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En una situación como esta, una persona normal hubiera llamado a la policia en el mismo instante, pero como BoMi sufría de una condición mental, no se le hizo extraño que hubiera en su casa alguien desconocido, al fin y al cabo, la albina y el anciano rondaban seguido por ahí y ellos ni tenían nombre.

Después de que el extraño literalmente devorara los panes, se dignó a hablar.

- Mi nombre es YoonGi, he estado en tu patio hace como - Contó con los dedos - Unas dos semanas.

- Bien YoonGi, al menos tienes nombre ¿Ya estas lleno? - El negó fuertemente.

- Debes tener mucha hambre, si has estado dos semanas en mi patio sin manifestarte, oh, y de seguro sin comer - BoMi buscó en la nevera un plato y lo metió al microondas.

- ¿Que es eso? - Señaló al microondas.

- Es un microondas ¿Eres retrasado o algo así?

YoonGi empezó a comer del plato de sobras de la cena de BoMi, comía ansioso, desesperado, como si en realidad hubiera pasado dos semanas en el patio de la casa. Aunque de seguro el no era real, le agradecía por haberse terminado su cena, esa misma que su madre la habría obligado a comer al siguiente día de no ser por el.

Mientras el hombre se atragantaba, la niña salió y dio un paseo por la estancia.

- Por favor deja de mirarme - La niña solía perforar el alma de BoMi con su mirada profundamente entristecida, aunque había convivdo durante su infancia y el resto de de su vida, nunca había logrado acostumbrarse a los ojos de la pequeña, que no crecía.

El color en las mejillas del muchacho se empezó a asomar, estaba sintiéndose mejor ¿Cómo era eso posible? La albina, la niña y el anciano habían tenido la misma apariencia desde que tenía memoria, no sonrojos, no palideces, ni una arruga más en la piel del anciano, ni un centímetro más en la estatura de la niña.

Pero allí estaba YoonGi, rojito como un tomate, BoMi no sabía si era por la comida, por la felicidad o por la pena, pero usualmente sus alucinaciones humanas carecían de expresiones diferentes de lo habitual, en especial de pena.

Después de poquísimo tiempo, que se tardó el comiendo de las sobras, apoyó su cabeza en el vidrio cubierto por el mantel de cuadros y al parecer, se quedó dormido.

Aunque lucía sumamente cansado, BoMi no tuvo opción que despertarlo y conducirlo a su lugar de la casa.

A veces ella olvidaba que aquellas personas no eran reales, pero inlcuso si no eran reales y podía ayudarles a estar mejor, lo haría, era su naturaleza.

El muchacho bajó las escaleras adormilado a morir y se tiró en la cama de la joven, sin siquiera dignarse a meterse bajo las cobijas. No tuvo remedio en arroparlo y apagar la luz.

"Hoy dormiré en el sillón" Pensó la pelinegra

Produkt der Phantasie ft. Min YoonGiWhere stories live. Discover now