Capítulo 11 "¡¿Qué tu qué?!"

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~N. Lucas.

Cada vez me importan menos, los que dicen que no es bueno, que haga todo lo que puedo pa´ que estemos juntos…

Me gusta esta canción. Si tan solo me importarán menos  las cosas, las personas, las opiniones de terceros. Pero qué digo, es una niña, ella jamás me vería de la manera en que yo la veo.

¿Dónde se han metido estos dos? Seguro se perdieron por la heladería. ¿Y si pasó algo? Joder, no, paranoias mías. Acabamos de llegar del viaje, ¡¿cómo va a pasar algo?! Pero… ¿y sí…Si?

La puerta se abre y mi cabeza gira de manera automática para recibir a mi pequeña con una sonrisa, pero ésta se desvanece de mi rostro cuando veo que James entra…solo.

—James, ¿qué pasa? ¿Y la niña? ¿Se ha ido con algún amigo?

—Hermano, tómalo con calma. —Su tono es nervioso y juega con sus manos. Su mirada está fija en el suelo.

—¿Qué es lo que debo tomar con calma? —Las palabras salen lentas, con un poco más de la agresividad que deseaba.

—Eh, Sam…no estaba en la escuela.

—No…no, no puede ser. ¡Fuimos a dejarla por la mañana! ¿Me quieres decir dónde está mi niña?

—N-no lo sé.

—No lo sabes. —Repito sus palabras con lentitud exasperante, no lo sabe, que no lo sabe…hermano, será mejor que me digas el paradero exacto de mi niña.

—Pregunté, y la que estaba cuidando al grupo…

— ¿Quién estaba cuidando al grupo? ¿Por qué alguien necesitaba cuidar al grupo? ¿Dónde, está, Felipe?

—Tampoco estaba, el pidió el día porque, yo que se joder, un compromiso o algo.

—O algo. Márcale.

—Ya lo hice, me manda a buzón.

~N. Samanta.

—Ya son las dos. —Hace aproximadamente media hora que termino el concierto pero nos apeteció dar una vuelta por el centro.

—Creo que se nos ha hecho un poco tarde, ¿nos vamos ya?

—Pues, tengo algo de hambre, llama a Lucas y James para ir a comer.

—Me parece bien. —Saca el celular del bolsillo trasero de su pantalón y hace una mueca.

— ¿Qué pasa?

—Pasa que no tengo batería, ¿dónde está tu móvil?

—Lo dejé en casa está mañana.

— ¡Genial!

—Eso es sarcasmo ¿cierto? Porque no le veo nada de genial a esto.

—Sí, es sarcasmo. Lucas me va a matar. —Pasa las manos por su espeso cabello halándolo hacia atrás, si sigue haciendo esto algún día se quedará calvo. Suelto una risita y voltea a verme extrañado y divertido a la vez.

— ¿Qué? ¿Tan mal maestro soy qué quieres que muera para conseguir un sustituto?

—Que no hombre, que no, no es eso.

—Ajá.—Me encanta su sonrisa, es despreocupada, contagiosa, y me encantan sus brackets azules. Le sonrío de igual manera y baja la mirada por un instante.

— ¿Por qué te matará? No creo que se enoje, vine contigo y él sabe que me cuidas.

—Yo, eh, olvidé avisarle que te venías conmigo al concierto. —Rasca su cuello en un intento de parecer despreocupado e inocente, pero sabe perfectamente que está en problemas.

Memorias de una adolescente.♚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora