída la tarde, Camila dejó apoyada su cabeza sobre la mesa, agotada y deseando poder acostarse cuanto antes.

Una semana. Había pasado una semana completa aguantando las órdenes de aquella que ahora era su capitán, Lauren Jauregui. Que si muchacho por aquí, muchacho por allá, haz esto, haz lo otro...no había día que no la dejara, ni un minuto tenía para echar una cabezada. Su capitán siempre andaba tras ella exigiéndole alguna cosa.

Y su cuerpo ya no podía más. Necesitaba dormir más de tres horas seguidas, comer adecuadamente, y sobre todo, darse un baño. Llevaba una semana sin poder tocar el agua nada más que para beber. Estaba sudada y su cuerpo apestaba, lo sentía. Además, necesitaba cambiar esas vendas que cubrían sus pechos y que debido al sudor se estaban aflojando.

Necesitaba una cómoda cama que sustituyera la fina capa que separaba su pequeña tienda de campaña del suelo y una bañera con tres litros de jabón para borrar y quitar toda esa mugre.

Cuanto echaba de menos su habitación…

Con el murmullo de los guerreros y el olor a comida,Camila empezaba caer en el sueño.

Estaba tan cansada…

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Desde las cocinas, situadas bajo un techo de troncos duros, y sujeto por pilares hechos de lo mismo,Ally miraba al muchacho durmiente en la mesa.

Diferente. Así era como debía describirlo. Era un muchacho diferente a todos los que se encontraban en ese campamento. Y no sólo por el hecho que fuera el sobrino de la familia Cabello, sino por esa forma de ser. Era dulce. Un chico que, aun odiando el lugar en el que estaba, ayudaba en todo lo que podía. Trabajaba de sol a sol y realizaba las tares que Lauren le imponía. Una vez se hubo fijado ella en el cuidado que ponía para curar a Lauren. Su mirada preocupada, sus manos aliviando con el ungüento la herida… Sin embargo, hubo algo que llamó mucho la atención de él. Y no, aparte de ese físico pequeño, delgado y con esa piel tan fina y esos ojos tan felinos, el muchacho sabía cocinar. Si, un hombre, no, un niño cocinando. Aquello le había sorprendido tanto que le llevó tiempo aceptar que aquello que estaba comiendo estaba realmente delicioso. Al parecer, los guerreros pensaron lo mismo, pues se zaparon la comida en un abrir y cerrar de ojos.

Dulce,trabajador, cabezota como bien eran conocidos los Cabello y cocinero. ¿Dónde había estado escondido ese chiquillo durante tanto tiempo?

Sonrió al verle durmiendo sobre la mesa. Eran tan mono y encantador que algunas chicas que visitaban el campamento se acercaban aunque para que sólo fuera, coserle un botón. Negando con una sonrisa, decidió seguir con la comida, pero virando su rostro se encontró, apoyada contra uno de los pilares,mirando fijamente a Ryu,Lauren.

Todavía sigue desconfiando de él

Se imaginaba que, todas aquellas tareas que le había impuesto Lauren, eran tan sólo trampas para mantenerle ocupado y vigilado. Lauren no se había apartado de él ni un momento. Sabía que lo llevaba a cazar a con ella,a hacer guardia, e incluso le entrenaba. Peleaban si, pues la ojiverde siempre que podía andaba molestándole…y eso le traía también algo extrañada.

Peleaban,pero a Lauren parecía divertirle eso. Y aunque fuera cruel y ella se lo hubiera dicho, no hacía ningún caso.

-Es mi escudero- dijo ella una tarde, mientras disfrutaba de un plato cargado de comida de Ally.

Guerra de amor (Camren G!p)Where stories live. Discover now