Capítulo 1: En el Cementerio, las almas te observan.

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YoonGi rió por el comentario que HoSeok había hecho, la sonrisa sarcástica no desapareció de su rostro aún cuando su amigo le vio con indignación—— Que tonterías dices HoSeok. —expreso divertido, pero al otro no le causo diversión la manera en la que YoonGi se comportaba.

—Lo digo de buena fe, hazlo y verás que nada pasará. —pidio con sutileza.

—Ya te dije que no creo en nada de eso. —comento el pelinegro. Pero HoSeok hizo una mueca viendo hacia otro lado.

—YoonGi, todos creemos en algo. —dijo, con un tono más oscuro pero claro— Se que no crees en la iglesia, tampoco de que exista la vida después de la muerte, que no crees en la panspermia, ni que la humanidad tuvo un pasado. Pero, ¿Eso no te hace un ser vacío a caso?. —el chico de cabellos oscuros chasqueo la boca con recelo, por eso mismo no le gustaba contarle nada a nadie, porque ya venían las críticas estúpidas de que era malo no creer ni tener fe. Absurdo.

—¿Eso a caso importa HoSeok? ¿Te molesta que piense así acaso? Por qué si es así aquí la dejamos. —hizo el ademán de levantarse de su asiento, pero su amigo con toda la tranquilidad del mundo lo tomo de la mano sonríendole con cariño.

—Sabes que no, solo quiero que creas en algo, no importa que. Debes creer.

—Suenas igual que mis viejos, ¿En qué siglo crees que vivimos?.

El castaño suspiro con pesadez, era inútil— La época no importa YoonGi. —pero el pelinegro ya no quería escuchar más, el tenía sus razones para pensar de esa manera, cuando él tuvo fe, ¿Donde estuvo Dios? Cuando el creyó ¿A caso se apiadó? Cuando rezo he imploró ¿A caso evito que su amado muriera? No, para nada, así que YoonGi dejo de creer en cuánta mierda religiosa se tratara, no existía el llamado paraíso no existía el llamado Infierno, no existía la vida en otros planetas, no existían los Dioses del Olimpo, no existía nada, nada que tuviera que ver con Deidades.

—Basta por favor. —pidio con la poca paciencia que tenía. HoSeok comprendió un poco, pero él no sabía las razones por las que YoonGi actuaba así, lo conocía de hace dos años, no sabía su pasado ni nada.

—Dejare el tema por hoy. —YoonGi rodó los ojos— Pero eso sí, haz lo que te dije.

—HoSeok, esas leyendas urbanas que te cuenta tu abuela te tienen mal, obvio que no voy a hacer eso.

—Hazlo, reza antes de dormir o el Demonio de los sueños te atormentara toda la noche. —Pidio, bueno, suplico.

—Bien, lo haré. —dijo, HoSeok sonrió creyendo que lo había convencido, pero Min YoonGi mintió, el, no rezo, más bien antes de dormir vio una maratón de películas de terror, eso de rezar no era para el. No, para nada.


[•••]

Min YoonGi camino entre la grana de ese extraño lugar, todo estaba obscuro, pero el seguía caminado sin rumbo alguno, quería hablar pero su voz no salía, hizo el gesto de gritar, y siguió igual, aún confuso por todo, siguió caminando y caminando. A cada paso que daba, la neblina de donde estaba se iba discipando, solo ahí noto, que estaba en la entrada de un Cementerio, uno antiguo y descuidado, las lápidas estaban mal colocadas, habían huesos humanos regados en todas partes, la grana del lugar era negra, una bruma gris se apoderaba de todo el cementerio. Un extraño sentimiento se apoderó de él, tenía miedo, no de donde estaba, sino de quienes estaban ahí, animas, varias de ellas lo redearon, susurraban cosas, algunas gritaban y lloraban. Eso lo aterraba, corrió lo más rápido que pudo, con el aire retenido en sus pulmones, porque el corría y corría pero no avanzaba a ningún sitio.

El tiempo se le hacía largo, su voz no parecía funcionar y fue ahí, donde noto que en una esquina de ese cementerio, donde las almas lo observaban, había alguien, ese alguien parecía reír por su tortura, estaba recostado en un féretro, usaba un saco azul brillante, tan brillante que lo sedujo de una extraña manera, sus pantalones negros ajustados a su cuerpo, esa camiseta blanca que le dejaba ver sus clavículas, pero en especial esa piel pálida brillante, esos cabellos cenizos pero un tanto blancos y rubios que parecían brillar, tenía ojos grises, pero también brillaban. Portaba tatuajes, una cruz en su mano derecha y en la izquierda una mariposa negra. YoonGi sintió su cuerpo helar cuando todo el panorama se volvió mas tétrico, las almas se tiraban encima de él, intentando arrancarle el alma de su cuerpo, quiso escapar, pero se había dado cuenta que no había a donde huir.

Aquel ente, que le veía desde una distancia prudente, empezó a hablar, bajo pero claro, su voz era fina, casi inaudible, un raro escalofrío sé colo por su cuerpo cuando ese ente, chasqueo los dedos y todo desapareció.

YoonGi salto de su cama gritando y sudando, su respiración era agitada, vio a todos lados notando que ya era de día, estaba en su habitación, todo parecía normal. Toco su pecho, sintiendo sus latidos ir más rápido, sudaba demasiado, incluso lloraba.— Solo, solo fue una pesadilla. —dijo, pero las sensaciones fueron tan reales, que no pudo evitar ver a los lados, sintiéndose observado.

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Bienvenidos a Él Demonio de los Sueños, YoonMin.

•Historia Corta.
•Capítulos Cortos.
•Intento de Terror.
•Un poco de Comedia.
•Escenas para adultos.
•YoonGi personaje principal.
•JiMin personaje co-principal.
•Solamente.

El Demonio de los Sueños © |YoonMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora