𝓓𝓻𝓪𝓫𝓫𝓵𝓮𝓼 𝓒𝓱𝓮𝓻𝓲𝓴

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•No me voy a morir•

— No sé porqué siempre te vas, siempre que pienso en ti te extraño, ¡¿por qué no puedes simplemente quedarte conmigo?! — Y aventé lo primero que se me ocurrió, destrozando un lapicero, otra vez hablando solo contra la pared.

Todo estaba normal como antes, veía  a los niños pasar y reír en el patio de la mansión por mi ventana.

— Raven, no, no me voy a morir. — Bromee con mi chica, mi mejor amiga, la cual estaba muy preocupada por mi bienestar desde tu partida. Pero era cierto, nada va a cambiar sólo porque no estás aquí.

— No, no me duele, cariño. — Le contesté alguna vez a Jean, luego de que mi corazón me traicionara ante un recuerdo tuyo, haciéndome llorar en la cocina.

— Era increíble, era... un hombre hermoso, valiente, obstinado y a veces un maldito demente, pero... lo amaba. — otra vez hablándole al espejo sobre ti, pero si no iba a decírselo a nadie más, tendría que buscar mis propios medios para sacarte de mi sistema.

Yo no entendía como aquí nada pudo cambiar, veo la luna brillar por mi ventana, como si hasta ella se burlara de mí; la gente seguía con su vida, y de verdad no entendía como podían seguir sin ti aquí. Y mi corazón se marchitaba, lo sentía, pero no, no me voy a morir porque tú no estés aquí, y tampoco me dolía. Pero quizá mi corazón era un traicionero que te extrañaba.

Cartas viejas, sueños rotos, tus ojos en esa foto, todo lo que no dijimos y lo que nos prometimos. Todo regado en el suelo de mi habitación, lo que hasta el momento había quedado intacto y guardado ahora mismo estaba destrozado, al menos su mayoría. Las canciones que escuchamos, y los libros olvidados, todo eso son recuerdos porque tú te encuentras lejos.

— ¡NO ME VOY A MORIR, MALDITA SEA! — Estaba perdiendo el control, te odie más que nunca en ese momento, pues extrañarte quemaba todo mi corazón. — ¡NO ME DUELE!

Me desplomé en el suelo a llorar, estaba perdido sin ti, y entonces sentí una mano en mi hombro, quise decirle a Raven que se largara, que quería estar solo, pero la voz proveniente de la otra persona en el cuarto me detuvo.

— Charles, lo siento. — Y mi corazón dejo de arder en llamas, dando paso a un alivio indescriptible de que estuvieras cerca de nuevo.

— — —
Ok, tengo que admitir que soy súper fan del grupo Belanova. Y sí, sé que estuve desaparecida, pero yo espero volver con normalidad.

Extrañaba mucho esto, yo los amoooo.