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-Entonces... ¿Tu crees que te está ocultando algo?- inquiere mi amiga frunciendo el ceño.

Doy vuelta la cuchara en mi café por enésima vez, Gabriela rueda los ojos.

-No me regañes- musito -Además no lo sé, realmente quisiera dar respuestas, pero no tengo ni la más mínima idea de lo que pueda suceder y esto me trae de los nervios.

-Nada sacas sacando conclusiones y haciendo que tu cabeza colapse, debes guardar calma.

-¿Cómo logro guardar calma si ni siquiera sé qué debo sentir?- cierro los ojos.

-Por esa misma razón te lo digo. Respira, tranquilízate y espera a que puedas hablar con él, luego veremos que pasa.

Sonrío en agradecimiento, ella me devuelve la sonrisa indicándome que no es necesario que le de una respuesta.

-¿Y al final decidiste tomar yoga?- cambia rotundamente de tema con la intención de detener mi cabeza que va a mil por hora, (si fuera posible).

-Claro, el semestre pasado fui el hazmerreír de el equipo de Soccer- confirmo rodando lo ojos.

-Por esa misma razón siempre he practicado yoga, además que ya sabes- mueve su melena de un lado a otro -El sudor no es lo mío.

-Oh, créeme que lo se.

-Pero me alegra saber que estaremos juntas por lo menos en una clase, además de la de estadística la cual requiere mucha "concertación" como para poder charlar- hace un puchero imitando mi tono de voz.

-Pues claro que la requiere, ¿Acaso no quieres ser la mejor diseñadora de la industria?

-Claro que lo seré, pero no está mal divertirse un poco- rueda los ojos -Tú serás la Arquitecta más perfeccionista que ha tocado el planeta, aún así quiero que diseñes mi hogar o cualquier cosa que conlleve tu servicio.

-Oh pues ahí lo tienes, querida- me burlo con una sonrisa -Aunque sinceramente me emociona muchísimo compartir clase contigo.

-Soy irresistible, ¿No?- asiento distraída, lo cual la incentiva a volver al tema -Hey Nat, ¿Te gustaría que te acompañe a casa?

-No, puedo ir sola tranquila.

-Pero no te ves bien y no quiero que andes preocupada por las calles de San Francisco- se pone de pie y recoge su abrigo -Venga, levántate que soy un taxi caminante sin paciencia.

Una vez mas una risa escapa de mis labios y decido seguirla.
Gabriela Turner puede resumirse como esa chica que a simple vista parece arrogante e insoportablemente diva, sin embargo es una de las mejores amigas que he tenido. Nos conocimos días previos a mi primer año de universidad cuando me mudé a la residencial para estudiantes y se presentó como mi compañera de habitación. Fue agradable desde el principio pese a su increíble obsesión por la moda y se puso muy triste el día que decidí mudarme a un apartamento con Lukas.

-Encuentro que es insólito que me hayas acompañado hasta acá siendo que yo ando en coche y tu tendrás que volver en taxi.

-Calla de una vez. Además no me molesta dar un paseo extra.

-Eres imposible- ruedo los ojos mientras detengo el vehículo y de paso compruebo que no tengo llamadas o mensajes de mi novio.

Suspiro evitando seguir torturándome mentalmente.
Si algo puede caracterizar nuestra relación es que hemos creado un ambiente cómodo entre ambos desde el inicio, la confianza y estabilidad nos acompañan todo el tiempo.

-Hemos llegado a su humilde morada, señorita.

-Insisto en que todo esto no era necesario- repito cruzando el umbral de la puerta e invitándola a pasar.

Two GhostsWhere stories live. Discover now