-¿Por qué debería hacerlo?- susurra con su rostro a tan solo unos centímetros del mío -Tu me has traicionado... ¡Me has abandonado y pagarás por ello!
-No hagas esto... Me prometiste que jamás me harías daño.
-Oh no. Yo no he sido quien te prometió eso.
Y en ese instante, miles de imágenes dan vueltas en mi cabeza. Nuestra perfecta relación y todo lo vivido en estos tres años...
¿Cómo puede ser posible que tu vida se derrumbe de la noche a la mañana?
-T-tu prometiste jamás lastimarme, amor.
-Oh no... Ese no fui yo, aunque con gusto lo hubiese hecho si tu amor por mi fuera tan verdadero como el mío por ti.
-Yo te amo, Lukas.
-Ahí está el problema, amor mío- una sonrisa irónica acompaña sus ojos distorsionados -Yo no soy Lukas.
-¿Quien eres?
-Yo soy Edward, quien se enamoró de ti desde el primer día que nuestros ojos te vieron.
-¿Nuestros?
-Me temo que has vivido todo este tiempo engañada, mi amada Natalie- se sienta frente a mi y limpia con su dedo la lágrima que rueda por mi mejilla -Pero tranquila, siempre es tiempo de comenzar de nuevo...
¿Acaso estoy soñando?
¿Cómo se supone de que pueda comenzar otra vez algo que nunca fue real?
¿Cómo es que el amor de mi vida se ha convertido en un desconocido?
¿Cómo sobrevivir a lo desconocido?
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