-Listo, este lugar es digno de una princesa azteca -dijo en un tono sarcástico aquel hombre tan irritante
-Gracias, es estupendo -dije feliz
Le sonreí y le di a entender que me encantaba el lugar, lo que hizo que su sonrisa burlona desapareciera y posteriormente se fuera
-Pero que hombre tan irritante
-Sí, me dieron ganas de partirle la boca -dijo Santiago
-Sí y a mí a la idiota esa que se te acerco -dije mientras me sentaba al lado de él
-¿Estas celosa? -dijo riéndose
-Claro que estoy celosa, nadie se te había acercado así en ningún lado en el que hemos estado y esta confianzuda se te acerca como si fuera quien
-Es la sobrina del cacique tlaxcalteca -dijo Acoalt
-¿Y eso qué?, que no se le acerque a mi marido o la voy a matar
-Te vez tan linda celosa -dijo Santiago riéndose
-No te rías, me haces enojar más
-Está bien ya no me voy a reír -dijo tratando de ocultar su sonrisa
-Mejor me voy a ir a bañar -dije y me levante
-Si lo mejor es que te calmes -dijo Acoalt molesto
Me bañe y al terminar me quede en el baño a esperar a que el coraje se me quitara, cuando me sentí más tranquila salí, Acoalt ya estaba dormido y parecía que Santiago también, así que sin hacer mucho ruido me acosté a su lado pero dándole la espalda, en eso él se volteó y me abrazo, recargando su barbilla en mi hombro.
-¿Estas enojada conmigo?
-No
-¿Entonces?, yo ni siquiera le respondí el saludo -dijo y entonces me volteé para verlo
-Ya lo sé, solo que me dio mucho coraje que te hablara y te viera de la forma en que lo hizo, además ella y el otro nos han tratado mal, eso me molesta también.
-No tienes de que preocuparte yo te amo y nunca te cambiaría por nadie, por lo demás es cuestión de que te conozcan, todo saldrá bien -dijo
-Lo sé, ¿puedes perdonarme?, es que hay veces que no puedo controlar mi coraje -dije avergonzada por mi actitud
-No tengo nada que perdonarte, además me alegra que te pongas celosa
-¿A sí? -dije alzando las cejas
-Sí, porque eso significa que me quieres, debo preocuparme cuando ya no me celes -dijo mientras me daba un beso
-Te amo mucho nunca lo olvides -le dije mientras le tomaba de su mejilla
-Yo a ti, anda ya duérmete, necesitas descansar.
-Si
Nos abrazamos y nos quedamos dormidos pero en la madrugada un grito nos despertó, Acoalt salió primero de la cabaña y después salimos nosotros a ver de qué se trataba, y cuál fue mi sorpresa el grito provenía del alma en pena de mi madre Marina
-Regresen a dormir -dijo Carlos desde su cabaña
-Sí, solo nos alarmo el grito -dijo Santiago
-Pues acostúmbrense, la llorona suele espantar en las madrugadas, pero no se preocupen no es siempre
-¿La llorona? –pregunte molesta
El sobrenombre me molestaba, no sabían nada de ella, ni de cómo había muerto, de alguna manera sentía que el apodo sólo era para burlarse, que claro como Carlos me caía mal podía haberlo mal interpretado pero en ese momento estaba furiosa con el
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La última princesa azteca
Historical FictionLa historia de una chica que luchará por su libertad y la de su país.