"Un héroe puede ser cualquiera, incluso un hombre que hace algo tan simple como poner un abrigo en los hombros de un chico".
"Nunca sabrás lo que es volar si no tomas el riesgo de caer".
"Dime, ¿qué te molesta más? ¿Saber que tu peor fracaso regres...
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Tim Drake x Reader
-No creí que vinieras.- dijiste con una sonrisa saliendo de la oscuridad.
-No lo iba a hacer.- contestó volteando, mientras su capa se movía dramáticamente con el viento. Te cruzaste de brazos y te acercaste unos pasos, pero manteniendo distancia.
-Mientes, Red.- te miró sin expresión durante unos segundos con la ciudad a sus espaldas y la luz de la luna iluminándote.
Tu cabello azul brillaba y tus ojos estaban haciendo su magia. Los dos sabían que eras capaz de encontrar cualquier mentira, pues no leías mentes por diversión.
-¿Por qué llamaste?- preguntó cambiando de tema como sabías que haría. Siempre lo hacía cuando sabía que tenías razón.
-Tengo algo importante que decir, pero no creí que llegaras tan pronto. Después de todo soy solo una criminal más.- lo dijiste con una sonrisa en el rostro y el viento despeinándote un poco.- Y tú eres solo otro héroe más.
-Ve al punto, no tengo toda la noche, Crystal.- sus palabras habían sido rudas, pero no honestas. Estaba cansado. Su mente lo reflejaba, pero también la curiosidad de saber que le dirías.
-Está bien, Chico Maravilla.- contestaste sacando una risita y caminaste hasta detenerte a su lado y mirar la ciudad. Era otra noche oscura y terrible para la capital del crimen. Era otra noche difícil para los héroes y divertida para los lunáticos que amaban ver a otros sufrir.
Te agachaste y mientras Red Robin te miraba sin confiar suficiente, le señalaste un edificio visible y aparentemente común.
-Allá.- Red Robin se agachó junto a ti al borde de la azotea y miró al lugar señalado.- El edificio marrón con el letrero de letras neón. Es donde harán el intercambio. Cuarenta y seis kilos de cocaína a cambio de chicas de tráfico humano.
-¿Cómo sé que no estas mintiendo?- te dijo, mirándote através de su antifaz.
Si lo que decías era cierto, eras una especie de salvación. Había estado siguiendo a una pandilla que le vendían drogas a adolescentes por unas cuantas semanas. Sabía en donde operaban, pero no tenía pruebas suficientes para entregarlos a la policía. Ahora le habías dado todo en bandeja de plata y aunque estaba aliviado, no estaba seguro. Eras una criminal como Pinguin y Two-Face. ¿Por qué te creería ahora?
-No gano nada en esto.- contestaste y luego de mirarte por unos segundos, decidió que estabas diciendo la verdad. Podía ver la sinceridad en tus ojos.
Le informó a Oracle y Red Hood se puso en camino. Se levantó y se acercó a la esquina de la azotea con su gancho en manos, sin embargo, antes de dispararlo, se detuvo y giró a mirarte.
Lo observaste de pie, leyendo sus pensamientos y eso fue suficiente. Sus palabras no tuvieron que dejar sus labios para que las supieras. Y antes de que dijeras algo o hicieras algo, Tim Drake simplemente sonrió de lado y se perdió en la noche oscura y te quedaste allí lista para verlo salvar la ciudad...otra vez.