Capítulo 3

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Zayn Beckett:
 
Recorría la infinita carretera de Golden Ville, absorto mientras manejaba el auto. Me descuidé un poco, veía hacia la carretera a la vez que la veía a ella de reojo. Se notaba concentrada en el paisaje, aunque no fuera un paisaje de montañas y jardines, ella contemplaba las enormes casas en esta gran ciudad como si lo fuese.
 
Poco a poco volvíamos a la entrada de la mansión, y cada vez más podía sentir que ella se encontraba nerviosa por volver. Sobre todo por lo que había pasado ayer con Janine.
 
Estando ya con el abuelo, me enfoco en preguntarle cómo se siente. Sé que ha estado muy enfermo, demasiado como para que no nos acompañe en el almuerzo de hoy. Mis ojos discurren por la habitación que solía ser mi escape cuando vivía en esta casa. Voces..., no recuerdo nada sino voces. Voces que me decían qué hacer, qué decir y cómo comportarme. Voces que tendían a convertirse en insultos y maltratos. Voces que solamente he escuchado yo, entre cuatro paredes, y ahora solo están en mi memoria.
 
Intento olvidarlo, y sonrío. Sonrío por mi abuelo, para que sepa que estoy bien.
 
—Oye... —le susurro con una mano puesta en su mejilla, como hacía cuando estaba niño—, sé lo que piensas... Pero estoy bien, mírame, estoy bien... No importa nada más.
 
—Lo sé, Zanie. Ya eres todo un hombre. No eres el pequeño niño que se escondía tras de mí como resguardo. Y eso me preocupa. Me preocupa el hecho de que creciste, y yo no pude contemplarlo —Sus palabras calan en lo profundo de mí, y siento como las lagrimas bajan por mis mejillas. Siento. Pero no bajan. Hace tanto que no sé como llorar—. ¿Sabes acaso por qué te llamas Zayn?
 
La pregunto llega como sorpresa y yo río y niego varias con la cabeza. Lo que me encanta del abuelo es que, aun sufriendo tanto, es capaz de mostrar esa sonrisa que me reconforta; que solo he visto en una persona... Dean.
 
—Zayn era el nombre de mi mejor amigo cuando yo era joven —empieza—. Desde pequeños prometimos que llamaríamos a nuestros hijos con el nombre del otro. Era algo tonto, pero cuando uno es joven es muy frágil e inocente. Lamentablemente, Zayn, murió antes de poder tener hijos..., con solo veintiún años de edad. El tiempo pasó, y por más que no quería olvidarlo me enfrasqué en otras cosas que se convertirían en mi nuevo propósito en la vida...
 
—¿La empresa? —irrumpo arqueando una ceja, seguro de que es eso de lo que me habla.
 
—Mi vida... —me corrige, haciendo tanto énfasis en esas palabras como sus ojos en mí mirada— Cuarenta años le dediqué al comercio de autos. Cuarenta años estuve trabajando arduamente por un sueño. ¡Más de la mitad de mi vida!... La empresa lo era todo para mí, ¡todo! Hasta que conocí... a Rossie... Ella se volvió mi vida; juntos mantuvimos la empresa y a nuestros cuatro queridos hijos. Es una lástima que por culpa de las diferencias entre ellos, Amy, ya no se encuentre viviendo con nosotros en esta casa.
 
—No es tu culpa —le recuerdo, para evitar que se desmejore. Que esté enfermo ya es suficiente como para hacerlo sentir mal.
 
—Lo sé. No es toda mi culpa. Pero parte de ella sí lo es.
 
Los ojos de mi abuelo empiezan a perderse en la habitación, mirando fijamente hacía un rincón vacío, sin parpadear. 
 
Sé que lo de mi tía Amy le afecta, aun después de tanto, pero nadie puede culparla de haberse querido ir de esta casa. Con las múltiples diferencias que ella tenía con Janine, y las extensas discusiones que tenía con Natasha, estaba más que cansada, se cansó hasta tal punto que no le quedó de otra que marcharse. 
 
Mi abuelo nunca supo los detalles, pero tampoco era tonto. Él sabe que todos sus hijos no se llevaban bien. Yo, por otra parte, me enteré de todo esto mientras vivía con la tía Amy.
 
El abuelo entrecorta un poco la respiración y eso coloca mis cinco sentidos alerta. Y, con los pelos de punta, empiezo a acariciarle el dorso de la mano, rozando suavemente las yemas de mis pulgares, intentando calmar su respiración. Quién sabe que recuerdo desgarrador le habrá pasado por la mente.
 
—¿Y... la abuela —digo para recordarle de lo que hablábamos—, era bonita?
 
Me pongo ansioso, pero luego de unos segundos de contemplar hacia la nada, el abuelo vuelve la mirada hacía mí y me dedica una sonrisa gratificante.
 
—Hermosa —río. La sinceridad y brillo en sus ojos lo hacen ver como un niño pequeño—. Y cuando me casé con ella, supe que iba a ser el hombre más feliz de la tierra.               Y así fue... Nos casamos y pronto tuvimos a Henry y a James. Esos dos niños llenaron mi vida de alegría y felicidad, pero había olvidado la promesa que le había hecho a mi amigo. Mi propio hijo no se llamaba Zayn... Pensé que ya no tenía esperanza. La memoria de mi amigo se había perdido junto con mis recuerdos de la infancia. Me sentía muy mal por haber roto esa promesa.
 
—Entonces, ¿qué hiciste? —le pregunté.
 
—Le conté esa historia a mis dos hijos, sin saber que, veinte años en el futuro, James, le colocaría el nombre de mi dulce amigo, a su primogénito —coloca una mano en mi mejilla—. Entonces, te amé, y amé mucho a tu padre que, teniendo tan pocos años en la vida, pudo acordarse de mi amigo, más de lo que yo, aun de mayor, había olvidado.
 
—¿Por qué me cuentas todo eso abuelo? —inquiero. Y el abuelo exhala, agarrando una profunda bocanada de aire.
 
—¿Aun no lo entiendes, Zayn? —dice con voz baja—. Zayn y yo teníamos el sueño de montar esta empresa juntos. Íbamos a ser socios. Antes de morir el fundó esta meta de emprender esta empresa de automóviles. Quería que vinieras porque tengo noticias que darte.
 
—Ya las sé... Henry..., es decir, mi tío, habló conmigo ayer —digo, imitando su voz suave.
 
—Ah. ¿Y qué piensas de ello, Zayn? La empresa está pidiendo a gritos un presidente como tú.
 
—No sé nada sobre dirigir una empresa, abuelo.
 
—Y yo no sé nada sobre la lucha grecorromana y sin embargo es lo único que veo en la televisión —dice a manera de broma mientras ríe con alegría—. Lo que en verdad quiero decir Zayn, es que está en tu sangre dirigir la empresa. Fue el sueño de Zayn, el mío y el de tú abuela y, estoy seguro de que también era el de tu padre...
 
Quiero decir tantas cosas. Defenderme y decir que lo que me dice no es un argumento válido. Pero es mi abuelo, y ya lo hice sufrir bastante cuando me fui de esta casa.
 
—Solo te pido —continua mi abuelo— que lo pienses un poco, Zanie.
 
Pensar. ¿No es eso lo que he estado haciendo desde que llegué?
 
Los cuidadores llegan pronto para darle su medicina, el abuelo acepta tomarlas, y me despido para ir a almorzar. Camino por los pasillos en dirección al gran salón de almuerzos de la familia Beckett, pensando en que estaré sentado con mis tíos y sus irritantes hijos.
 
Entro en el salón y allí solamente están Natasha, mi tío Henry y su esposa Janine.
 
—¡Zayn, me alegra verte otra vez! —dice mi tía Natasha con esa sonrisa falsa que solamente ella sabe hacer lucir real. Menos para mí, porque ya la he identificado-. ¡Ven! Siéntate aquí, a mi lado.
 
Me siento a su lado e intento no hacer mucho contacto visual con ella. Sé que está tramando algo. 
 
Natasha es de esas personas que te tratan por interés. Sin embargo, esta vez siento que esto es más que un mero interés, quiere ganarse mi confianza y no me quita la mirada de encima. No importa lo que haga, parece que la voy a tener siempre sonriéndome muy de cerca en el almuerzo.
 
—Hace ya tanto tiempo, sobrino —dice ella—. Estas más grande, y más guapo. Tenías 15 años cuando dejaste la mansión, ¿no es así?
 
—Sí —digo para cortar el tema.
 
—Nos alegra verte de nuevo sentado en esta mesa, Zayn —habla el tío Henry.
 
—Henry tiene razón —agrega Janine—. A todos nos alegra verte sentado en esta mesa. Donde perteneces.
 
Las puertas del salón se abren y Thom y Lily entran en él. 
 
La sigo con la mirada desde que entra hasta que toma su asiento a mi lado. Thom toma asiento junto a su madre.
 
Luego llega Josh. Quién parece apático y malhumorado. Nadie parece notar su cambio tan repentino de humor, pero, con una familia que solo le importa el dinero y las apariencias, a quién le importaría los cambios de humor de un adolescente.
 
—¿Dónde está el otro gemelo desastre? —interroga Thom mirando a ambos lados en busca de Noland.
 
—Está en su habitación —respondió Josh con una mueca de disgusto como si hubiera probado algo que le hubiera caído mal.
 
Los ayudantes del chef traen la comida, y todos comenzamos a comer.
 
[...]
 
 
Lilian:
 
Después del almuerzo, Zayn me dirige una mirada fría y penetrante.
 
—¿Qué sucede? ¿Está todo bien? —le pregunté.
 
—No quiero que hables demasiado —me dice— Natasha y Janine no son personas humildes ni buenas, así que no te les acerques.
 
Me quedé en silencio, y Zayn salió de mi vista.
 
Escuchaba el sonido de dos personas hablando, y aquí venían, un Hombre vestido de mayordomo y un joven muy apuesto de gafas negras como las que usan los ciegos, y que era conducido por este hacia el pasillo.
 
—¿Y qué haremos hoy mi ferviente amigo? —le preguntó el joven muy feliz a su mayordomo.
 
—Pasearemos por el jardín, Señor —le habla el mayordomo con respeto.
 
¿Quién será ese joven? Por su apariencia física es inevitable reconocer que es un Beckett.
 
Se detienen en frente de mí, tal vez por que estoy en medio de su camino.
 
—¿Por qué nos detenemos, Pierre? —pregunta el joven.
 
—Una chica obstruye el paso —declara el mayordomo.
 
—¿Una chica? ¿quién es? —vuelve a preguntar.
 
—Es la novia de su primo, Zayn —contesta a su pregunta el mayordomo.
 
—¿Zayn está aquí? —interroga sorprendido.
 
—Sí, se quedará aquí, por lo tanto la joven también —responde Pierre, el mayordomo.
 
¿Quedarnos? Zayn no me ha dicho nada.
 
—¿Quién eres? —le pregunto.
 
—Soy el hermano gemelo de Josh, hermano de Thom, Primo de Zayn, Sobrino de Natasha, Nieto de Thomas, Hijo de Henry y Janine, Amigo de Pierre —dice graciosamente el joven.
 
—No te pareces mucho a tu hermano —digo.
 
—Me lo han dicho últimamente —cuenta— ¿Quieres acompañarnos a pasear por el jardín?
 
—Claro —acepto sonriendo amablemente.
 
Salimos hacia las afueras de la mansión y caminamos por los jardines. Sonrío para mis adentros al rememorar nuestra conversación, la que hizo que ambos saliéramos al patio. Es como si hablara con una versión más adulta de el Principito, es muy gracioso.
 
—Aun no me has dicho cuál es tu nombre -me recuerda arqueando una ceja intrigado.
 
—Me llamo Lilian, pero puedes decirme Lily —me presento.
 
—Un gusto Lily. Mi nombre es Noland, y él es mi amigo y mayordomo Pierre —se presenta.
 
Caminamos por el lindo y gran jardín de distintas flores y rosas, de variados colores y aromas. Nos sentamos en uno de los banco frente a la fuente en medio del jardín y nos quedamos admirando la belleza del lugar. Y, por "quedarnos" me refiero a que "yo" me quedo observando el lugar, Noland quizás lo imagina.
 
—Noland, ¿puedo hacerte una pregunta? —le digo.
 
—Ya la hiciste, pero soy todo oídos —dice haciendo un gesto gracioso tomando sus oídos con sus dedos.
 
Río por su comentario y su sencilla forma de hacerme reír.
 
—¿Naciste ciego? —pregunto cuidadosamente.
 
—No —responde de manera simple.
 
—¿Cuando quedaste ciego?
 
Sonríe.
 
—Dijiste que sería una pregunta. Ah, hace ya como un año y medio, pero me estoy adaptando. La verdad soy muy positivo y me parece que una ventaja que me ha mantenido en pie.
 
¿Un año y medio? Más o menos el tiempo que llevo de conocer a Zayn. Todo lo comprueba, algunos son felices al mismo tiempo que otros sufren.
 
—Lo siento mucho— digo.
 
—No es tan triste, lo más triste para mí es que jamás podré volver a pintar —expresa.
 
—¿Tú pintas? —me sorprendo.
 
—Pintaba. Ahora solo dibujo garabatos todo feos y desalineados —me responde sin abandonar ese tono alegre y divertido.
 
—Me gustaría ver una de tus pinturas.
 
—Claro ¿por qué no? —me permite— Pierre, llévanos hasta mi habitación.
 
—Será un gusto, Señor —dice el mayordomo y de pronto todos nos dirigimos hasta su habitación.
 
Al llegar allí observo una de sus pinturas. Es bellísima, sus pinturas reflejan desde la belleza de la galaxia exterior hasta la simplicidad del planeta tierra.
 
—¡Son hermosas! —contemplo detalladamente cada una.
 
—Sí, pero mi familia no sabe que pinto, ni pueden saberlo. Así que... Pierre... —hace un llamado a su remunerado amigo y este sujeta su brazo extendido y lo coloca de manera que este me señala—. No quiero que hagas ningún comentario inteligente sobre lo bien que pinto o acerca de que soy realmente un artista, te lo advierto —todo esto lo dice sin una pizca de modestia.
 
—¿Por qué? —río por su pequeño intento de regañarme
 
—No sería buena idea que lo supieran. Mi familia no es de esas familias alentadoras, donde... logras tu sueños y ellos... están feliz por ti —dice en tono bajo—. No. Más bien, mi familia es de esas que APLASTAN tus sueños y los entierran en una lujosa tumba en lo profundo del oceano.
 
—Waoh. Es muy dramático, ¿no lo crees?
 
Ambos reímos pero por su risa y su tono un tanto melancólico noto que quizás no ha exagerado con ninguna de sus palabras.
 
Su excelente talento para la pintura no deja de impresionarme, literalmente me ha dejado encantada el arte que ha creado. Observo una pintura muy peculiar, del rostro de un chico dividido en dos formas diferentes. Aunque el rostro y las facciones son las mismas, los gestos son distintos.
 
—Me gusta esa pintura —la observo un poco más.
 
—¿Cuál?
 
—La de el rostro dividido.
 
—Ah, esa. Es una pintura muy particular.
 
—Lo mismo pensé. ¿Tiene algún nombre?
 
—No tenía, pero ahora se llamará "rostro dividido".
 
Vuelvo a reír. Creo que nunca había reído tanto en mi vida.
 
—¿Qué representa? —le pregunto conteniendo la carcajada.
 
—Representa a mi persona y a mi hermano Josh. Refleja lo iguales que somos por fuera, pero a la vez, lo diferentes que podemos ser por dentro.
 
Tocan la puerta de la habitación de Noland e inmediatamente Pierre abre.
 
—Lily —me nombra Zayn pareciendo un poco molesto.
 
—¿Zayn? —me inmuté al instante.
 
—Zayn ¡Primo! ¡No te veo desde hace tiempo! —habla Noland—. Bueno, sinceramente no veo nada desde hace tiempo.
 
—Sí. Supe lo del accidente. Lo siento mucho —dice todavía molesto.
 
—No te preocupes, ya me acostumbre a que los demás me tengan lástima, solo... no lo hagas tú también —sonríe divertido.
 
Siento como si estuviera en medio de un campo de batalla y si, tan sólo me moviese un poco, podría explotar una granada.
 
—Jamás lo haría —le responde Zayn y Noland ríe un poco—. Lily, ¿tienes un momento? —me pregunta Zayn cambiando la conversación.
 
—Ah, sí —contesto.
 
Paso junto a Noland y él me susurra en tono de juego: <<¡Corre!>>. Lo que inevitablemente me hace sonreír, pero al mirar la expresión de Zayn me trago mi sonrisa y empiezo a sentir eso que ocurre cuando vez una película de terror: "Miedo"...
 
Zayn y yo salimos de la habitación. Ambos nos encaminamos hasta la habitación de huéspedes.
 
Temo a que esté molesto por lo de Noland. No estábamos haciendo nada malo, pero por la cara que trae Zayn pareciera que su primo no es su persona favorita en el mundo.
 
—¿Qué sucede, Zayn? —le pregunto preocupada.
 
—Te lo diré cuando lleguemos.
 
—¿A dónde? —cuestiono, pero él no me responde. 
 
Empiezo a dudar que hay confianza en nuestra relación. Primero: se molesta por lo de Noland —o eso parece—. Y, segundo: me oculta cosas.
 
Zayn y yo entramos a una de las habitaciones y luego me dice: 
 
—Antes de explicarte todo te diré que planeo quedarme aquí un par de semanas. Quiero pasar los últimos días de vida de mi abuelo con él —me confiesa.
 
—Yo no puedo quedarme, mi padre piensa que estoy en casa con mis hermanos, y además, no traje mi ropa.
 
—No es necesario —dice—. Llamé a Marcos, le dije que estarás aquí conmigo unas semanas y que uno de los mayordomos pasará buscando tu ropa a tu casa. Ya les di tu dirección.
 
Me sorprendo aún más, pues hizo todo eso sin si quiera avisarme. Cambio rápidamente mi expresión para no dejarle entre ver lo sorprendida que estoy debido a esto.
 
Zayn toma mis manos y nos sentamos sobre su cama viéndonos nuestros rostros de frente. 
 
Pierdo mi vista en lo que parece ser la habitación de Zayn. Parece intacta, como si viviera aquí todavía. 
 
Veo fotos, recuerdos cuando estaba en la secundaria y trofeos de atletismo de la escuela. Pero hay algo que me llama aún más mi atención más que cualquier otro recuerdo de la primaria de Zayn. Una fotografía puesta en un marco dorado acomodada sutilmente en una mesita de noche junto a una pequeña vasija con flores.
 
La foto es de una mujer con cabello oscuro y piel lozana. Sus ojos contienen el brillo del sol y su sonrisa es más fresca que la sonrisa de cualquier adolescente. Muy cerca de esa foto está la foto de otra mujer, pero está no se parece en nada a la otra. Sus ojos no tienen el mismo brillo y su cabello es como rubio mezclado con varios tonos de castaño rojizo. Sin embargo, aunque su sonrisa no me parece tan familiar, hay algo en sus ojos que he visto en alguna otra parte. Sólo que, no sé en dónde... Y es cuando la imagen llega tan rápido en mí cómo si lo hubiera soñado: 
 
¡Es la madre de Zayn! Esos ojos, he visto esos ojos en Dean. Zayn tenía una foto de él en su habitación. Podría decirse que su madre es la versión femenina de Dean, pero, con Zayn..., ella no se parece en nada a Zayn.
 
—Conozco a mi familia —empieza Zayn, obligándome a apartar la vista de los retratos—. Algo están planeando. Lo sé.
 
—¿Qué crees que sea?
 
—Esa es la cuestión: No sé lo que están planeando. Esa es una de las razones por las que quiero quedarme en la mansión, quiero averiguar cuál es su plan. Seguramente no es algo bueno.
 
Miro la foto de aquella mujer hermosa y entonces me viene a la mente una pregunta que fue la que nos trajo en primer lugar a esta habitación:
 
—¿Zayn? ¿Estás molesto porque estaba con tu primo?
 
—No.
 
Sus labios dicen una cosa, pero sus ojos no mienten, sí que está molesto.
 
—Solo no quiero que vuelvas a estar cerca de él, ¿me entendiste?
 
—Entonces si estás molesto.
 
—No es una buena influencia, Lily —Zayn me advierte tal como un padre lo hiciera con su pequeña hija enamorada. Al pensar en eso me queda un amargo sabor en la boca y pienso en lo que papá diría si supiera con quién estoy saliendo en realidad. Sin embargo, no me creo ninguna de sus palabras. —¿No escuchaste lo que dijo Thom esta mañana?
 
—Thom dijo muchas cosas —le digo incrédula.
 
—Llamó a Josh "gemelo desastre".
 
—¿Gemelo desastre? ¿Por qué?
 
—Porque Thom le inventó ese apodo a Josh y a Noland y así se quedó —comenzó a contarme—. Antes de que Noland perdiera la vista, ellos siempre hacían desastres con el dinero y con sus vidas. Se iban a fiestas casi todos los días, desperdiciaban el dinero en cosas absurdas: bebidas, yates..., apuestas, drogas —enfatiza esta última palabra—. No sabían que hacer con tanto dinero, así que muchas veces pagaban para que mercenarios se desasieran de personas que no les agradaban o se metían con ellos. Salían con cientos de mujeres y al final... no se quedaban con ninguna de ellas.
 
—¿Así que eran malos? —cuestiono con ironía.
 
—Eran un desastre. Por eso el apodo les quedaba bien.
 
No puedo creer que Noland era de esa clase de chicos, no lo parece. Aunque siendo un Beckett, es difícil de saberlo. No conozco a los Beckett, hasta ahora, a ninguno. A veces dudo que en realidad conozca bien a Zayn.
 
—¿Siguen siendo así? —pregunto alzando una ceja.
 
—No desde que Noland perdió la vista. Entonces Josh y él no han mantenido contacto, es decir, por lo que sé ambos tomaron caminos separados.
 
—Waoh.
 
—Sí —suspira.
 
Esto me parece muy extraño: Que Josh y Noland ya no se hablen, el que Zayn crea que su familia lo esté engañando y el que de pronto todos en la familia Beckett parecieran que quieren a Zayn y lo aprecien después de cinco años sin preocuparse por él. 
 
Algo están ocultando, y no pienso irme de aquí sin averiguarlo.
 
—Cambiando un poco el tema —comienzo a divagar— Aun no me has presentado a tu abuelo.
 
—Cierto —me mira—. Acompáñame.
 
[...]
 
—Abuelo soy yo, Zayn.
 
La voz de Zayn es extrañamente baja. Su rostro luce más jovial cuando sonríe de esa manera. Ojala fuera así más seguido.
 
—Pasa, hijo —dijo su abuelo con voz temblorosa.
 
Zayn cruza la gigantesca habitación de su abuelo conmigo de la mano y yo intento hacer una sonrisa amigable en esta situación que me hace sentir incómoda. La verdad es que no había estado en la habitación de alguien que tiene pocos días de vida.
 
—Quiero presentarte a alguien —le susurra.
 
—Hola —saludo agradablemente.
 
—Hola, ¿quién es esta preciosa jovencita? —el abuelo de Zayn entrecierra los ojos logrando quizás verme con dificultad. Dudo entonces parecerle hermosa.
 
—Es mi novia abuelo, se llama Lilian.
 
—¿Tu novia? —el abuelo de Zayn despliega una sonrisa de felicidad enorme al escuchar a Zayn pronunciar esas palabras—. Pensé que moriría antes de ver a mi nieto con una novia.
 
Zayn sonríe tímidamente y lo miro sonrojarse. Este es uno de esos momentos que quisieras grabar en tu memoria porque sabes que jamás van a volver a ocurrir.
 
—Soy Thomas Beckett, jovencita. Encantado de conocerte —el me toma suavemente por las manos y me dice:—. Acércate un poco más...
 
Miro a Zayn y él está muy feliz. Esa felicidad me hace sentir muy bien.
 
—Te pareces mucho a mi esposa Rossie, cuando era joven —dice trayendo viejos recuerdos a su mente—. Eso es bueno —Thomas le regala una sonrisa a Zayn y él se la devuelve—. Es un buen chico, sé buena tu también con él —me pide en voz baja.
 
—Lo intentaré. Puede confiar en mí —le digo también con un tono bajo.
 
La puerta se abre de golpe haciéndome saltar en mi mismo lugar por el susto encontrándose detrás de ella una figura femenina, esbelta, de apariencia perfecta como esas chicas que aparecen en portadas de revistas, de cabello castaño. Sus ojos son marrones y su sonrisa al mirar a Zayn deja ver que lo conoce.
 
—¡Oh por Dios, Zayn Beckett! —susurra, como si estuviera en presencia de un viejo recuerdo.
 
—¿Valeria? —pregunta Zayn confundido.
 
—¡Me alegra tanto verte! —La chica corre hasta donde Zayn y en un parpadeo ya lo tiene en sus brazos, tomándolo con fuerza, aferrándose a él como si fuera lo único que la mantuviera con vida—. Pensé que ya no te vería más... —le dice en nostalgia y luego le da un beso corto y lento en la mejilla.
 
"¿Quién es esta mala imitación de Sofía Vergara? ¿Y quién se cree que es para besar a mí novio?"
 
Me aclaro la garganta de manera muy exagerada. Entonces Zayn se suelta de su agarre y dirige la mirada cautelosa hacia mí.
 
—Ah.., Valeria ella es Lily. Mi novia —me presenta— Lily, ella es Valeria. Una amiga de la familia.
 
—Una amiga, ¿eh? d—igo sin poder ocultar mi molestia.
 
—Valeria Bustamante.
 
"¡Ah! Así que la regalada tiene nombre."
 
—Lilian Jones —le digo por fin estrechando su mano.
 
***
 
Paseé por el jardín nuevamente, pero esta vez acompañada de Zayn y de Valeria.
 
—En cuanto supe que estabas aquí, vine de inmediato —le contó Valeria a Zayn— No podía creer que el pequeño Zayn estuviera aquí de nuevo.
 
—No tan pequeño, la última vez que vine tenía 15 —la corrigió él.
 
—Es cierto, pero eras pequeño —ríe un poco Valeria.
 
—Y bien, Valeria ¿vives aquí en Golden Ville?— intento sacarle conversación para que deje de hablar con Zayn.
 
—Sí, a unas cuantas cuadras —responde sin darle mucha importancia—. Supongo que tu eres del pueblo de Graydale.
 
—Sí, lo soy —digo.
 
Orgullosamente ciudadana "del pueblo" de Graydale, que es una ciudad para los que no lo saben.
 
—Bueno, ¿y como va todo por allá, Zayn? —continúa hablando ella.
 
—Va todo bien.
 
—Me alegra saberlo —dice—. Quise visitarte hace unos meses. Por lo de Dean pensé... que necesitabas un poco de ayuda.
 
Valeria pone sus manos en el brazo de Zayn y lo mira directamente a los ojos.
 
"¿Está... coqueteando con él? Nadie coquetea con Zayn, él no lo permite."
 
—Sí, fue algo que ocurrió de repente —dice él e inmediatamente se zafa de su incómodo agarre.
 
—Sí, estás cosas siempre suceden así, pero, cambiando el tema: ¿Qué les parece si esta noche me acompañan a mi y a mi familia a cenar? —nos pregunta.
 
Miro a Zayn de reojo, anonadada, sin saber que responderle. Obviamente es una amiga de Zayn, no podría solo contestarle: <<No gracias, igualada>>. No sería correcto, ¿verdad?
 
—Gracias pero, el abuelo está muy enfermo, debo cuidar de él esta noche —le dice Zayn, agradeciendo su gesto.
 
—Cierto. No te preocupes. Viniste aquí a ver a tu abuelo, eso... yo lo entiendo. Entonces, creo que estaremos viéndonos.
 
Valeria se va tristemente y yo analizo en mi cabeza su intento de manipulación. Primero puso esos ojos tristes que te hacían sentir lástima por ella. Y luego, puso sus perfectos labios casi en un puchero para intentar hacer cambiar de parecer a Zayn. Por suerte, si hay algo que conozco de Zayn Beckett es que difícilmente haya algo que lo haga cambiar de parecer.
 
Cuando la arpía ya no está a la vista giro mi cabeza 160°, hacia Zayn, y le sonrío falsamente.
 
—¿Qué rayos fue eso? —chillo.
 
—¿A qué te refieres?
 
—¿Cómo? ¿No te diste cuenta? —Zayn arruga la frente y yo suspiro fuertemente fingiendo pesar—. Su: "me alegra tanto verte" y... "pensé que no te volvería a ver más" y ¡el beso en la mejilla! Crees que no me dí cuenta, esa chica está enamorada de ti.
 
—¿Qué? ¿Valeria?
 
—No. Lilian Jones. ¡Por supuesto que Valeria!
 
—¿Estás celosa? —sonríe levantando una de sus cejas.
 
—No estamos hablando de mí.
 
—Ah, ¿no? —pregunta haciéndose el desentendido, entonces me acerca a él rápidamente—. Porque toda mi atención está sobre ti.
 
Su mirada cumple a ca-validad cada una de sus palabras, y al estar en sus brazos hace que se me olvide por un instante todo lo de Valeria, Noland y hasta lo de la absurda familia de Zayn.
 
—No tienes de que preocuparte. No voy a dejar que nadie nos separe —me susurra y pone su frente junto a la mía; permanecemos allí un par de segundos, respirando el mismo aire, siendo el mismo ser. 
 
….

Incomprendido  © [EDITANDO]#2حيث تعيش القصص. اكتشف الآن