📼 [Final] 📼

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Haciendo fila bajo el sol
Perdiendo todo el tiempo sin razón
Me encuentras tu sin nada entre las manos

Una semana habia pasado desde que se habia despedido de Jimin.

Esa mañana estaba bajo el sol naciente mirando el mar y su ondular hipnotizante. Ya no sabia que esperaba o quizás si lo sabia, pero se negaba a rendirse otro dia más.
El cielo lucia más brillante.

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Jimin iba todas las mañanas al despacho de Jungkook.
Ese era el lugar que tenia el ventanal más grande y por el cual podia otear la llegaba del amanecer y recordar el calor de Namjoon.

Mentiría si decia que su ausencia no lo volvía loco, de hecho, lloraba cada dia sin que su esposo lo viera.

Cuando tenian sexo solo pensaba en el cuerpo de Namjoon, en sus labios, en su ojos.

Era la unica forma de sobrevivir.

Incluso en cada beso, luchaba por no llamarlo y decirle que ya no le importaba nada, que se iria con el dónde sea, aunque Jungkook lo matara...pero ya era muy tarde.

Medio año.

Jimin habia adoptado el pasatiempo de leer libros para no pensar en el sujeto en donde encallaban todos sus sentimientos.

Aquella mañana habia despertado en el sillón del despacho. Se estiró en este para luego volver a la habitación que compartía con su marido, sin embargo, se detuvo en el umbral notando como este abrazaba el cuerpo de otro hombre.

Solo los miró ahí, sin sentimiento alguno.

Jungkook habia empezado a traer a su amante a la casa y cada mañana Jimin debia sonreír al mismo hombre que en las noches se acostaba con otro.

Solo le afectaba saber que sufrió tanto por eso mismo que el castaño hacia sin remordimiento.

Deseaba tanto que Namjoon lo sacara de ahí.

Bajó las escaleras hacia la cocina y preparó el café de Jungkook dejándolo en su puesto, sabiendo que este lo querria listo.

Volvió al despacho y decidió empezar otro libro. Sus dedos ya conocían la mayoria de las texturas de los tomos y novelas ahí.

Hasta que sus ojos pararon en un libro del cual no se habia percatado antes.

El libro estaba forrado con una pieza de tela amarilla pastel sin un titulo.

Lo abrió para notar que contenía fotografias de muchos amaneceres.
Cada uno era calido, con colores desde los amarillos más brillantes hasta los rojos más profundos.
Su corazón latía emocionado sin saber por qué, hasta que llegó a una última foto que lo hizo llevarse una mano a los labios.

Era él. Sonriendo. Feliz. En aquella playa donde todo habia comenzado.
Abajo de la imagen que ahora tocaba con delicadeza rezaba un pequeño escrito con una letra que Jimin pudo reconocer más que bien.

"El amanecer más hermoso de mi vida, Park Jimin"

El rubio tuvo que sujetarse de uno de los estantes pero aún asi no pudo evitar tirarse a llorar.

Miéntele (Nammin)Where stories live. Discover now