El mismo destino pero no las mismas condiciones.

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Draco miraba estupefacto a Pansy.

- ¿Pero qué dices? - preguntó, olvidándose por completo de que a Hermione había salido corriendo.

- No te hagas el tonto, Draquis, que tengo pruebas - dijo ella guiñándole un ojo.

- Mira, Draco, vete a por Hermione, porque debe de estar ya en el quinto coño y realmente estoy alucinando porque la única que ha salido tras ella ha sido Ginny - dijo Blaise, con su común calma pero con el ceño fruncido y visiblemente molesto - Y Pansy, eres un amor de chica, pero cuando está Draco se te va muchísimo el caldero, así que sea lo que sea que le hayas hecho a a Draco ahí dentro, porque es obvio que no te ha hecho el amor voluntariamente, pídele perdón de rodillas y cuando Ginny y Draco vuelvan con Hermione más te vale arrodillarte para ella también.

Ron y Pansy se quedaron mirando a Zabini sorprendidos. Aquel chico siempre intentaba buscar soluciones para todo. Como para no quererle, pensó Pansy.

- Eres increíble, tío - le dijo Draco a Blaise antes de irse.

Pero justo cuando el rubio estaba dispuesto a salir, Ginny volvió chillando como una loca, llorando con desesperación y completamente mojada por la lluvia.

- ¡Se ha tirado! ¡Se ha puto tirado, joder!

El miedo invadió cada centímetro del cuerpo de todos, sobre todo de Draco y Ron.

- ¿De dónde se ha tirado? - preguntó Blaise, al ver que su amigo parecía a punto de desmayarse.

- Del... - Ginny rompió a llorar - Del barranco.

Por primera vez desde que vio morir a su madre, Draco sintió otra vez aquel sentimiento. Esas tijeras que te partían el alma en pedazos, que destrozaban cada pedacito de amor en ti. Hermione, lo más bonito que le había pasado nunca... estaba, ¿muerta? Solo pensar en aquello le hacía perder el sentido. Desde semejante altura, la chica habría muerto.

El rubio intentó salir de la tienda, pero el Zabini lo agarró del brazo.

- Draco, sea lo que sea que le haya pasado, no te va a pasar a ti también, ¿vale? - le dijo dándole un fuerte abrazo.

El chico empezó a respirar con agitación, su vista se nubló y poco a poco fue perdiendo el equilibrio de las piernas. Blaise notó como el cuerpo de Draco ya no se mantenía de pie y lo llevó a una cama, al igual que Ron a Ginny, a la cual le había pasado lo mismo que a Draco.

Cuando ambos despertaron, se miraron y enseguida se dieron cuenta de la situación.

- Hermione - dijo Ginny llevándose las manos a la cabeza. Los dos salieron de la habitación, y seguidamente de la tienda. Ya era de día.

- No me jodas, Weasley - se desesperó Draco mordiéndose el labio hasta hacerse sangre.

Ahora el que lloraba era él. Era la primera vez en su vida que Ginny veía llorar al egocéntrico, engreído e insoportable Draco Malfoy. Pero de aquellas cualidades ya no le quedaba ninguna. La pelirroja lo abrazó con la máxima fuerza posible y el chico hizo lo mismo. Así, en ese momento, dos almas destrozadas intentaron unirse para recomponerse.

De lo que nadie se había enterado la noche anterior es que Pansy siguió la misma ruta que Hermione.

- Todo fue culpa tuya, zorra de mierda - se dijo para sí misma antes de tirarse.

Tuvo exactamente el mismo destino que Hermione, pero no la mismas condiciones.

A mitad de la caída, alguien en escoba la recogió y la llevó a casa de los Malfoy. Hermione, al quedar inconsciente por aquella rama, no se había enterado del viaje hasta aquella casa.

- Señor, le traigo a una nueva - dijo el mortífago que la sujetaba.

Otra vez aquel horrible rostro, aquel rostro sin alma, sin nariz. Sin cordura. Lord Voldemort estaba allí presente y, ¿Lucius y Narcisa Malfoy?

- ¡Pansy! - gritó la mujer al verla - ¿Dónde está mi niño? ¿Dónde está mi Draco?

La chica pudo comprobar en el rostro de la Malfoy unas ojeras increíbles y un dolor profundo en sus pupilas.

- Señora... yo creía que usted estaba muerta...

- Ohh, ¿eso te contó nuestro queridísimo Draco? - siseó Voldemort - ¿Sabes que el boggart de tu novio es ver a su madre morir? Quizá lo utilicé en su contra. Y lo de Lucius, por si te lo preguntas, solo fue una actuación.

- Pansy... mi niño... - repitió Narcisa, agarrándole el rostro con las dos manos a la Parkinson.

- Su hijo está bien, señora Malfoy, se lo juro - susurró la chica para que nadie más que la mujer la oyera.

- Bueno, cielo, sabes que eres bienvenida aquí - dijo Bellatrix, que llegó arrastrando a una chica del pelo.

Cuando Pansy pudo distinguir su rostro, su alma se congeló.

- ¡Hermione!

- Zorra... - susurró la chica, sin fuerza en el cuerpo, con los ojos empapados en lágrimas.

- ¡CRUCCIO! - gritó Bellatrix, haciendo que Hermione se retorciera de dolor en el suelo.

Solos tú y yo.Where stories live. Discover now