eins

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Era de noche, BoMi tenía eso en mente, la muchacha albina se esmeraba en hacer una conversación sobre alguna cosa que pudiera distraerlas a ambas, pero BoMi simplemente salió de la habitación.

No era realmente una habitación, era el sotano de la casa de su mamá, porque aunque BoMi era una mujer hecha, bueno, medio hecha y derecha, no podía estar mucho tiempo sin atención, en cualquier momento podría tener una recaída o pensar que había alguien en llamas, cuando en realidad no estaba ocurriendo nada; si, la vida de BoMi estaba llena de locuras, de alucinantes situaciones, que de no ser por los medicamentos, ocurrirían más frecuente de lo normal.

BoMi subió las escaleras y se dirigió a la sala de estar, la muchaha albina no la siguió, eso era bueno, aquella chica que no tenía nombre siempre solía perseguirla cuando intentaba huir de sus absurdos temas.

BoMi llenó un bol con crispetas y se sentó a ver la televisión. Su psiquiatra le dijo recientemente que no podía ver mucha televisión, porque las historias ficticias le daban cuerda a su esquizofrenia, y definitivamente eso no sería bueno.

Cuando su madre oyó desde arriba las voces de los actores que provenían de la caja metálica, corrió para apagarlo, por eso era que BoMi no podía vivir sola.

Habían muchas restricciones que se le tenían, no podía leer cosas que no hubieran realmente sucedido en la historia humana, no podía ver televisión, ni tampoco consumir alimentos demasiado dulces. Pero así era la vida, así era su vida y debía aceptarla.

Como BoMi no podía usar el móvil más del tiempo estipulado, que según su psiquiatra de cabecera era una hora y media, se dedicó a leer una página del libro de la guerra de corea, no le parecía lo mejor del mundo, pero prefería eso que aguantar los comentarios absurdos de la albina.

Ella no se dio cuenta, porque su percepción del tiempo era casi nula, no notó en que momento se pasó el tiempo y ya era más de media noche, BoMi no podía estar despierta hasta tan tarde.

Así que se levantó silenciosamente y se dirigió a pasos quisquillosos hacía la cocina, tomo una olla y la dejo sin hacer ruido sobre el mesón metálico, caminó unos 20 pasos hasta el refrigerador y sacó la leche.

Pasados unos dos minutos, la bebida estaba caliente y espumosa, BoMi tomó la caja y volvió hacia el refrigerador, guardó la caja y cerró la puerta.

Pero entonces una de las voces de su cabeza, le dijo que volteara hacia la ventana, esa que daba al patio, al patio que siempre le habia dado miedo.

Giró la cabeza lentamente en dirección hacía el cristal.

- ¡Maldita sea! - No le dio tiempo su mente ni si quiera de procesar lo que acababa de ver, BoMi, simplemente se había echado a correr en dirección a la sala de estar.

Produkt der Phantasie ft. Min YoonGiWhere stories live. Discover now