Day 1. White noise

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Era una tarde nevada en Moscú, la ciudad brillaba en un blanco puro y el viento movía las ramas de los grandes arboles sin hojas

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Era una tarde nevada en Moscú, la ciudad brillaba en un blanco puro y el viento movía las ramas de los grandes arboles sin hojas.
Pequeños copos de nieve impactaban contra el cristal de una ventana, y creaban un pequeño ruido melodioso, casi imperceptible. El clima como de costumbre era frío, pero reconfortante para el ruso que yacía dormido entre las sabanas de seda color perla.

El cuerpo desprendido en la cama matrimonial de aquella habitación color crema comenzó a removerse incomodo, dando señales que aquel frío país fue interrumpido de su sueño. Quitando por fin las sabanas de su cuerpo se sentó en el borde de la gran y solitaria cama, la cual era su única compañía en aquellas noches de insomnio. Despertando poco a poco volteó hacía la ventana encontrándose con el espectacular y abrigador clima.

Realmente no tenía ningún tipo de ánimos para despegarse de su habitación, tan solo suspiró para envolverse en aquellos pensamientos que tanto lo perseguían desde hace meses, y todos recaían en cierto país bajito de sonrisa escandalosa.

Removió su cabello con un poco de frustración, su cabeza era un gran lío, se sentía tan confundido y no encontraba la manera de aclarar sus sentimientos, todo lo que había conocido como moralmente correcto se estaba desmoronando entre sus manos como arena. -Todo lo que puede causar una sola persona-. Pensó para si mismo.
Realmente no entendía cómo funcionaba su corazón y su mente desde que él llego a su vida, pateando y destruyendo cada barrera de sí mismo, tocando lugares que nadie más había podido, y causando que crecieran nuevos sentimientos que no podía controlar.

"Es de mañana cuando no puedo evitar que vengas a mí".

Cayó en cuenta de que realmente extrañaba cada vez más al mexicano, hace una semana que no sabía de él, desde aquel encuentro en aquella playa llamada costa esmeralda, donde había pasado una increíble semana junto con el bajito.

Recordó cada detalle de la última noche como si lo estuviera viviendo en ese momento. Podía ver el hermoso paisaje, sentir la brisa que llegaba desde el mar tocar su rostro, y el viento olor a sal que le hacía cosquillear la piel, "siendo arrastrado por el sonido de las olas" hasta ese lugar. Y aunque el sitió donde estuvo era sumamente hermoso, los recuerdos que más dejaron marcada su memoria eran la risa del mexicano llegar a sus oídos, su hermosa voz y hasta su superficial respiración.
"Todo lo que tenía que hacer es cerrar los ojos y encontrar su sonido entre medio del ruido del mundo". En ese momento deseó estar a lado de aquel chico y escuchar esa suave risa que lo acompañaba hasta en sueños para poder sentirse mejor, porque al lado de aquel país cada acción y cada segundo juntos se sentía correcto.

Poso sus manos sobre su cara mientras soltaba una pequeña risa sarcástica ¿a quien quería engañar? Él sabía exactamente lo que estaba pasando, sabía demasiado bien que el sentimiento de cariño hacía el país tricolor iba más allá de una simple amistad. Y eso le daba terror en muchos aspectos, porque no sabía como actuar ante esto y porque ante sus ojos las relaciones homosexuales no eran del todo correcto ¿pero cómo esconder esos sentimientos? ¿sería mejor si renunciaba a esto?
Se tumbó a la cama mirando hacía el techo mientras estas preguntas se repetían una y otra vez en su cabeza, era demasiado para él. Realmente no quería renunciar aquellos momentos felices con el país megadiverso, quería seguir sintiendo sus abrazos, escuchar su voz tan alegre llamar su nombre, sentir su calor corporal cuando estaban demasiado cerca, o tomarse de la mano mientras daban un paseo por la playa, sentarse juntos mientras observaban una fogata y hablaban sobre cualquier tema mientras reían juntos, tumbarse en la arena para contar las estrellas, escuchar a México cantar una canción exclusivamente para él, quería poder seguir viendo directamente esos fabulosos ojos que reflejaban la galaxia entera, ser el único testigo del sonrojo que invadía su rostro cuando se apenaba, escuchar su respiración mientras dormía plácidamente o plantar un beso en aquellas cicatrices que tanto apenaba al tricolor.

Había sido demasiado tanto al no darse cuenta de que ellos cruzaron la línea de la amistad hace mucho tiempo, todo lo que han compartido ya no se podía llamar cosas de amigos, porque, aunque los dos lo ocultaban, habían sentimientos más fuertes entre ellos.

Decidido se levantó de su cama para buscar su teléfono celular en aquel abrigo negro que comúnmente usaba.
Al tener el teléfono entre sus manos un terror se albergó en su cuerpo ¿y si realmente México no sentía lo mismo? ¿le dejaría de hablar? ¿lo alejaría de él?
El nerviosismo hizo que su cuerpo temblara, ni el más frio invierno lo había puesto en esas situaciones, pero... y ¿si al menos tenía una esperanza y la desperdiciaba? No soportaría verlo con alguien más, tan solo crear la imagen mental de México tomado de la mano con cualquier otro país encendía su lado negativo, apretó sus puños haciéndose un poco de daño con el aparato electrónico. Paró de su tortura mental, suponer e imaginar cosas nunca dejaban nada bueno, lo mejor es siempre afrontar las situaciones cara a cara y aceptar las consecuencias de esto, valdrá toda la pena del mundo si al menos aquel país le daba una oportunidad de hacerlo feliz.

"Alguien, no muy lejos de aquí, te ama, bebé"

Marcó el número de teléfono del tricolor, y escuchando pacientemente cada tono de llamada respiraba fuertemente, una sensación de opresión en el pecho se hacía presente robándole el aire.

-Hola, Rusia ¿necesitas algo? -...

Tomo una bocanada de aire profundamente y ocupo toda su fuerza de voluntad para hacerle frente al bajito y a sus sentimientos.

-Te necesito a ti... tengo algo que confesarte...

Aclaraciones:

-Este momento en su historia es cuando recién Rusia enfrenta sus sentimientos fuertemente

-México ya tiene claro que ama a Rusia, no se lo ha dicho por miedo de romper su amistad, aunque se lo iba a confesar mientras estaban en la playa, pero no lo hizo y fue lo mejor porque probablemente Rusia lo hubiera rechazado al no tener claro sus sentimientos.
Recuerden que en el amor lo más importante es que sea claro y mutuo de ambas partes para no terminar con un corazón roto.

*El primer día es una canción con un color de título. Realmente se me hizo una letra hermosa para comenzar una historia de amor, además de que es mi grupo favorito y me inspiran en muchos aspectos de mi vida, espero que puedan leer la letra completa de la canción para que entiendan mejor la historia.

Cualquier duda deposité aquí su comentario.

30 días de melodía |RusMéx|Where stories live. Discover now