Capítulo 14: Perdiendo el Control

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Las promesas se rompen y lo sabes

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Las promesas se rompen y lo sabes.

¿Acaso no te han roto el corazón antes? Pues no te hagas ilusiones, porque en cualquier momento pasará, y no necesariamente por estar enamorado. Existen otras razones.

Miedo, duda, tristeza y gente mal intencionada, solo cuídate de estas cuatro cosas. Te enferman, aunque no lo veas.

—Espera, ¿por qué me estás diciendo esto?

¿Por qué te aferras a lo hermoso y dulce de personas a quienes no conoces bien? Te pueden lastimar, y eso también lo sabes, así que ten los ojos siempre abiertos, hay personas que te harán mucho daño.

Como yo, que soy tu amigo o tu enemigo, tal vez.

—¡Detente! ¡Ya basta! —Yuuri se tapó los oídos, llorando—. No digas esas cosas, me duelen. Él no es así, él no me haría esto.

¿Por qué siempre esperas que todo pueda sanar con el tiempo?

No siempre será así tampoco, así como esperas que las personas no sean como crees que son, hay personas que te necesitan y te usan como paño de lágrimas cuando están mal, pero cuando se recuperan y todo les va de maravilla, te echan de su vida, así que no creas que todo lo hermoso es dulce, mejor despierta, idiota.

—¡Despierta!¡Yuuri! —Su madre pegó el grito de alarma tocando la puerta con fuerza—. ¡Yuuri ya es hora! ¡Arriba hijo!

Yuuri abrió los ojos de golpe, asustado. Se llevó la mano al pecho mirando detenidamente al espejo frente a su cama, algo agitado, sintiendo como el sudor, producto del verano, escurría por su cuerpo y mojaba su camisa nueva.

Peor... sus ojos estaban delineados con unas buenas ojeras, como si no hubiese dormido debido a una pesadilla, en donde la voz de su mejor amigo le decía cosas terribles.

—Mamá son las 3:00 de la mañana —refutó Yuuri sentándose en la cama—. Ya tengo todo listo desde la noche anterior, ¿Viktor ya llegó?

—Si Yuuri, apúrate —la mujer ya había bajado las maletas mientras Yuuri dormía—, vamos hijo, que Viktor llegó hace tres minutos.

—Diablos, mamá —miró la puerta con desgana y notó que su equipaje no estaba—, pareciera que me estuvieras echando de la casa... ¿Y mis maletas?

Yuuri aprovechó y se cambió la camisa sudada y se puso otra nueva para salir.

—En el auto de Viktor, cariño —es que Hiroko estaba echando a Yuuri de la casa por unos días, pero esperaba que regresara vivo de su viaje y lleno de amor.

Yuuri estornudó y no dijo nada más, sabía que discutir con ella no tenía sentido. Agarró su caniche de felpa y bajó a la sala abrazado del mismo, negándose a soltarlo, no hasta que Viktor lo tomó por sorpresa de la cintura y lo saludó con un dulce beso en la mejilla.

Cielo Escarchado [AU][VIKTUURI]Where stories live. Discover now