duodecim

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Nora: ángel o demonio que ha decidido darle su lealtad a ambos reinos, por ende, un traidor de su naturaleza. 

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Taeyong por alguna razón se sentía frustrado. Se prohibió sentir emociones negativas desde que se volvió un ángel tutor, pero Dios lo estaba poniendo a prueba con los comportamientos de Mark. No era el peor, pero para ser un querubín su conducta no era la mejor. Desde que llegó no había mostrado una excelente conducta pero se lo perdonaban debido a que probablemente se sentía desubicado, ahora ya no, Kun estaba dispuesto a castigarlo por romper las reglas celestiales, desde su primer castigo Taeyong había tenido una plática con él sobre cómo debería de mejorar su conducta. Pero lo que había hecho recientemente era imperdonable, había besado a un ser infernal, debería ser castigado. Taeyong lo aceptaba, sabía que esa situación estaba fuera de sus manos. Pero estaba frustrado. Normalmente el cielo actuaba inmediatamente, pero no había pasado nada por el resto del día.

—Hyung, ¿podría dejar de comer sus uñas? Creo que yo debería ser el nervioso —dijo Mark sentado frente a su tutor.

—No han venido y Jaehyun aún no ha regresado, también estoy nervioso —respondió Taeyong —Mark, ¿él te besó primero?

Mark esperó unos segundos para contestar.

—Sí...pero yo también lo disfruté —

Taeyong solo exhaló y se recargó contra la silla.

— ¿Él te gusta? —preguntó.

—Ah, hyung, ¿a qué vienen esas preguntas? —

—Mark, es imposible que un ser infernal y celestial estén juntos —

— ¿E-está mal que me guste? —

Taeyong se derritió internamente, no podía decirle que no pero tampoco quería decirle que era pecado.

—No sé qué contestarte, Mark. Está conversación no la debería de dar yo, cuando venga Jaehyun podemos hablar con él —

Jaehyun sabía más sobre el tema, después de todo él era un cupido.

— ¿Y en dónde está hyung? —preguntó Mark.

—No lo sé, dijo que tenía unos asuntos que arreglar —

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—Arrodíllate ante mí y ruega por mi perdón —decía Leviatán ante un alma perdida — Tienes prohibido el paso al cielo y al infierno, las almas de la muerte no te aceptaran. Soy tu única salvación.

—P-perdón, ¡Perdón! —repetía mientras se arrodillaba ante el demonio.

Sonriendo comenzó a sacar sus alas que parecían cuero pero eran aún más resistentes que aquel material. Negras y sin luminosidad, completamente opacas y delgadas pero afiladas.

— ¡Juro que me portaré bien! —rogaba entre lágrimas.

—A mí no me interesa si te comportas bien, has muerto pero aún sigues siendo tan débil como un humano —dijo inclinándose y delineando su mandíbula con su la yema de su dedo índice.

Un espectador miraba desde la lejanía detrás de un árbol admirando la belleza de las alas del demonio y la estética de la figura de este.

—Acépteme en su reino, se lo ruego —

Leviatán solo sonrió y tomó delicadamente el cuello del alma para después levantarlo bruscamente y acercar su rostro al suyo.

—En mi reino, los débiles mueren apenas dan un paso —dijo mirándolo a los ojos.

please, angel «markhyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora