Capítulo 16

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"Respirando ebriedad"

Viernes 25/12/1998

Dahir le sonríe con amabilidad y conserva la distancia, Ginevra le sonríe apretada y bebe un poco del vino, que sabe más a uva que a alcohol. 

—Ginevra tengo que hablar contigo —dice entre dientes, llevando la copa a sus labios casi de inmediato. Ginevra eleva una ceja imperceptible—. Tengo que explicarte algo…

—¿Algo que le dijiste a mi madre? —su voz suena altanera reclamando el hecho, y Dahir palidece, porque ese tono nunca lo ha usado con el. 

—Si, también… —Ginevra le sonríe con tristeza y niega. 

—Después, Jeffers. 

Se aferra a su copa y le da la espalda, Dahir de inmediato toma su muñeca y encuentra la mirada incrédula de Ginevra. 

Ginevra encuentra confusión y tristeza, está tan desorientado que su mirada no puede ocultarlo y casi olvida que están en casa de su tía, que están en un salón repleto de personas metomentodo, que Harry está en alguna parte del salón. Sus mejillas enrojecen por el recuerdo del beso ardiente que se dieron sin ningún reparo. Parpadeó, volviendo a ver los ojos de Dahir y no los de Harry frente a ella. 

Retira su mano y después su mirada, comenzando a caminar al pasillo oscuro que guía a la cocina. Está segura de que nadie en el salón la va a seguir hasta ahí, necesita algo para calmar su corazón, necesita silencio para pensar y ordenar su mente. Busca por inercia a Harry entre la multitud mientras camina al pasillo, lo ve lejos, medio aturdido, hablando con un señor que no para de reír a carcajadas. Después quiere abofetearse por buscarlo, se reprende por querer ir con él, se convence de que lo hace porque Harry ha sido lo único estable en su vida últimamente, y ahora cree que todo lo que tenga que ver con él se relaciona con la calma. 

Quiere echarse a llorar de sólo imaginar lo patética que luce. 

Ron intercepta a Harry casi inmediatamente después de que se aleje del señor Byron. 

—Iremos con Sofía, Harry ¿Te esperamos? —Harry niega y aparta a Ron por los hombros, completamente sumido en el aturdimiento.

Ron frunce el entrecejo y toma a Harry por el brazo. 

—¿Estás bien? —pregunta. Harry comienza a escuchar un zumbido en sus oídos, puede imaginar un rompecabezas armandose en su mente, con mentiras por todas partes.

Ginevra no llega al final del pasillo cuando tiene que detenerse para recargar su espalda, le cuesta respirar y de verdad quiere ir con Harry, decirle que se vayan tan lejos como sea posible, que ni su madre o incluso Dahir la encuentre. Está tan confundida. Debería querer irse con Dahir, debería querer estar al lado de su madre, debería querer estar lo más lejos posible de Potter, debería…

—Oh, Ginevra —Ginevra brinca contra la pared y su vista se aclara, las lágrimas acumuladas desaparecen con cada parpadeo.

Miles Jeffers le sonríe pequeño desde el comienzo del pasillo, Ginevra se aleja de la pared y se limpia las manos en el vestido. Miles se acerca lentamente sin borrar su sonrisa, sus ojos viajan por los hombros descubiertos, el escote, la cintura estrecha, la curva de las caderas y la caída del vestido de Ginevra con la misma tortuosa lentitud, de repente la pelirroja no tiene dificultad para respirar, más bien comienza a acelerarse demasiado.

Y es que cuando el señor Jeffers vuelve a mirarla a los ojos se ve completamente diferente brillante, tenebroso, oscuro y malicioso. Le cosquillea el estómago con temor y solo puede pensar en correr, pero no hay salida. No puede gritar, su voz está atorada en su garganta y teme hacer un escándalo en la casa de su tía, Miles se acerca cada vez más. Quiere que alguien la ayude, necesita a Harry, no confía en Dahir, necesita a Harry. 

Complicado [Harry&Ginny] © UADonde viven las historias. Descúbrelo ahora