Más Allá de mi Sonrisa

Capítulo 6: El equipo

Pasé toda la mañana y parte de la tarde encerrado en mi habitación; respiraba hondo, escuchaba música clásica, miraba las redes sociales ,... En definitiva practicaba cualquier cosa que me hiciera relajarme y dejar apartado mi carácter agresivo que, debido a las circunstancias, estaba muy presente. No sé cuántas veces oí la repelente voz de Scay llamándome para que bajara a comer. No era buen momento para verlas, ni a ella ni al maniquí, debía estar centrado... Hoy me reúno con Peter y necesito estar preparado para conseguir el segundo nombre de mi lista, estoy deseando saber quien es "ricitos de oro".
Bajo despacio por las escaleras y me dirijo a la puerta para ir a la casa de Peter hasta que una voz me detiene.

--Por fin bajas niñato - me mira con picardía Isa desde el sofá.

--Déjame en paz - contesto con sinceridad abriendo la puerta.

--Ven aquí - me ordena.

--No soy tu mascota preciosa - digo con enfado mientras me detengo.

--Según mi tía ahora eres como mi perrito, no lo olvides Cley - ríe la hija de puta.

--Pues entonces supongo que tu también eres mi mascota... Podrías ser una zorra, se te da bien - digo sarcásticamente con intención de ofenderla.

--Me gusta tu sentido del humor, saldrás después de darme un masaje - sonríe disfrutando de la conversación.

--¿Lo dices enserio? - fastidiado profundamente.

Isa se tumba boca abajo en una especie de colchoneta para hacer yoga y se quita la camisa quedando solo con su sujetador de color blanco.

--Ni de broma - expreso con rechazo.

--¿Eres gay? - me pregunta con total tranquilidad.

--No tengo por que decirte nada de mi vida - respondo harto de que quiera saber todo sobre mi, no le conviene.

--Otro chico en tu lugar estaría encantado de tocarme en ropa interior - me explica.

--Muy bien - le bordeo abriendo la puerta.

--Respóndeme - insiste.

--No, solo soy un chico que está hasta los huevos del tono de voz y los caprichos de una repugnante niña pija rica que se ha tenido que venir con nosotros porque sus padres le tienen tanto asco como para no llevársela con ellos de vacaciones. Todo estaba mejor sin ti y no juegues con fuego porque estas apunto de quemarte y no tienes ni idea del incendio que se aproxima - hacia años que no hablaba sinceramente y en su cara se ve algo de tristeza consciente de que todo lo que he dicho es cierto, pero no me importa.

Salgo de un portazo y enseguida me ubico de que es lo que tengo que hacer. Por fin estoy llamando con decisión a la puerta de la casa del pequeño Peter, no os voy a mentir, estoy nervioso.

--¿Sí? - me abre su padre y me mira de arriba a abajo con desconfianza.

--Hola, he quedado con su hijo aquí - le explico con amabilidad.

--¿Seguro que no te has equivocado de casa? - me pregunta extrañado.

--¡Deja pasar a mi amigo! - grita Peter desde la parte de arriba.

--¿Eres amigo de mi hijo? ¿Tú? - se extraña volviendo a mirarme.

--Sí, ¿Pasa algo? - curioseo.

--No sé, no pareces el típico que se juntaría con mi hijo, yo esperaba a un pardillo - dice con tranquilidad.

--¡Papá cállate y déjalo pasar! - vuelve a gritar Peter.

Subo las escaleras examinando cada detalle de la casa hasta que llego a la habitación de "mi amigo" el cual me estaba esperando en la puerta con una enorme sonrisa, se siente emocionado. Su habitación era rara, había muchos premios de ciencias, figuras de insectos enormes, una impresionante colección de varitas mágicas de Harry Potter, decenas de póster de grupos que nadie conoce y olía a gasolina. Después de pasar a sus aposentos,  enciende la consola con la ilusión de un niño de parvulario sin apartarme la mirada ni un segundo, apuesto mi vida a que soy el primer adolescente que pisa su habitación o la casa en general.