Capitulo 14.-Tu hermana.

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A veces no valoramos muchas cosas; como la familia, los amigos, la paz, las personas que te rodean, y la vida es tan fugaz que te puede arrebatar a alguien que amas en tan solo minutos, en tan solo segundos, todo pasa tan rápido.

Hace unos meses estaba en mi casa en Venezuela, con miedos que al graduarme me iba a casar con Matías porque no tenía valentía para salir de esa relación, e iba a ser una reportera exitosa en Caracas.

Siempre lo tuve todo tratando de no ser una niña malcriada, de estar consciente de las necesidades de las demás personas.

Mis profesores tanto en la universidad como en el colegio me decían lo inteligente que soy, pero la inteligencia no te salva de la vida, de la parte difícil que es sobrellevar las cosas que te pasan. Nadie ni nada te puede salvar de sentir dolor, por una traición, por una pérdida, por lo que te hacen las personas que se supone que te aman o quizás por uno mismo.

Siempre he dicho que el dolor más grande es aquel que te hace la persona que amas, familia, amigo o pareja, pero cuando alguien de verdad te importa no importa que puesto ocupe en tu vida, si tú lo amas y sucede algo te va a doler el triple.

Estoy sentada recostada en el espaldar mirando el tatuaje de mi muñeca, me lo hice hace dos años, es un pequeño corazón con la letra "V" y la tricolor pintada dentro refiriéndose a mi origen.

¿Quién iba a creer que yo iba a estar en otro país sentada en una sala de hospital rezando al cielo por una chica que apenas y conozco? Mis manos aún tienen rastros de sangre ya que, no quiero ir a lavarlas por si alguien sale a dar noticias de Elena.

—Bella.—Alan me saca de los pensamientos.

Alzo la vista y por alguna razón siento tanto alivio verlo frente a mí, su figura alta e imponente me tranquiliza.

—Alan.—susurro, pero mi garganta está seca.

El solo hecho de verlo y saber que ya está aquí hace que mis ojos se llenen otra vez de lágrimas, estoy tan asustada por Elena.

Alan me da un abrigo, al parecer es de él. Lo tomo y me lo coloco. Me abraza fuerte y me siento cálida y en paz. Las lágrimas reprimidas salen de mis ojos silenciosamente.

—¿Qué pasó? —suspira.

Su aliento da a mi frente y eso hace que el escalofrió en mi espina vuelva como la noche en que lo conocí.

—No lo sé. —el abrigo huele a él. —Ella me llamó, cuando llegue a su casa ya estaba muy débil estaba sangrando mucho y...—Alan me aprieta en sus brazos. Alzó mi vista y está observando detalladamente mi rostro, empieza acariciar mi espalda.

—Gracias, Bella—dice en un susurro apenas audible. —No tenías que hacer esto.

—¿Quién es Elena? —lo miro.

—¿A qué te refieres? —pregunta.

Se separa de mí y nos sentamos. Su vista va a mis manos aún con rastros de sangre, alarga sus brazos y me toma de las manos, su tacto es bastante suave y delicado.

Para lo grande e imponente que Alan se ve, sus rasgos duros y serios, es un chico bastante suave en su acto. La noche que lo vi pelear pensé que sería alguien brusco, pero después de lo de anoche y ahora es todo lo contrario.

—¿Quién es Elena en tu vida? —tengo tanta curiosidad.

Elena me ha dicho que Alan es lo único que tiene. ¿Por qué?

Él me suelta la mano, se mueve y saca su billetera tendiéndome su identificación "Alan Mathew Coox" lo miro y miro su identificación.

Los rompecabezas en mi cabeza se unen en tan solo segundos. Coox Charles son los apellidos de Elena, recuerdo que ella también es de Nueva Orleans, sus ojos grises y sus cabellos igual de negros, junto con los rasgos delicados. Miro a Alan al rostro, claro, sus rasgos ¿Cómo no me he dado cuenta antes?

La Bella y la Bestia.®✓[LIBRO EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora