25. Desquitando mi furia

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Esa mañana me levanté y arreglé en silencio, no quería despertar a mi mejor amiga porque no quería que se enterará de lo que estaba planeando

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Esa mañana me levanté y arreglé en silencio, no quería despertar a mi mejor amiga porque no quería que se enterará de lo que estaba planeando. No podía quedarme de brazos cruzados, tenía que actuar y darle una lección al desgraciado que la abandonó.

Estaba en frente de la universidad de los chicos, esa vez entré sin problemas gracias al pase que ya tenía. Caminé hacía las gradas con nerviosismo y ansiedad, sabía que debían estar en pleno entrenamiento, pero no me importaba, con cada paso que daba me sentía más decidida.

Llegué a las gradas y volteé mis ojos al ver que Emily se encontraba ahí con otro grupo de chicas.

-Miren quien está por aquí... -estaba segura que esa chica quería que le partiera la cara, mi humor no era el mejor en esos momentos, no necesitaba sus provocaciones-. ¿Vienes a molestar a Cam? -se colocó delante de mí impidiéndome el paso, quería entrar a la cancha, no quedarme a discutir tonterías con ella. Intenté rodearla, pero ella no me lo permitió, me dio un empujón y retrocedí unos cuantos pasos, mi ira estaba aumentando-. Él está conmigo -sonrió.

Escuché como un silbato sonaba, miré hacía la cancha. Varios jugadores se habían detenido en mitad de cancha y estaban mirándonos, no los miré por mucho tiempo porque ya sabía quiénes eran.

- ¿Sí? ¿Y con cuantas más? -me burlé, la miré con desprecio, ella no merecía mi tiempo -, no me hagas perder el tiempo, no me interesa cual es el romance del mes de Cameron. Ten un poco de dignidad, porque si me puso los cuernos contigo, imagina con cuantas te los estará poniendo a ti -no esperé respuesta. La empujé con mi cuerpo y fui directo a la pequeña puerta para entrar a las canchas, pasé por ella sin importarme nada.

- ¡Eh señorita, esto es paso restringido, espere a su novio afuera! -me grito el entrenador.

No le presté atención, caminé enojada con mi vista enfocada solo en una persona, cuando me coloqué enfrente de él su mirada sorprendida y nerviosa me sacó de quicio.

-Daniela... yo... -interrumpí sus palabras con un puño en plena quijada que hizo que se tambaleara, me dolía horriblemente la mano, pero me aguanté.

- ¡Maldito de mierda! -le grité, no estaba sangrando si quiera así que intenté otro método, con mi rodilla le pegué en la entrepierna-. ¡Bastardo de quinta!

No me di cuenta que todos miraban la escena y que el entrenador estaba a mi lado pidiéndome que me retirara o no me dejaría entrar a entrenamientos.

- ¡Me vale una mierda los entrenamientos! -le grité roja de la ira. Él alzó las manos en son de paz y retrocedió.

-Dani... -me jalaron del brazo, al darme la vuelta descubrí que era Cam. Lo empujé.

- ¡Tú ni me toques! -gruñí, la Daniela calmada y reservada se había ido al caño desde que descubrió lo que le habían hecho a una de las personas que más amaba-, ¡¿Cómo pudiste hacerle eso a Paula?! -había perdido el control y casi le daba otro puñetazo de no ser porque Cameron me cargó por detrás.

Corazones cruzadosWhere stories live. Discover now