#1 Un giro inesperado

440 12 0
                                    

La lluvia cae lentamente sobre la ciudad, tan solo me limito a observarla y disfrutar del fresco aroma de la hierba húmeda pues me brinda una sensación de relajación enorme. Hasta entonces me había cansado de correr y correr, pero ahora estoy aquí, bajo este pequeño techo observando el lago frente a mí y las gotas rebotar en el unas tras otras. Han pasado algunos minutos y la lluvia comienza a parar, aún es temprano y algunos rayos del sol empiezan a asomarse.

Bendita libertadsusurro para mí misma al tiempo que extiendo los brazos y miro al cielo. Entonces decido continuar mi recorrido por la pequeña ciudad, estoy feliz de haber escapado de aquellos tontos que querían hacerme daño, pero todo esto me pasa por querer hacerme la lista, ahora ya no tengo a dónde ir y ni siquiera tengo un plan para sobrevivir. ¿Qué será de mi ahora? No seré capaz de encontrar un empleo o algo por el estilo con estas pintas, parezco una vagabunda.

Detesto decirlo, pero mi madre tenía razón, esta vida de bohemia no iba a llevarme a ningún lado, ahora tendré que soportar ver la burlona expresión en el rostro de mi madre y un sermón de muerte y eso en caso de que encuentre la manera de regresar a casa. ¿Y si muero de hambre o sed?

—¡Mierda!— Exclamo de dolor al caer en una alcantarilla que no había visto por ir tan perdida en mis pensamientos e intento levantarme cómo puedo pero un fuerte dolor en el tobillo me detiene.

—¡Oh no mi tobillo! Maldición... Está roto- Intento aguantar las lágrimas, pero el dolor es más fuerte que yo y comienzo a desesperarme.

La lluvia comienza a caer de nuevo, sin embargo, no puedo quedarme aquí, si sigue lloviendo de esta manera es probable que este lugar se llene de agua y no me gustaría morir ahogada.

Como puedo trepo hasta quedar colgada en la orilla de la alcantarilla, estoy cansada de correr y muero de hambre así que mis brazos no tienen la suficiente fuerza para sostenerse por mucho tiempo así que saco fuerza de algún lugar y logro apoyar mis codos en el pavimento de la banqueta, mi cuerpo está débil y siento como si fuera a morir de dolor en cualquier instante.

Uso la poca fuerza que me queda y logro salir de la alcantarilla, me arrastro por el pavimento frío y las gotas de lluvia limpian poco a poco la suciedad de mi cuerpo.

—Seguramente huelo muy mal... A ... Estiércol-. Mis ojos se cierran poco a poco y mi cuerpo se adormece, creo que voy a morir aquí.

—Lo siento por no hacerte caso mamá...Ni siquiera fui capaz de hacerte sentir orgullosa de mi-. De repente mi cuerpo se siente más ligero y noto una calidez en mis brazos y después mis piernas, los ojos me pesan y tan solo logro ver una sombra blanca frente a mí, su aroma es muy sutil y varonil, me recuerda el aroma de la colonia que solía usar mi padre, aspiro un poco más de ella y su aroma me relaja tanto que los ojos se me cierran por completo y caigo en un profundo sueño.

***

—No es posible que seas capaz de semejante tontería, te dije que jamás llegarías a ningún lado con esa actitud tan Infantil. ¡Si eso es lo que vas a hacer realmente entonces no quiero verte jamás en mi vida!- Gritó mi madre mientras arrojaba mis cosas por la ventana.

—No te preocupes, no voy a volver jamás a este lugar tan depresivo. Esta vez me iré de verdad, voy a darte gusto— Intenté sonar lo más segura pero mi voz no pudo evitar quebrarse y las lágrimas brotar de mis ojos.

Habíamos peleado cientos de veces y ya antes me había advertido que me echaría de casa y ahora que lo ha hecho no voy a pedirle que lo reconsidere. Estoy decidida a irme esta vez y luchar por lo que quiero hacer, sin importar si tengo el apoyo de ella o no.

—Es mi vida después de todo—Tomé una de mis maletas y camine hasta la entrada, mi madre tan solo me veía desde las escaleras con indiferencia. Abrí la puerta lentamente y caminé con paso firme para después caer en un obscuro e interminable agujero, mi maleta se había abierto y todas mis pertenencias giraban alrededor de mi mientras que yo caía, caía en ese hoyo profundo y mi corazón dolía de miedo y desesperación, las lágrimas no cesaban y yo solo quería gritar.

—¡Madre!— Mi boca dejó escapar un agudo grito y en ese instante abrí los ojos, la luz de la habitación molestaba mi vista y entonces me cubrí estos con mi brazo derecho.

—¿En dónde estoy?—pregunté con nerviosismo, pero no hubo respuesta, entonces intenté levantarme, pero un fuerte dolor en el tobillo me detuvo y fue cuando recordé lo ocurrido anteriormente. Hice las sábanas que me cubrían a un lado y observé que tenía una venda en mi tobillo y una más en mi brazo derecho.

Qué pasó?—me preguntaba a mí misma mientras tocaba mi cuerpo para ver si seguía viva y suspiré de alivio al darme cuenta de que no estaba en el cielo o soñando. Entonces decidí levantarme con cuidado y recorrer la habitación en la que me encontraba. La decoración era simple pero acogedora, las paredes estaban pintadas con un color azul cielo muy sutil y había muy pocos muebles allí, tan solo la cama en la que había estado hace un momento, una pequeña mesita de noche y un mueble frente a la cama justo al lado de la puerta.

En el mueble se encontraban algunos artículos de cuidado personal y un portarretratos que llamó mi atención, la foto que estaba en él tenía una fotografía de un joven de piel muy blanca y cabello teñido de color menta.

—Que apuesto... —dije mientras observaba la fotografía, en ella también se encontraba una mujer muy hermosa siendo abrazada por el hombre del cabello menta. Coloque la fotografía en su lugar y me dirigí hacia la puerta en busca de las personas que probablemente cuidaron de mí. Caminé por el pequeño pasillo hasta llegar a la sala, pero no había nadie.

—¿Hola—pregunté dubitativa y no obtuve ninguna respuesta, pero un delicioso olor llamó mi atención, en la mesa de centro se encontraba un contenedor cubierto y al lado una pequeña nota:

"Puedes comer esto antes de irte. Asegúrate de cerrar bien la puerta".

—Deben ser los dueños, creo que haré caso— mi estómago comenzó a rugir y decidí abrir el contenedor, eran panqueques de manzana, pero ya estaban muy fríos—¿Por cuánto tiempo habré dormido?—Encendí el televisor en busca de algún programa o noticiero que me indicara la fecha y hora cuando escuché una puerta abrirse y a alguien entrar. Comencé a ponerme nerviosa después de eso.

Mi Querido Amo  [Min Yoongi] Where stories live. Discover now