Epílogo

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Dessin miraba el cuaderno en sus manos, un suave brisa lograba agitar levemente su capa mientras seguía escribiendo en la última hoja, no se sorprendió cuando una llama apareció a su lado para que luego apareciera el anticristo.

— Para evitar que muera una persona, otra debe morir. — Dijo Dessin, aún escribiendo en su cuaderno. Damien sonrió sin ganas.

— Así es como funciona — Damien se encogió de hombros. — Supongo que ya lo sabes...

— Fui muy tonta al no darme cuenta antes. — Dessin suspiró. — Si... Si los dejo vivir a los dos, volveré a ser humana, es el castigo más suave que me pueden dar.

Damien se quedó en silencio, pensando en lo que decía la chica y finalmente suspiró.

— Puedes matarlo.

Dessin alzó su vista sin poder creerlo, pensando que el otro chico se había vuelto loco. Y se sorprendió demasiado al ver ojos cristalizados del contrario.

— Pero-

— Regresa en el tiempo, salva a Stan y mata al otro... Sé que todo esto es mi culpa, pero al menos una cosa quiero hacer bien. — La chica le miró sin poder creerlo antes de carraspear y mirar su cuaderno nuevamente.

— Stan murió un 19 de noviembre a las tres con cincuenta. — La chica miró de reojo a Damien, quien se mantenía quieto en su lugar. — Mismo día y hora en la cual Pip Pirrip debió ser atropellado por un camión.

La chica volvió a mirar de reojo a Damien, el chico sin parecer reaccionar.

— Si Pip muere, se iría al cielo. — Murmuró el chico, su mirada aún en algún punto lejano. — Sé que nunca lo volvería a ver, estoy vetado y podrían matarme si me ven ahí. En su momento no había soportado la idea de perderlo.

— ¿Porqué cambiar ahora de idea? — Damien sonrió.

— Se lo conté, y nunca había visto a Pip tan enojado, incluso si esto se trataba de su vida, el seguía queriendo proteger la de otro. — El azabache dejó escapar una risa sin gracia — Vaya niño tonto.

Dessin lo miró unos segundos antes de que una sonrisa amarga apareciera en sus labios, volvió a mirar al libro, ese por el que dio muchas vueltas para conseguir y finamente suspiró.

— Si, supongo que todos somos tontos.

***

Había un leve recuerdo en la mente de Kyle mientras sentía el olor a pasto bajo sus piernas, ese recuerdo igual era un olor, ese que solía haber en los hospitales, esa sensación de limpieza extrema mezclada con químicos que él no conocía.

Kyle se sintió confundido antes esa sensación, y más confundido estuvo cuando el pasto entre sus dedos comenzó a sentirse como una suave sábana.

Alzó su cabeza, mirando confundido la tela entre sus brazos, mirándose a sí mismo confundido sentado en una silla de hospital, pero todas sus dudas se callaron cuando sintió una mano rozar su mejilla, su vista alzándose y la ganas de llorar volvieron a aparecer en su cuerpo.

— ¡Stan! — El pelirrojo no pudo evitar llorar mientras abrazaba fuertemente a su amigo, quien rió al verlo tan emocionado.

— ¿Cómo llegamos aquí?

— No lo sé, no me importa. Solo me importa que estás bien. — Stan abrazo a Kyle que ahora parecía un mar de lagrimas y siguió mirando a su alrededor, confundido por haber despertado en un hospital.

Volviendo a sentir [Style]Where stories live. Discover now