¡Sorpresa!

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—Les tengo una sorpresa —dijo Ken colgando el celular.

—¿Ah? —volteó a verlo Yukkie mientras ingresaban en otra tienda.

Mira Tetchan, ¡Mira! ¡nee! ¡Mitte, Mitte!

Uh... ¿Qué sorpresa, eh? Viniendo de ti no sé qué esperar...

¡¡Tetchan!! ¡No me haces caso, me gusta esa pieza de allá!

Seguro que será una gran sorpresa —reía con cierto dejo de malicia. Tetsuya entrecerró los ojos siendo arrastrado al fondo de la galería por su pequeño caprichoso.

—Dime que no le harás caso, Tetsu... ¿Tetsu? —Yukkie miraba a todos lados hasta que encontró a su líder junto al caprichoso vocal que lo obligaba a comprar un juego de piezas con forma de bailarinas hecho de cristal azul—. Se está comiendo su billetera en cada tienda que vamos, ¿acaso Hyde no tiene dinero o qué?

—Déjalos, a Tetchan le encanta pagar por el enano —bufó Ken rodando los ojos.

—Ni creas —apareció Tetsuya junto a ellos suspirando—, me encargaré de descontárselo todo en el próximo cheque, como siempre.

¡Tetchan! ¡Nos falta esa tienda! ¿¡Qué venden ahí!?

—Uff... No Tetsu, dime que... ¡Tetsu! —gruñó Ken, incluso Yukkie ya se había aburrido de pelear y los siguió hasta la tienda siguiente.

—¿Cuál Doiha? —preguntó el líder acercándose a paso lento con varias bolsas de compras en cada brazo,

—Pero miren... ¡Qué guay!

Hacía un par de días de haber terminado el trabajo que los miembros de cierta banda de renombre en el país nipon se permitieron unas bien merecidas vacaciones. Por acuerdo común, todos decidieron que tomarían un viaje como banda, vacaciones en grupo, Tetsu había sido el de la propuesta, nadie se negó porque también sabían que les hacía falta como equipo compartir tiempo, eran una familia que se estaba distanciando por los proyectos de cada uno, y aunque fuese por una semana debían aprovecharlo.

Marruecos. Hyde había sido del de la brillante idea, pero tampoco se negaron, era exótico y distante de las cámaras que en Japón los asaltaban incluso al salir de casa. Tal y como esperaban todo estaba siendo exótico, salvo por Hyde que buscaba tiendas de gusto extranjero para visitar, empero ahora se detuvieron frente a una totalmente distinta a las anteriores, aparentaba algo así como una perfumería, pero las cortinas de cuentas daban otra imagen. Estantes de botellas cristalizadas se asomaban por todo el lugar formando pasillos improvisados, piezas de joyería de interesantes diseños se apreciaban en las vitrinas alrededor, y muchas más cosas que los dejaron boquiabiertos, había de todo por ver, incluso para Ken, que ya le sacaba el número a la joven que atendía. Yukkie se paseaba mirando algunas antigüedades cuando se percató de la mirada perdida de Tetsuya.

—Tetsu, ¿pasa algo?

—No encuentro a Hyde, ¿entró con nosotros?

—Claro, y... Oh, mira —señaló al diminuto vocal de pie sosteniendo una diminuta botella en la mano. Tetsu caminó a donde estaba enarcando una ceja por la extraña concentración que había adquirido de un momento a otro.

—Doiha, ¿podrías dejar de desaparecer? ¿Qué haces? ¿Qué es eso?

—Decía: pócima del amor —respondió con ojitos brillantes apretando la botella contra su pecho—, seguro es como una especie de menjurje mágico para la belleza, o sensualidad, la necesitaba Tetchan, no es que esté perdiendo el encanto, pero tú sabes —sonreía travieso.

¿Dónde está Hyde?Where stories live. Discover now