Hermanos

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Frustración, Enojo, Ira.

No había palabras que describieran la desesperación que estaba sintiendo en ese momento.

El dolor disfrazado de ira, mientras la figura del vehículo reposaba junto a él.

-¿Por qué? se pregunto furioso, ¿Por qué te marchaste así?, ¿Por qué no me esperaste?- Exclamo con exasperación, sintiendo el dolor perforar lo profundo de su alma. Y es que no existe manera de expresar lo que un hijo siente al perder a un padre.

-¡Noooo!- Continuo furioso recorriendo esa cochera con pasos rudos. No sabía que hacer a quien culpar. Pero no existía un culpable real, no había nadie que hubiese hecho algo para robar la vida de aquel que lo vio nacer.

Ahora estaba sólo, un simple auto y él. Su mirada se poso en las estructura de cromas amarillos, su brillo tan sólo revelaba la dedicación de un hombre a punto de despedirse. Una nueva onda de odio recorrió sus entrañas. "Pensaba más en ese Auto que en él"

...

A veces en los momentos de más dolor solo buscamos algo o alguien a quien culpar, para escapar; por no quererlo enfrentar.

...

Sin pensarlo más, el joven tomo los cuadros destrozándolos con sus propias manos, los cristales estallaron al hacer contacto con el piso distribuyéndose por toda la habitación, las fotografías cayeron desnudas a sus pies, pero a el no le importo más. Permitiendo a esas lagrimas caer libremente, por primera vez.

-¿Por qué, porque?- Repitió para sí inundando la habitación con su desesperación.

El vehículo no respondió, el tampoco conocía el porque, pero le dolía en lo profundo de su chispa ver lo que el joven estaba haciendo, el ver los tesoros de su padre caer tan fácilmente a sus pies. Tantos recuerdos perdidos en una arranque de enojo. Tantos éxitos, tantas ilusiones, tantos sueños destruidos.

-Lo intente- Quiso decir, conciente de que esas palabras nada solucionarían al final.

Justificaciones era todo lo que encontraba, excusas por haber sido incapaz de salvarlo, si tan solo supiera que la verdad no era así, y que el hombre partió feliz, en la cúspide de su sueño, con el corazón al frente, en lo mejor de su vida... Todo gracias a él.

...

A veces nuestro propio remordimiento no nos permite ver la verdad...

....

El muchacho tomo las llaves del carro subiéndose a él rápidamente azotando la portezuela con prisa. La cochera se abrió mientras, sin cuidado arrancaba metiendo la reversa.

-Tan distinto al toque de su padre-

El motor refunfuño al exceso de violencia con los cambios bruscos, el clutch resintió su enojo, así como su caja de velocidades.

La ira estaba impresa en cada movimiento, en cada aceleron. El Mustang a pesar de todo respondió lo mejor que pudo, entendía que él necesitaba eso, una carrera más, aquella buscando las respuestas que él fue incapaz de encontrar.

...

La forma amarilla recorrió los caminos nuevamente, pero esta vez le acompañaba la oscuridad de la noche y el descuido de alguien que no lo quería más, que lo culpaba de lo que sucedía, que lo odiaba.

Un sentimiento muy familiar, uno que conocía perfectamente bien.

Un enfrenon lo hizo virar evitando el impacto con otro auto, nuevamente el acelerador fue a fondo con la fuerza del combustible bombeando de manera descomunal.

Terran Un mustang sin jineteWhere stories live. Discover now