Alba Reche está viviendo el sueño de su vida. Lleva 2 años estudiando Bellas Artes en Roma, con una beca. Allí, trabaja en una cafetería para ganar un poco de dinero además forma parte de un grupo de canto junto a sus amigos. Actúa en el grupo de ca...
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7añosdespués
NarraAlba
-¿Ha llamado ya?- Me preguntó África saliendo por la puerta del patio.
-Nada.- Suspiré mirando hacia el gran jardín a oscuras.- Me estoy empezando a preocupar.
-¿Desde cuándo no lo coge?- Preguntó Dave llegando a nuestro lado.
-Desde ayer al medio día.- Les dije a mis amigos mordiéndome las uñas.
-Seguro que no le ha pasado nada Alba.- Me intentó tranquilizar Afri acariciando mis brazos.
-Sí, nos comentó que iban a estar en una zona con poca cobertura.- Dijo Dave intentando convencerme de que todo estaba bien.
-Lleváis razón.- Les dije a mis amigos un poco más tranquila pero sin abandonar mi preocupación.
-Además, su boda es la semana que viene.- Dijo África con una sonrisa.
-Eso, la Natinat se muere por verte vestida de novia.- Rió Dave contagiándome su risa.- Si hace falta se viene andando de Viena.- Los 3 reímos sabiendo que mi prometida era capaz de eso.
-Alba cariño, será mejor que subas arriba a descansar.- Me aconsejó África al verme bostezar.
-Llevas razón.- Volví a soltar un bostezo.- Sin Nat aquí terminar, organizar la boda se me está haciendo cuesta arriba.- Me despedí de mis amigos con abrazo y subí a mi habitación.
Nat y yo íbamos a casarnos dentro de una semana en la casa de campo de sus padres. Cuando estos entraron en prisión, la casa pasó a estar en manos de Elena. Mi cuñada nos había insistido en celebrar la boda allí porque, según ella, era el evento del año. Mi prometida y yo aceptamos encantadas pues la casa era una auténtica maravilla.
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Los meses anteriores habían sido una locura. Una preciosa locura. Organizar una boda no era tarea fácil. Menos mal que contábamos con la ayuda Sofía, la organizadora de la boda. Nos habíamos decantado por celebrar una boda al aire libre, en el jardín de la casa. Nos casaríamos el sábado 2 de julio a las 7 de la tarde y no podía ser más feliz.
