Jack Frost es un joven veinteañero que creyó haber encontrado el amor de su vida en: Rapunzel Corona, una bella joven que posee un gran corazón y belleza. Sus vidas se unen en matrimonio, cuando Jack creé que tiene la vida perfecta una ilusión surge...
Después de haber encontrado a Elsa besando a Hipo, la dejé...
Me sentía engañado, usado y muy herido, ella solamente se burló de mi y en mi propia cara. A pesar de todo lo que me hizo no he podido dejar de amarla ni un solo instante, es el amor de mi vida aunque me cueste aceptarlo.
Sin ella no puedo seguir por eso cuando la dejé el primer mes caí en una depresión profunda, Rapunzel fue la única que estuvo ahí para apoyarme y asegurarse de que yo estuviera bien. Le pedí perdón a mi padre porque él tuvo razón todo el tiempo, Elsa solamente quería aprovecharse de mi y de que la amaba tanto.
"Gracias por hacer todo lo que pos haces por mi "yo la neta te quiero un chorrotote y espero que no me falles Jack" "sinceramente eres todo lo que pus puedo tener yo ahora" "Lo que te quiero decir es...que te amo".
Su maldita voz esta grabada en mi cabeza, cada noche imagino que es ella la mujer que esta a mi lado y con la que despertaré todos los días emocionado por ver su rostro al amanecer. Nunca me había enamorado antes de ella y ahora sentía que ese amor era una completa tortura, Elsa me condenó a extrañarla para siempre...
Por ejemplo hoy, estaba acostado viendo el techo y lamentándome en silencio porque la mujer que estaba a mi lado no era Elsa sino Rapunzel, a quien a pesar de todo lo que le he hecho sigue estando conmigo y no me abandona. Confieso que en más de una ocasión he querido ir a la isla para aclarar con Elsa desde que punto comenzó a ser una mentira para ella, desde que momento dejó de amarme a mi para irse a los brazos de ese imbécil pero me detengo por Rapunzel porque ella no se lo merece de nuevo. Mi día a día es una rutina, me despierto, desayuno y voy al trabajo todo el día hasta altas horas de la noche.
Mi esposa me espera hasta que yo llegó observando la cena fría que esta frente a ella, intento sonreír y la invito a probar la cena. Ella trata inútilmente de hacerme conversación para después rendirse e irse a lavar los platos, subo a mi habitación para cambiarme de ropa a una más cómoda y Rapunzel entra con una sonrisa coqueta parándose frente a mi.
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Intento con todas mis fuerzas mirarla como meses atrás lo hacía pero nada...
Rapunzel no despierta nada en mi así que la rechazo al principio, después insiste y yo me dejó llevar unos minutos en los que mi mente se desconecta de mi cuerpo y comienza a fantasear con Elsa como la mujer que esta besándome y pasando sus manos por mi abdomen desabrochando todos los botones a su paso.
Imagino a Elsa, la siento, la veo, la escucho...
De pronto no estamos en la mansión ni mucho menos en mi recámara sino acostados en la cama improvisada que hicimos cuando estuve aquella primera semana en su mundo isleño, ella me miraba con sus grandes ojos azules llenos de amor (que tal vez yo me imaginé). De pronto se levantó de la cama y al yo intentar levantarme también me tropecé haciendo que me cayera de regreso a la arena. Entonces Elsa soltaba una carcajada que no era capaz de compararse con ningún otro hermoso sonido melódico.
