Bajo un Cielo a Punto de Caerse

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Nunca le había gustado la lluvia pues le traía pésimos recuerdos, en cada uno de ellos viéndose siempre llorando, algo patético a su parecer.
Su mirada estaba perdida en el techo, su cuerpo recostado sobre la cama mientras que daba una que otra calada a su cigarro. Las gotas de lluvia retumbaban en la ventana de aquel viejo departamento que compartía con su "pareja", si aún podía llamarlo así.

Unas horas atrás había discutido con él, los gritos y el golpe propiciado en uno de sus pómulos seguían frescos en su mente y su piel.
Las peleas entre ellos se habían vuelto constantes, siempre por la misma razón ¿Y cuál era esa? Simple, la vida avanza, forzando a las personas a cambiar y madurar con el tiempo, cosa que Craig Tucker se negaba a hacer.
A sus veintiún años seguía actuando como aquel niño de ocho años, le gustaban las mismas cosas, con algunos cambios y vicios que implementó a su vida llegando a la mayoría de edad. Se había mudado de su casa, rentando un departamento en el que vivían él y Tweek Tweak, su prometido.

Siempre se pregunta a sí mismo por que le había entregado ese anillo, ciertamente no hallaba la razón...

Su relación comenzó desde niños, podría decirse que fue un amor predestinado pues siempre sintió una conexión con él, siempre teniendo aquel impulso que lo arrastraba a proteger a ese pequeño rubio, a no querer separase de él. Y así pasaron los años, ambos crecieron mientras que su amor poco a poco se marchitaba, los dos lo sabían, pero se rehusaban a verlo.

Un año atrás Craig se decidió a dar ese último paso, su relación estaba en el punto de quiebre tras averiguar la infidelidad de este último, la única esperanza que vió fue en aquella joya que, para ser honestos le dolió comprar.
Inesperadamente Tweek aceptó su propuesta con una condición que consistía en que Craig debería replantearse su vida y a su vez cambiar para mejorarla.

El blondo estaba feliz por su compromiso, se había encargado de esparcir la noticia en aquel pueblito convirtiendo a la pareja en el hit del momento. El amor de Tweek hacia Craig creció exageradamente, llenándolo nuevamente de esa calidez embriagadora que lo hacía sentirse inalcanzable.

Cambiar su vida le había costado mucho, dándose cuenta que no podía ni quería hacerlo, en resumen no se sentía a gusto con un trabajo de medio tiempo y a su vez retomando los estudios para entrar a la universidad.
Desenterró sus viejos hábitos, incluyendo las visitas a su amante sin que su prometido se diera cuenta pues no le convenía que él se enterase. Su relación estaba en el pleno auge y no quería deshacerse de ese sentimiento de superioridad que Tweek le brindaba.
Se había vuelto costumbre para él y por supuesto se había adaptado a aquellas caricias y besos, no quería que terminara y mucho menos quería dejar libre a Tweek, no le daría ese beneficio. Estaba siendo egoísta y él lo sabía, mas no le importaba, en lo más mínimo.

Ese día, unas cuantas horas atrás Tweek descubrió la verdad sintiéndose roto y decepcionado una última vez. La confianza y el amor se habían perdido entre aquella discusión, sus recuerdos y el viejo departamento.
Optó por abandonarlo a él y a la ilusión de unir sus vidas comprendiendo al fin que él no cambiaría, renunciando a ellos por su propio bien.

Con lágrimas derramándose por sus mejillas y un enorme pesar lo golpeo, le gritó una vez más. Miró el anillo, un dilema estaba delante de él, aunque finalmente se desprendió de este aventándolo a su cara en un último ataque de furia.
Comenzó a hacer sus maletas aventando todo lo que podía dentro de ellas, las tomó junto con las llaves de su auto. Se dispuso a mirarlo una última vez pidiendo una clase de explicación que él por supuesto no tenía. Se quedó dentro del auto esperando a que Craig lo detuviera, cosa que no hizo. Arrancó el auto, veía el retrovisor y los espejos esperando verlo salir perdiendo aquel departamento a la distancia. Cada calle avanzada se materializaba en otra y otra lágrima que rápidamente limpiaba al tapar su vista, no podía conducir en ese estado.

Empezaría una nueva vida, lejos de south park, lejos de él. Unas gotas chocaron con su parabrisas, de la nada trasformándose en un diluvio. Rápidamente activo los limpiaparabrisas al igual que el aire acondicionado para evitar que su vidrio se empañara; no obstante cometió un descuido, un error que le costaría de vida pues Tweek se había olvidado de encender los faros para alertar a otros conductores de su vehículo.

Al llegar a las afueras del pueblo lo inevitable ocurrió, una luz brillante se acercó violentamente a él, el auto junto con él en su interior salieron suspendidos. Nunca entendió qué fue lo que sucedió...

El sonido de su celular lo sacó de sus recuerdos, perezosamente extendió su mano alcanzándolo, retomó nuevamente su postura al ver el nombre de Tweek alumbrando en la pantalla. Probablemente había olvidado algo o tal vez quería insultarlo un poco más, no lo sabía.
Dudó en atender su llamada dejando sonar su teléfono durante un rato. Finalmente la incertidumbre ganó haciéndole atender la llamada.

- ¿Tweek? - preguntó él. Del otro la línea se escuchaba una respiración alterada, inmediatamente se alertó - ¡Tweek! ¿Estás bien? ¿Dónde estás? -

- Craig... - escuchó una voz completamente opuesta a la de él - Habla el Oficial Barbrady -

- ¿Oficial Barbrady? - cuestionó - ¿Qué hace con el teléfono de Tweek? ¿Pasó algo? -

- Si... no se como decirte esto - confesó - Craig, yo lo siento mucho -

- ¡Dígame qué está pasando! - pidió ya alterado - ¿Dónde está Tweek? ¿Por qué tiene su teléfono? -

- Craig - hizo una pausa - Tweek acaba de tener un accidente, falleció hace unos minutos -

Un silencio abrumador reinaba en la llamada, únicamente escuchándose aquella lluvia que caía cada vez con más intensidad y uno que otro relámpago.

El Oficial Barbrady se encontraba preocupado al no recibir señales del chico, pronunciaba su nombre una y otra vez sin recibir respuesta. Intuía que estaba ocurriendo.

- Será mejor comunicar a sus padres - dijo - Yo lo haré, pero tú debes ir a la morgue a recoger su cuerpo ¿Podrás hacerlo? - le preguntó - ¿Craig? ¡Craig! - le llamó al no obtener una respuesta

- ¡Si! - respondió - Yo lo haré -

CONTRATIEMPO  Where stories live. Discover now