Capítulo 25.-El Tatuaje.

4.5K 446 40
                                    

Decisiones, eso siempre es lo crucial en la vida, como le he dicho a los chicos, desde que llegué aquí me he preguntado si de verdad tomé la decisión correcta, y luego de esta noche yo creo que sí.

Lo de Valeria me afecta bastante, tanto por el hecho de que posiblemente ella este pasando por un infierno. Pero ¿y si no? ¿y si con ella es diferente? ¿Qué pudo hacer ella que yo no para estar a su lado sin maltratos? Muchas preguntas vienen a mi mente y siento que estoy tocando aún más fondo a pesar de que pensé ya estaba nadando a la superficie.

—¿Estás bien? —me pregunta una voz suave.

A mi alrededor ya no hay nadie, solo está el y siento que me ha sacado de un trance.

—Sí—susurro—Me duele un poco la cabeza, pero supongo que es por todo esto—sonrío con tristeza. Él no dice nada, simplemente se gira para seguir al resto.

»—Alan—llamo su atención. Se detiene, pero no se gira—¿En qué año estás?

—En el penúltimo. —silencio. Yo solo miro su gran espalda, su cabeza y hombros se bajan—Yo... No me gusta hablar de esto—voltea a verme. Sus ojos están oscuros.

—¿Por qué nunca hablas de lo que te hace débil? —pregunto.

—Porque no me gusta—su mandíbula se tensa. —Cuando alguien sabe lo que te hace débil le das una bala fría para herirte y odio que alguien tenga el poder de herirme.

Nos quedamos por un momento ahí mirándonos, mi respiración es muy calmada y la de él igual. Sólo se escucha el viento golpeando los árboles altos y un grillo en algún rincón del jardín, la brisa fresca del otoño nos golpea y me da escalofríos por la temperatura, este momento lo podría llamar perfecto y guardarlo en mi subconsciente como un momento íntimo. No porque tengamos sexo o porque nos estemos besando, es porque los dos estamos abiertos en espíritu el uno para el otro por primera vez desde que nos conocemos, y esto es lo más cerca que he estado de Alan.

¿Cómo me puede gustar tanto alguien que apenas sé de su vida?

»—Vamos a entrar, o te vas a resfriar. —rompe el silencio y me sonríe—Eres hermosa—yo no digo nada. Mi corazón salta en mi pecho ¿Me emociono? Sí—pero eres tan difícil de leer, Bella—dice en susurros.

—Tú también eres muy guapo—sonrío—Y sin pena eres el mejor sexo que he tenido—me confieso.

Él suelta una carcajada que me deja con el corazón latiendo fuerte. Es tan bonito y eso no lo puedo negar, porque desde el primer momento que lo vi me gusto físicamente.

—¿Y cuánto sexo has tenido? —sonríe con picardía. Yo me encojo de hombros. —Ven con nosotros a Nueva Orleans—me pide sorprendiéndome.

—Llevo meses lejos de mi familia—bajo mi vista—solo quiero estar con ellos y volver a sentirme bien.

—¿Acaso...—siento cómo se acerca a mí, aunque no lo estoy mirando—con nosotros no te sientes bien? —termina de hablar. Y sé que no está hablando del grupo en general, sé que la pregunta va más para él.

—Sí, y mucho—siento sus manos frías en mi barbilla, hace un leve movimiento para mirarlo a los ojos—Pero...

—La familia siempre va a ser tu mejor refugio—termina de hablar él—Más ahora que te has enterado de eso.

—Necesito estar con ellos, mi hermano se ha enterado de la razón por la cual estoy aquí y quiero contárselo todo, ellos merecen saberlo.

Alan me da una de esas sonrisas genuinas que tanto me gustan de él, me hace sentir que estamos conectando a lo que hablamos y eso es agradable.

La Bella y la Bestia.®✓[LIBRO EN FÍSICO]Where stories live. Discover now