┃67 ┃

630 108 37
                                    

SHAWN

Solo es necesario que apague el auto para decir que ya me encuentro en la universidad, pero cada vez que levanto la mano para hacerlo es imposible sacar la llave de donde se encuentra, el miedo se apodera de mí por completo y quiero regresar al departamento para sentirme protegido, aunque sé que si lo llego a hacer me arrepentiré por el resto de toda mi vida, así que llevo media hora sentado sin animarme a salir para caminar a donde todos se encuentran. La emoción y los nervios también se encuentran muy presentes, porque no puedo creer que sea verdad que Kayla vaya a cantar por primera vez en público y aunque no seamos novios quiero apoyarla.
Tomo aire armándome de valor por enésima vez y sin pensarlo saco la llave y bajo del carro para caminar a la entrada principal y buscar el auditorio, que es en donde se encuentran, mis pies avanzan aunque mi cabeza esté repitiendo que es hora de salir corriendo al lado contrario para esconderme y no salir de nuevo. Llevamos un mes sin si quiera vernos, no he sabido nada de ella en ese tiempo y tampoco como se encuentra, porque yo soy un desastre por completo, estoy perdido sin saber que hacer.

Entro al auditorio y veo como se encuentra todo lleno, no hay ningún asiento disponible y trato de encontrar a mi familia entre la multitud, con la gorra puesta, los lentes y una sudadera grande camino acercándome al escenario suplicando que nadie logre reconocerme y como si mi hermana tuviera un detector para averiguar que ya llegué me llama, tomo el celular y respondo nervioso.

—¿Dónde estás? Ya va a empezar todo y siento que Kayla va a convulsionarse de los nervios —habla bajo Aaliyah y una sonrisita aparece imaginando esa situación.

—Perdido entre todos, no las encuentro.

—Sube las escaleras del escenario, estamos detrás de las cortinas —dice y no me deja responder cuando corta la llamada.
Trago saliva y cierro las manos en puños para animarme a ir a donde se encuentran, solo estamos a pocos metros de distancia y ya manejé durante media hora, sería un cobarde si decido retirarme sin hacer lo que sea que Aali quiera que haga.

Casi subo corriendo las escaleras para que nadie me preste atención y cuando ya estoy detrás de todo puedo ver como hay varias personas moviéndose de un lugar a otro, preparándose para lo que van a hacer y en una esquina del lugar puedo observar a la pelirroja sentada discutiendo con su mejor amiga acerca de algo, después levanta su mano para morderse las uñas por los nervios que tiene, lo que me hace recordar todas esas veces que la regañé para que no lo hiciera y había logrado dejar de hacerlo.
Estoy estático parado observándola, sin saber como actuar, tengo una gran intensidad de salir corriendo para enrollarla en mis brazos como siempre lo hacía cuando nos veíamos, ahora eso no es posible. Salgo de mi mundo y cuando estoy por darme la vuelta e irme escucho como Aali grita mi nombre, giro cerrando los ojos con temor y al abrirlos la veo de pie observándome sin creer que esté presente en un mismo lugar que ella, camino ha donde se encuentran y al llegar siento que no puedo formular palabra alguna al encontrarnos tan cerca, por eso quiero decirle a mi hermana que diga algo, pero cuando me volteo a mirarla ya no se encuentra, nos ha dejado a Pecas y a mí solos sin saber como actuar o que decir.

—Aaliyah me dijo que vas a cantar —digo con miedo, animándome a que puedo hacerlo.

—Perdón —susurra bajando la mirada y siento una punzada horrible, mi cerebro ha vuelto a dejar de tener control sobre mí. Con delicadeza coloco mi mano en su rostro para que lo levante, quiero que ambos nos miremos a los ojos.

—Perdón —hablo seguro— Actué como un imbécil al terminarte por algo que no hiciste...

—Y yo soy una idiota por acostarme con otro.

—Los dos somos unos enormes idiotas —intento sonreír y bajo la mirada para tomar su mano con miedo a que la quite, cosa que no hace.

—Gigantes —sonríe con los ojos llorosos, veo como una lágrima se resbala por su mejilla y por instinto se la quito con la otra mano disponible, al hacerlo ella se lanza a mis brazos y de inmediato la cargo de manera que sus piernas quedan cruzadas en mi espalda y su rostro recargado en mi pecho, mientras que mi cabeza la escondo en su cabello, mientras lloro igual que ella.

—No quiero dejarte ir, este mes ha sido el peor de toda mi vida —murmuro con la voz entre cortada— . Extraño todos tus tontos mensajes e ir a tu casa cada día, también venir a recogerte a la escuela o simplemente estar acostados en la cama mirando el techo platicando de cualquier cosa.

—¿Eso significa que...? —Lo dice cuando nuestras miradas vuelven a cruzarse.

—Dime que quieres volver conmigo, porque si no lo haces voy a tirarme del edificio más alto que encuentre —respondo y una enorme sonrisa aparece en su rostro.

—Te he salvado la vida, no tienes que hacerlo —en cuanto termina de decir esa oración estampo mis labios con los suyos y siento como todo lo que necesitaba vuelve a mí, siento que ya estoy completo.

—Es necesario que salgas a cantar para que impresiones a todos —hablo cuando sus pies tocan el piso.

—Si lo haces conmigo.

—Es tu momento de brillar, no puedo hacerlo —Me niego y arruga la nariz aparentando estar molesta, lo que hace que le acaricie una mejilla muriendo de amor al verla.

—Promete que cuando termine vas a encontrarte aquí y que esto no es uno de todos los sueños que tuve —pide, afirmo con la cabeza y me muestra su mano con el meñique levantado para hacer un pinky promise. Quiero volver a besarla y nunca soltarla al ver como me mira. Cuando damos por cerrada la promesa vuelve a abrazarme, recargó mi cabeza en la suya y de esa manera nos quedamos unos segundos disfrutando el momento.

Pecas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora