Buscando paz, en un infierno en llamas (X-men fanfic)

Mentiroso

El plan dejaba un saldo de 76 bajas. Entre ellos Nigthcrawler, Ángel, Mystique, Iceman, Boom boom y Pyro.

Quedaba un día para solucionar eso.

Tecno logró replicar los aparatos de interferencia para todo el ejército. Aunque solo servían para evitar la modificación de la estructura mental, aún podían ser leídos los pensamientos.

***************

John POV

Estábamos logrando avances muy buenos. El Lobo había sido una perdida grande y no saber nada de él era tan malo como no saber de Magneto. Dos mutantes poderosos sin una postura clara era algo que tener en cuenta. Si algo había aprendido en mi vida, era a no subestimar a mis enemigos. Algo difícil para un tipo tan arrogante, pero cuando éramos solo Tabitha y yo tuve que aprenderlo o morir. Y aquí estoy liderando un ejército, así que no me había ido tan mal. Es decir, en lo de sobrevivir, no en lo de arruinar mi existencia feliz y tranquila. Eso último apestaba.

—Oye, niña —llamé a Rogue, cuando la vi contoneándose, sujetando su cola de caballo. No había hablado con ella desde que llegó, solo quería decir hola.

—Púdrete —replicó como si fuera lo más normal del mundo, para seguir caminando.

Me quedé inmóvil una fracción de segundo, antes de reaccionar, para tomarla del brazo y hacerla girar.

—¿Qué rayos...? —le pregunté enfadado.

—Atrás, Pyro —me ordenó, poniendo su palma desnuda frente a mi rostro.

La solté. No por miedo, sino por respeto. Rogue no jugaba con su don, jamás. Si me estaba amenazando, era porque iba en serio.

Además... ¿qué diablos sucedía con todas las chicas que quería? ¿Todas me llamarían Pyro cada vez que metiera la pata? Las únicas que no me odiaban eran Wanda y Raven. Ahora ni siquiera había hecho algo (que yo recordara).

—¿Qué sucede? —volví a preguntarle.

—No me hables ¿sí? Solo aléjate —me pidió fastidiada.

—¿Qué hice, ahora? —repliqué más enfadado.

—Pisotear todas tus promesas —trató de irse otra vez, pero la detuve.

—¿Qué promesas? ¿De qué hablas?

Que yo me alterara por algo simple no era nuevo, pero que las chicas que quería me recordaran ese punto de mi inutilidad, para el cumplimiento de mis promesas, me sacaba de mis casillas mucho más de lo usual.

Mierda. Se suponía que había dejado de ser el chico enojado.

—Dijiste que evitarías que las premoniciones se cumplieran. —Sus ojos estaban llenos de ira y rencor. Esa mujer no era la niña que yo conocía. En ese momento, no era la niña tímida que traté de impresionar y a la cual renuncié para dejarla ser feliz con el chico bueno que era Drake.

Yo había roto la promesa.

Flash back

—¿Qué opinas de todo esto? —preguntó ella. Se mantenía recostada en el tejado de la mansión.

Nuncahabían quedado para estar ahí, solo se encontraban. Era una especie de estúpidaconexión cliché de cualquier libro en donde los personajes se aman de verdad yel universo conspira para que terminen juntos. Aunque nada del resto de suhistoria fuera cliché: ellos eran mutantes con dones altamente destructivos,pertenecieron a bandos diferentes por años, él renunció a ella porque era lomejor, ella vivió feliz con el mejor amigo de él, ella era una maestra que intentaba desarrollar un negocio de modas, mientas él era un escritor. Y ahora estaban por enfrentar una guerra.