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"Él cree que tú eres muy feliz
No hace otra cosa más que hablar de ti
Dale un beso antes de dormir
Una excusa para vivir"


Jimin relamió sus labios mientras observaba al hombre frente a él.

El desconocido le devolvía el gesto junto a un conocimiento implícito en sus ojos.

-Me encanta la playa Dadaepo, es preciosa.- comentó el rubio.

-El amanecer es hermoso allí.- Concordó el pelinegro viendo al rubio con complicidad mientras recordaba su primera aventura con este, en la cual habían desbocado toda su pasión en la hermosa playa de Dadaepo, en la cálida arena en una mañana de verano, la primera vez que sus cuerpos se unieron y nunca más pudieron olvidarse.

Jimin apartó la mirada sonrojado y sonrió encantador a su esposo cuando este le preguntó si le causaba molestia que su amigo se quedará por esa noche.

El rubio que se encontraba recostado en uno de los sillones, se acomodó de manera que sus muslos resaltaran tentadores en sus pantalones de por sí ya ajustados.

-Claro que no sería molestia cariño, al contrario.- reafirmó el rubio.- Es un placer que Namjoon se quede hoy con nosotros.-

Jungkook sonrió complacido ante la respuesta de su esposo y se excusó para arreglar con la encargada del aseo una pieza para su invitado.

-Regreso enseguida cariño.-

Jimin asintió mirándolo en todo momento hasta que el castaño desapareció por la puerta de su elegante despacho.

Cuando la madera se cerró, automáticamente despertó lo que ambos hombres en aquella habitación habían reprimido ante la presencia de Jungkook.

Jimin se irguió del lugar en el que se encontraba para casi saltar sobre el hombre más alto que ahora lo sostenía firme de las caderas.
Ambos se miraron fijamente mientras sus labios compartían los suspiros de deseo que el uno despertaba sobre el otro.

-Hoy.- Susurró el rubio mientras sus manos acariciaban con necesidad el pecho de Namjoon.

-Sí. Te estaré esperando.-
respondió el pelinegro para después hundir sus labios en los del contrario buscando disminuir su deseo, solo para descubrir, que no podía ser saciado sólo con ese tacto.

Jimin gimió al sentir como el mayor tocaba su espalda baja hasta llegar a su trasero, amasándolo en círculos mientras sus labios no tenían piedad en devorar la esencia del otro. Sin embargo, pudo escuchar los pasos de su esposo acercarse e intentó separar al mayor pero este se rehusaba mientras sonreía coqueto.


- ¡Namjoon!.- reprochó el rubio mientras abría sus ojos ampliamente y golpeaba despacio con sus puños los brazos del más alto.- Jungkook vie.- pero no pudo terminar su oración cuando fue besado y su cuello recibía mordidas exquisitas y tentadoras.-

No se dio cuenta en que momento volvió a estar en el sillón sentado y cuando logró reaccionar, Jungkook estaba entrando nuevamente a la habitación mientras Namjoon parecía concentrado viendo algo en su celular.

Vio como su esposo se sentó en el sillón donde antes se encontraba Namjoon y lo miró extrañado sonriendo.

- Te ves agitado cariño ¿Estas bien?.-
Los ojos negros del menor lo escrutaban y Jimin sentía que su corazón golpeaba fuerte, no por el nerviosismo, sino por la excitación que le causaba el recuerdo de los labios de Namjoon por su piel.

Respiró lentamente para recomponerse y cruzó delicadamente sus piernas para reprimir el deseo que recorría cada parte de su cuerpo.

-Creo que el vino de la cena me esta afectando.- respondió haciendo que su voz se escuchara lo más tranquila posible. Peinó sus cabellos lentamente hacia atrás para después pararse de su lugar.

-Me iré a dar un baño antes de dormir.-

-¿Quieres compañía?.-
pronunció Jungkook juguetón mientras levantaba sus cejas.

Jimin abrió sus ojos sorprendido ante la propuesta dando una mirada a Namjoon, el cual parecía divertido por la reacción del rubio.
Entrecerró los ojos hacia el pelinegro antes de dirigirse hacia su esposo.

-¡Jungkook! No digas ese tipo de cosas frente a nuestro invitado.-

-Como si te importara.-
Murmuró el menor mientras veía como el rubio se acercaba lentamente a él. Jimin siempre tenía el don de hipnotizar con sus pasos, con sus ojos, su sola presencia ya era como una anestesia para la razón. Jungkook estaba perdido por su esposo, pero así como él gozaba de sus encantos, sabía que otros también se veían atraídos por estos mismos y el rubio no se negaba al hecho de ser contemplado y halagado.

Con ese pensamiento en mente Jungkook tomó de la cintura a su esposo para besarlo pero este sutilmente lo esquivó para acariciar sus mejillas y besar su frente con delicadeza.
El menor cerró sus ojos ante el contacto disfrutando del calor del rubio.

Cuando Jimin dejó la habitación ambos amigos se veían sonriendo el uno al otro.

- Es maravilloso ¿No es cierto?- cuestionó el castaño, a lo que Namjoon asintió lentamente mientras tocaba con sus dedos una parte de su labio que había sido mordido por el esposo de su amigo minutos atrás.

-Ciertamente es un sueño.-

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Cuando Jimin se volteó para darle frente a su esposo en la amplia cama que compartían, notó su respiración acompasada y sus finos labios entreabiertos.

Se levantó lentamente para darle un pequeño beso en la mejilla y escabullirse de la cama.

Abrió la puerta verificando de que nadie lo viera en el pasillo y antes de abandonar la habitación que compartía con su esposo, susurró un leve "descansa" hacia él.

Miéntele (Nammin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora