Beso de media noche

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La noche era tranquila y silenciosa en el País del Fuego. El equipo de Sasori se encontraba en una pequeña cabaña oculta en medio del bosque para pasar desapercibidos, estaban siendo buscados por las fuerzas militares de varias aldeas gracias a los numerosos escándalos que causaban para cumplir con sus misiones y debían ser cuidadosos.

Deidara y Rei dormían tranquilamente en una habitación mientras que Sasori trabajaba en sus marionetas y hacía guardia en la sala principal. El chico se encontraba en un profundo sueño cuando de pronto, oye a la distancia que una voz femenina dice su nombre.

- Deidara – dice la voz. – despierta, Deidara.

Sólo un quejido salió de la boca del chico que aún medio dormido, se esforzaba por abrir los ojos.

- Deidara, despierta dormilón. – insiste la voz.

- ¿Hm? – responde apenas, abriendo los ojos para darse cuenta de quién lo estaba llamando. - ¿Rei?

- Ya despierta de una vez – susurra la chica con una leve y cálida sonrisa dibujada en sus labios.

- ¿Qué sucede? – pregunta confundido rascándose los ojos.

- Hazte a un lado, quiero enseñarte algo, pero debo acercarme para que Sasori no pueda oírnos. – dice y levanta la sábana que cubría al rubio para meterse a la cama con él.

¿Qué está sucediendo? No entiendo nada, Rei nunca había actuado así, no suele ser tan confiada – pensó el chico. – No sé qué trae entre manos, pero sí que logró sorprenderme esta vez, nunca me había sentido tan vulnerable estando con ella.

- P-pero estoy sin camisa... - protesta Deidara evidentemente nervioso y hace a la chica reír.

- Eso no importa, tontito. – responde y se mete a la cama. – no la necesitas.

Dios mío, está tan cerca, no tiene ni la menor idea de lo que provoca en mi al hacer estas cosas – pensó sin responderle – maldición, siento como me arden las mejillas en este momento, si sigue actuando así logrará matarme de un infarto. – tragó saliva y la miró.

- Vamos, Deidara, sabes que nunca te haría daño – le sonríe – no tienes de qué preocuparte, además sólo tomará un segundo y estoy segura de que me lo agradecerás cuando termine. – dice inclinándose y quedando frente a frente sobre el chico.

- Rei... - susurra nervioso corriendo la cara hacia un lado.

- No, así no, tienes que mirar hacia arriba, así – dice tomando suavemente el rostro del chico con su mano y acomodándolo de frente a ella – ahora cierra los ojos.

- B-bien... – obedece.

¿Acaso me besará? – piensa Deidara - ¿Será que Rei al fin decidió tomar la iniciativa? Pero ¿por qué ahora? No puedo creer lo que está sucediendo en este momento, es todo tan irreal... sin embargo, muero porque sea verdad... por favor, por favor que sea eso, por favor que al fin nos besemos...

- Así, muy bien, ahora quédate quieto y déjame hacerlo ¿sí? – dice Rei y toma al chico suavemente por el mentón.

- Mhm – asiente levemente.

Rei se acerca lentamente a Deidara, sintiendo como poco a poco sus rostros se van uniendo. La respiración del chico se agita, el corazón le late a mil, un escalofrío recorre su espalda cuando siente como Rei presiona suavemente sus labios contra los suyos. Al fin había llegado el tan anhelado beso. Deidara tarda un par de segundos en reaccionar, lo que tanto había deseado al fin se había hecho realidad, no sabía cómo ni por qué, pero no era realmente importante en ese momento, todo lo que importaba era disfrutar cada segundo.

Poco a poco el beso va haciéndose más apasionado, sus bocas se abrieron y sus lenguas se comenzaron a mover. – Sus labios son tan suaves - pensó Deidara - y.... y su lengua... dios, se siente tan bien. – continuó. Tímidamente el chico comienza a deslizar sus brazos por la cintura de Rei, quería disimular que estaba sumamente nervioso por la situación.

- Puedo sentir que lo estás disfrutando. – dice Rei entre besos.

- S-sí – responde apenas – tus besos se sienten muy bien, Rei.

Continuaron así por unos segundos, pero la respiración entrecortada del Deidara alertó a Rei de que este no daba más de los nervios y necesitaba relajarse. Rápidamente separa sus labios y toma unos centímetros de distancia para que el chico pudiera regular su respiración.

- ¿Estás bien? - pregunta la chica viéndolo con preocupación.

Deidara se toma un segundo antes de responder para observarla - Es tan linda - piensa mientras lleva una mano al rostro de la chica y comienza a tocarla delicadamente con la yema de los dedos - es realmente una belleza, su piel... sus ojos... sus labios... todo en ella es... arte.

- ¿Qué haces? - pregunta Rei sonriendo dulcemente.

- Sólo quería comprobar que fueras real, - responde observando cada detalle del rostro de su compañera - nunca te había visto tan de cerca...

- Soy yo, tontito - ríe - ¿acaso nuestro beso no te pareció real?

- Claro que sí, es sólo que aún no puedo creerlo... nunca pensé que lo harías...

- Bueno pues llevaba años esperando que tú lo hicieras, pero ya que no tomabas la iniciativa, alguien tenía que hacerlo ¿no crees? - le acaricia el cabello sin dejar de sonreír.

- Todo este tiempo... todos estos años... siempre te he amado.

Con una sonrisa, Rei se inclina sobre Deidara y deposita un ligero beso en su frente, el chico sonríe y respira profundamente mientras cierra los ojos. Estaba en paz, como nunca, se sentía tranquilo, al fin se lo había dicho, amaba a Rei y ella al fin lo sabía, se sentía tan bien...

Poco a poco su conciencia se comienza a disipar y de pronto, sus ojos se abren de golpe. Rápidamente toma asiento en el colchón y mira a su alrededor, todo estaba oscuro y frío, estaba desorientado, hasta que de pronto lo entendió.

- No... - susurró mirando a todos lados, encontrando a Rei dormida en el otro extremo de la habitación, dándole la espalda, exactamente como estaba antes de que Deidara se fuera a dormir - Todo... todo fue un sueño... - continuó decepcionado.

Volteó y hundió la cara en la almohada lleno de vergüenza, tristeza y frustración. Todo había sido perfecto, la chica a la que tanto quería, lo quería de vuelta y hasta se habían besado, ya todo estaba resuelto. Desanimado suelta un profundo suspiro y se acomoda para volver a dormir.

- ¿Deidara? ¿Te encuentras bien? – pregunta Rei medio dormida.

- R-Rei... perdón por despertarte, estoy bien. – responde nervioso, ahora que había soñado tal cosa se avergonzaba de hablarle y mucho más de haberla despertado.

- ¿Pesadillas? – preguntó la chica.

- Nada de eso... fue más bien un agradable sueño...

- ¿Entonces por qué suenas tan desanimado?

- Pues por eso, fue sólo un sueño... y uno que dista mucho de la realidad...

- Hm, ¿Se puede saber qué soñaste?

- Olvídalo, es estúpido...

- Bueno, entonces vuelve a dormir y descansa, quizás mañana me lo quieras contar.

- S-sí... seguro... buenas noches, Rei.

- Buenas noches, Deidara.

Rei se da media vuelta en el colchón, se cubre hasta el cuello con las sabanas y desactiva su sharingan – Lo siento, Deidara, – susurra para sí misma mientras toca sus labios y sonríe levemente – desearía tener el valor para hacerlo sin recurrir a las ilusiones.

deidara › uchiha reiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora