boy friend (kagehina)

tsukki

"Antes quería golpearlo, no importaba donde, solo quería estrellar mi puño sobre él y aplastarlo. Con mi puño, claro, pero también en el voleibol. Era un imbecil, y estoy hablando de ambos. Incluso su estupido, tonto y feo color de cabello me enfurecía, dejé de comer naranjas por todo un mes porque me hacían recordarlo. Estaba un poco furioso con él, sobre todo. Porque sabía que tenía talento, en el fondo realmente lo sabía. Pero seguía creyendo que no era suficiente, o que debió haberse esforzado más. Estaba molesto con él porque me parecía arrogante e infantil, como si estuviese persiguiendo un sueño imposible. Honestamente ni siquiera creía que estábamos al mismo nivel, y posiblemente no lo estemos aún, pero ahora creo que él que tiene que esforzarse soy yo...

>... incluso después, cuando nos sincronizamos, seguía pensando que era imposible para nosotros llevarnos bien. Sigo creyéndolo. A veces simplemente nos gritamos por horas, pero al final sé que él montara su bicicleta y me acompañará hasta casa y entonces se despedirá de mí con una sonrisa en su rostro. Dios sabrá porqué es así, tengo mis sospechas de que simplemente es un imbecil por naturaleza. No, en realidad no lo sospecho, sé que lo es. Y aún después de eso, yo lo esperaré al día siguiente frente a mi casa para ir juntos al colegio, y quedaremos para después de los ensayos para seguir practicado. Porque también soy un imbecil. Creo que somos un desastre, pero también creo que encajamos. Te va a parecer una locura, pero hay veces en las que sé que esta pensando exactamente. Lo veo en sus ojos, esa llama, y entonces la misma idea que él tiene cruza por mi mente. Quizás por eso la gente dice que somos un dúo tenebroso. Me hace sentir halagado y... especial.

> Entonces esa es la historia. De mi y Hinata volviéndonos buenos compañeros ¿no? Vale, pues no. Que no es todo. Que a veces siento que no basta, qué hay algo más. Cielos, no sé que es, pero es irritante. Creo que podría ser un poco de admiración, porque Hinata es alguien a quien admirar... Aún recuerdo como le reclamé acerca de esos tres años antes a Karasuno, cuando creía que él simplemente había desperdiciado su vida. Debí haberlo hecho sentir una mierda. Pero él no se inmutó, porque sabía todo el camino que había recorrido, y sabía que no había sido sencillo, y eso es de admirar. Supongo que también es envidia, de la buena. Tiene un espirito inquebrantable, lo han humillado un millón de veces, he visto como lo han subestimado, yo fui de aquellos en su momento, he presenciado como lo pisotean, pero él... no se apaga. Sigue ardiendo, brillando, volando. No hay jaula que lo contenga, no hay muro que lo detenga. Podría ser estima también. Lo estimo, como compañero y amigo.

> Pero no es todo. Sigue habiendo algo más. Hay un sentimiento que no descifro, que me hace querer desaparecer por completo. Bueno, no así. Más bien, que me hace querer desaparecer el sentimiento. ¿Sabes de lo que hablo?"

Kageyama soltó el aire de sus pulmones y volteó a ver a su amigo a la izquierda. Tsukki tenía las mejillas infladas y los ojos llorosos. No dudó en soltar una carcajada cuando el menor terminó de hablar.

"¿No entiendo lo gracioso?" Kageyama recargó su cuerpo sobre la pared detrás de ambos y rodó sus ojos. Tsuki era un estupido.

"Bien, porque no se supone que sea divertido para ti" El rubio se levantó del suelo y se acomodó las gafas, para después regresarle la mirada al otro "Ciertamente, podría ayudarte, pero me abstendré. No solo porque esto ha sido divertido de cojones, sino porque creo que es algo que tú descubrirás con el tiempo. Y porque no gano nada ayudándote. Suficiente tengo con oírte, Tobio. No soy un maldito terapeuta que va a escuchar tus problemas gratis cada vez que lo necesites". Kageyama estuvo apunto de lanzarle una roca enorme sobre la cara del enorme y gigante Tsukki (era exageradamente alto que le causaba asco), pero se dijo a sí mismo que no golpearía a un maldito cuatro ojos discapacitado.