Noche de sorpresas

554 21 0
                                    

Cuando termine mi actuación, no me podía ni sostener. Estaba tan cansada, que casi ni podía andar. Menos mal que mi hermano Noé estaba aqui para ayudarme. Tiene 21 años, pero aún así, yo parezco mayor que el por comportamiento. Vamos, que el seria capaz de meter un petardo en una botella y de lanzársela a una pobre anciana. Es un imbécil que me protegía ante todo. Por eso aún así, lo quiero mucho.

- Nina! Mi querida y adorada hermana Nina. Que tal estás, pequeña?- dijo alboroteando mi pelo.- Te he echado de menos.

- Noé, para, me vas a despeinar!.

- Pero es que mi pequeñina ha bailado muy bien!- Dijo dándome un abrazo de oso.

-Vale, vale Noé. Que tal mamá y papá?- Pregunté acomodándome el pelo.-

- Pues bien, como siempre. No te hacen ni puñetero caso.- Dijo tranquilizandose.

- Me odian...

- No te odian, y si te odian, aquí estoy yo para quererte. -Dijo mi hermano.

- Gracias, Noé.

Una ráfaga de viento hizo que me helara, ya que sólo llevaba mi uniforme del conservatorio que consta únicamente de un peto de tela y una camiseta de mangas cortas. Además, ya estabamos bien adentrados en el otoño.

- Tienes frio?- Me pregunta mi hermano haciendo ademán de quitarse su chaqueta de cuero. La verdad es que es muy bueno y cariñoso conmigo. Lo quiero mucho.

- No, no- mentí - estoy bien, gracias.

-Nina Rigatzzo Harrison, -si, Harrison era mi segundo apellido- usted tiene frio, y su hermano, como un buen hermano tiene que ser, debe cederle su chaqueta a su hermanita señorita- dice mi hermano imitando a un policía-.

Estallo entre risas y acepto su chaqueta. De dónde abrá sacado esos modales?

Cuando llegamos a casa, lo primero que hago es despedirme de mi hermano y tirarme a la cama. No tengo ganas de hacer nada. Soy una vaga.

Cuando me levanto para ir al baño y darme una buena ducha, mi movil empieza a vibrar y en la pantalla se puede ver el nombre de mi mejor amiga, Ana.

Entonces, lo descuelgo.

-Ana!!

-Nina!!

- Qué tal? -dije tirándome a la cama de nuevo-.

- Muy bien!! Has bailado espectacular.

- Gracias, Ana.

- Alomejor esto es un poco precipitado para ti, alomejor estás muy cansada y eso, pero tengo planes para esta noche, verás, mis padres me han dicho que mis primos, primos primeros y segundos, van a hacer una fiesta y que estoy obligada a ir. A mi mis primos no me molan nada, así que les he pedido si te puedes venir tu conmigo, porque sino la fiesta sería un tostón. Que te parece?.

- La verdad es que estoy un poco cansada, pero me parece un plan estupendo, me apunto.

- Bien! Te recojo a las 8 en tu...

- No, -digo interrumpiendola- voy a ir en bicicleta, no hace falta que vengas a por mi. -

- De acuerdo. Viven en la calle Sunlier, en una casa con muchas rosas.

- De acuerdo, allí nos vemos, a las 8?

- A las 8. Adiós!! Te quiero.

- Chao! Yo también te quiero.

Y colgó.

Ahora el problema es que ropa me pongo... Vestido? No, demasiado elegante. Vaqueros? Perfecto.

Al final acabe vestida con unos "boyfriend jeans", una simple camiseta blanca, una chaqueta de lana y unos zapatos marrones. Me maquillé un poco, me puse un moño -aunque estoy harta de moños, ugh, pero es lo que más le pega- y me puse rumbo a su casa.

Cuando llegué allí, parecía ser la última, porque ya estaban todos allí. Qué raro, mi reloj marcan las 7:58.

Aparqué mi bicicleta cerca de una farola, me acomodé mi moño y fui directa hasta la entrada. Ya se escuchaba música desde fuera. - Uh, esto va a ser divertido-, chillaba mi subsconciente. Cuando llegue a la puerta, llamé al timbre. Un chico alto, vestido con vaqueros y camiseta negra, con pelo rizado y ojos verdes abrió la puerta. Me sonaba mucho este chico. Me sonaban sus ojos, su manera de mirarme. Parecía sorprendido. Eso es. Ya me acuerdo.

Él es el chico del teatro.

Royal Ballet TheatreWhere stories live. Discover now