#9

1.5K 34 1
                                    

De algún modo que solo ellos entendían (pero que también era clarísimo para quienes estábamos cerca), se complementaban. Lograban un balance perfecto.

Eran concientes de lo opuestos que eran a la hora de mirar el mundo, tanto así que se lo tomaban incluso como un juego. Entre las cosas que disfrutaban haciendo juntos, que eran muchas, les gustaba ir al parque y sentarse siempre en la misma banca a observar a las personas que pasaban e imaginar sus vidas.

Las historias que Natalie inventaba eran de superación de obstáculos, de enfrentamiento valeroso a la adversidad, de felicidad porque sí y buenas noticias. Las de Oscar incluían derrapes, pérdidas, engaños y todo lo que podía salir mal. Si pasaba una pareja conformada por una joven y atractiva chica con una hermosa cabellera rubia y un hombre de bastante edad y con escaso pelo, Natalie decía "Qué lindo, el amor es ciego y no tiene edad", mientras que Oscar comentaba: " Él debe de tener mucho dinero".

Siempre con risas, hacía bastante tiempo que ya habían aprendido a disfrutar de sus diferencias. Natalie sabía que sin Oscar estaría siempre volando por las nubes, y Oscar que sin Natalie nunca despegaría del suelo.

La verdad es que no sé por qué me meto a contar esto. Ya dije que Oscar es el escritor. Yo solo me dedicó a hacer videojuegos. Lo mío son los números, Los códigos, La programación, no las palabras. Supongo que lo cuento porque necesito hacer mi catarsis, exorcizar mis demonios.

Detrás de esta historia, o por delante, está mi amigo. Mi hermano. Y tengo que reponerme, cargar fuerzas y hacer lo que haga falta para expulsar mi propio dolor para poder ayudarlo.
Es que si sigue así, quien va a terminar mal es Oscar. Y yo con él.
Entonces sí que va a ser una tragedia, de esas que tanto le gustan

Di Hola Where stories live. Discover now