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—Dinah, hola! —Camila sonrió tan pronto como se abrió la puerta. Las dos se abrazaron y luego la morena abrió más la puerta para que la latina entrara.

—Hace falta aquí señora, la casa sin usted no es la misma. —dijo Dinah y Camila sonrió con tristeza.

—Yo también las extraño, y te he dicho que puedes llamarme Camila, señora me hace sentir vieja. —Ambas se rieron. —Por cierto, tengo una propuesta para hacerte antes de que te vayas. —Se sentó en el sofá, acariciando el asiento vacante a su lado para pedirle a la mujer que se sentara.

—¿Una propuesta? ¿Cuál? —Preguntó Dinah con curiosidad.

—Tienes experiencia con clases de baile, ¿no? —La latina levantó una ceja.

—Si lo tengo. Trabajé como profesora de baile en un gimnasio durante un año y medio. Por qué? —Ella preguntó confundida.

—Un amigo mío acaba de abrir un gimnasio en el centro, creo que hace poco más de un mes. Está muy ocupado y quería poner clases de baile, así que está buscando maestros. Le comenté sobre ti, pero no estaba seguro de nada porque realmente no sabía si tenía alguna experiencia con estas cosas, pero dije que te buscaría para hablar. —La latina respiró hondo después de decir todo a la vez, luego continuando. —Entonces, si es lo mejor para ti, deje tu currículum allí. Estoy segura de que serás contratada. —Le sonrió a Dinah que estaba sentada a su lado y le dio unas palmaditas en el hombro antes de levantarse. —Te pasaré la ubicación por mensaje. Ahora voy a llamar a las chicas. —Le dio a la mujer una sonrisa más y luego subió las escaleras.

Tan pronto como abrió la puerta de la habitación de su hija, Amelie y Annelise corrieron hacia ella mientras Olivia se arrastraba con una sonrisa inquieta en su rostro.

—Mamá! —Annelise y Amélie dijeron mientras agarraban las piernas de Camila mientras trataba de moverse para tomar a Olivia en su regazo.

—Dejen que mamá levante a su hermana. —Dijo finalmente deshaciéndose de los brazos de las hijas mayores y tomando a la más pequeña en su regazo, quien le sonrió a su madre. —Sientense aquí chicas, vengan! —Camila se sentó en el sofá cama que se apoyaba debajo del marco de la ventana del dormitorio.

—Mamá, ¿viniste por nosotras? —Preguntó Annelise.

—¿Vamos a tu nueva casa? —La pregunta de Amelie siguió.

Olivia solo murmuró algo incapaz de ser entendido, haciendo reír a Camila y sus hijas.

—Sí, se quedarán con mamá hasta el sábado! —la latina confesó emocionada.

—Cuando mami Lauren regrese, ¿se quedará con nosotras? —preguntó Annelise.

Camila suspiró y dejó caer sus hombros consternada, sacudiendo la cabeza en respuesta y consecuentemente causando que sus hijas tuvieran la misma reacción.

—¡Las cosas entre mamá Camila y mamá Lauren son complejas, Annelise! —Amelie habló.

—¿Que significa esa palabra? —preguntó Annelise mirando a Camila.

—Significa que las cosas entre nuestras madres son complicadas, ¿sabes? —Es como cuando mamá peina nuestro cabello y se queja de que todo está enredado y es difícil de peinar. Las cosas entre ella y mamá son así ahora, pero tía Ally dijo que el Señor Dios va a deshacer el cabello enredado de mamá Lauren con mamá Camila. —Amelie explicó antes que su madre, que ahora sonreía con toda inteligencia de su hija mayor.

—¡Entonces si tía Ally lo dijo es verdad! —Annelise sonrió brillantemente.

—Pero Annelise, ¿entiendes?

The Experiment: It's Not Over Yet [2ª temporada]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora