Capítulo 6: Sobrenombre

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Subieron los escalones deprisa, Izuku estaba decidido a acabar con la aburrida monotonía de sus días, y para eso debían empezar a platicar sobre ellos, sobre sus aspiraciones, no solo como pretensos a ser héroes, eso lo sabían de toda su vida. Quería indagar sobre sueños más personales, aquellos que no se dicen al aire.

—¡Kacchan! — sonreía, estaba que moría por hablar con él, que se desenvolvieran y con eso, recibir algunos mimos extras... Sí, amaba ser abrazado todos los días y toda la noche, pero quería más, un poco más.

—Ten cuidado, no hay prisa. — seguía con una mano en su cintura, apoyando al omega para que sus torpes pies no le causaran un tropiezo. —Deku, joder, ¿qué te pasa? — notaba tan eufórico al menor que ya le asustaba que tuviera algo.

Abrió la puerta del cuarto y había olvidado que tenía ya adornado con los posters del máximo super héroe. —Ah...

El rubio entró detrás de él, observó la habitación y una risa escapó de sus labios. —Bien... Supongo que nuestro nido será muy raro y comienzo a creer que tienes fetiches con All Might, pero... me agrada. — Olía a su omega, y con su comentario desprendió hormonas de felicidad, hacia días que no lo hacía.

—No tengo un fetiche. — o al menos eso ha creído siempre, no podía ver a su mentor de esa forma. —¿No te molesta? — su tono bajó, al igual que su mirada.

Suspiró, lo había estado pensando en esos días. ¿Realmente quería que Deku siguiera temiendo de sus respuestas? Toda la vida le dio esa impresión, y se sintió un imbécil por provocar eso en alguien con quien debía convivir siempre. —Hablo en serio... Solo que estoy molesto. — y por eso su ceño seguía fruncido desde que llegó a casa.

—¿Ah?... — se encogió de hombros. —¿Por qué? — La ropa, la forma, algo no estaba bien seguramente.

Huele a alfa. — bufó, abrazándolo y llenándolo de su aroma, porque el chico también olía a otro chico y eso le encabronó, pero no con Izuku. —Apestaba abajo. 

—Vino Iida-kun con Uraraka-san...— observaba los gestos del otro, pareció refunfuñar al aire mientras su quijada se frotaba sobre su cabeza, gesto típico de algunos animales para marcar su territorio, y el alfa lo estaba haciendo con él.

—¿Y qué vinieron a hacer? En el salón rumoraron de que seguro se habían ido juntos a una cita, ¡Ja! Perdedores. 

Pellizcó un pecho del rubio, no pensó en hacerlo. —No quiero que le digas algo a ellos, son mis amigos y debes respetarlos. — Quizá su pellizco no fue fuerte porque Bakugou no se inmutó.

—Ese idiota dejó todo su puto aroma, como si fuera su casa. Lo odio. — No, de hecho, solo estaba celoso, pero jamás admitiría eso, ni siquiera para sí mismo.

—Kacchan... ¿Estás celoso? — No lo intuyó.

—¿Qué? No seas idiota, Deku. — se separó del menor, viéndolo amenazador, tal vez ayudaría a que no tocara el tema de nuevo, eso quería, huir.

Ahora quien reía era el menor, quien se abrazó al alfa. —No lo parece, escuché claramente un ''estoy jodidamente celoso'' de tu parte. — era la primera vez que escuchaba tan nítido la voz del rubio a través del lazo, y eso se sintió como subir un escalón al cielo.

La cara del alfa se sonrojó, tanto que ambos no supieron qué decir, solo se vieron por minutos en lo que su cara regresaba al tono habitual. Bakugou lo acercó a su pecho, dejando que el omega escuchara el alocado corazón que golpeaba su pecho, tal acto hizo que liberara más feromonas, se sintió muy tranquilo, lleno de paz.

Rechazando mi Destino - KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora