Los Hechos

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Una luz de color rojo se proyectaba a través de sus párpados molestando su vista, el sonido de las sirenas acercándose se filtró a través de su canal auditivo aturdiéndolo casi al instante; la ayuda venía en camino.
Intentaba jalar más oxígeno pero debido a las heridas y su posición incómoda esto era imposible, intentaba gritar o tan siquiera emitir algún sonido mas no podía, únicamente derramaba lágrimas de aquella desesperación que lo ahogaba.

A medida en que aquel vehículo se acercaba su cuerpo dejaba de sentir dolor, se sentía liviano, un sentimiento de paz lo invadió haciéndolo sentir tranquilo, cediendo finalmente a su destino. Fue así como el joven pasó sus últimos segundos de vida, poco a poco su respiración se agitó y después se detuvo regalando su último suspiro al aire, sus memorias lo abandonaron dejando únicamente el cascarón de su ser inerte.

La patrulla se detuvo frente al accidente, un auto de color gris yacía de cabeza, los daños significaban una pérdida total del vehículo mientras el otro involucrado tenía defensa del auto completamente sumida.

Dos policías descendieron de la patrulla para auxiliar a ambos separándose en dos direcciones distintas. Uno de ellos se acercó a quien se encontraba en peor estado, quiso saber su condición y notó que este no respondía a sus llamados, pasó su mano para tomar el puso percatándose que no tenía. Tomó su radio para así dar la orden.

- Aquí el oficial Barbrady, tenemos un 10-42, se trata de un accidente automovilístico- explicó - La ambulancia acaba de llegar pero necesito que llamen al servicio forense -

- 10-4 Entendido - respondieron al otro lado de la línea - ¿Dirección? -

-  Casi a las afueras del pueblo, en la intersección - respondió, la interferencia dió a entender que el mensaje había sido enviado.

Los paramédicos descendieron de la ambulancia bajando la camilla, se acercaron primeramente hacia Barbrady pero este les hizo la seña para que se pasaran de largo, ya no podían hacer nada por aquella víctima.
El hombre mayor procedió con el protocolo comenzado a revisar en el interior de lo que antes era un auto intentando buscar algo que lo llevara a conocer la misteriosa identidad del difunto; el escaso espacio del auto le dificultaba la búsqueda. Palpó el cuerpo intentando alcanzar los bolsillos en el pantalón del sujeto, al lograrlo sintió un objeto en su interior sacándolo poco a poco.

Distinguió un teléfono celular con la pantalla rota. Optó por encenderlo, al apretar el botón de desbloqueo la pantalla se iluminó mostrando una fotografía de dos chicos reconociéndolos en un segundo.
No era posible, no lo creía. Aquel chico que había visto crecer ahora estaba muerto, no, tenía que corroborarlo.

Sus manos temblaban de la impresión, sacó su linterna de su pantalón y la encendió, pasó una de sus manos a través de la ventana. Levantó sus cabellos manchados de rojo, iluminó su rostro y ahí lo vió, ya no había mayor duda.

Inmediatamente desbloqueó el teléfono gracias a que este no tenía algún tipo de contraseña. Se dirigió al registro de llamadas notando que había un contacto al que frecuentaba demasiado. Sin perder más tiempo decidió llamarlo pues él más que nadie tenía derecho a saber de lo ocurrido.
El tono de espera se escuchó por unos segundos y después alguien atendió al otro lado del teléfono.

-¿Tweek?...- preguntó una voz nasal

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