Ｓｅｂａｅｋ ｃｈａｔｓ！

;;sChOol;;

Tras la fría conversación con Baekhyun, Sehun desayunó y se arregló para ir al insti.

Llevaba tiempo viendo al peliblanco en los recreos, pero no quería hablar con él por si invadía su espacio. A veces se saludaban o conectaban miradas y ambos sonreían y se sonrojaban.

Sehun entristeció ante tal recuerdo.

–Sehunnie, no te olvides el almuerzo. –Su madre le metió un taped en la mochila.

–Ya lo se, mamá.. –Suspiró y se fue, despidiendose vagamente con la mano.

Llegó al instituto y trató de buscar a Baekhyun, pero al no verle por ninguna parte, decidió entrar a clase de una vez.

No prestó mucha atención, su cabeza no paraba de dar vueltas lo que le diría a Baekhyun. ¿Qué podría decir para que le perdonara?

Matemáticas se le hacian increiblemente pesadas, no eran lo suyo. Trató de que las horas pasaran lo más rápido posible.

«30 minutos... 15 minutos... 5 minutos...»

Al fin salió al patio y recorrió todo el instituto en busca del bajito peliblanco.

Había todo tipo de estudiantes con todo tipo de peinados y estilos. Fue complicado encontrar a Baekhyun, pero Sehun realmente no se quería rendir.

Primero divisó a Luhan, después a Kyungsoo, y finalmente a quien estaba buscando.

–¡Hey! –Se acercó a ellos. –Baekhyun...

–¿Qué quieres, Oh Sehun? –Este le respondió fríamente.

–Hablar.

Luhan se interpuso entre ambos dispuesto a defender a Baekhyun.

–Baekhyun no te necesi- –La mirada me atravesó, enfocando algo detrás de mi. –¡Minseokie!

Chilló al ver a Minseok hablando con JongIn a la distancia. Este, abrió los ojos y trató de camuflarse con el paisaje.

Y como era de esperar, Luhan salió corriendo a babearle.

Baekhyun se dio un golpe en la frente y volvió a enfrentar a Sehun.

–No quiero hablar, yo diría que todo lo que se tenía que decir, se dijo.

–Pareceis un matrimonio al borde del divorcio. –Dijo Kyungsoo, observando desde unos metros.

–¡Chst! –Baekhyun le sacó la lengua. –Hablemos en otro sitio. –Agarró al más alto y se lo llevó.

Ambos se miraron.

Baekhyun deseaba tanto hacer las paces como Sehun, pero había algo que se lo impedía. ¿Orgullo? Quizás.

–Baekhyun... Me gustas. –Los labios de Sehun hicieron un pequeño puchero. –Siento haber pensado aquello de ti, de verdad que no me lo creía, pero había muchas pruebas y me sentí como un tonto.

–No quiero que me vuelvas a juzgar sin preguntar primero. Mirame. –Sehun le miró a los ojos, que a su sorpresa, eran cariñosos.

–Perdon. –Sintió unas lagrimillas correr por su rostro. Más que nada, era por los nervios de perderle.

–Te perdono. –Le secó las lágrimas. –No llores, venga.

Sehun asintió y paró de llorar, pues tampoco eran cataratas.

–Y... Tú también me gustas. –Le sonrió.

«Guay... No fue solo una intuición.» –Se dijo a si mismo.

–¿Enserio? ¡Qué guay!

A Baekhyun le parecía totalmente adorable cuando se comportaba infantilmente.

Sonó el timbre, anunciando que ambos debían volver a clases.

Baekhyun se despidió besandole la mejilla y con un «¡Adiós Sehunnie!».

Y Sehun sintió morir.