Capítulo 9.

5.1K 534 37
                                    

Al abrirse la puerta pudo escuchar el sonido de disparos y cosas cayendo, gritos y chillidos le dieron la impresión de estar a punto de pasar a los territorios del infierno. Tratando de evitar encontrarse en el foco de batalla, corrió en sentido contrario, utilizaría la salida que el médico pensaba usar para secuestrar a los pequeños.

Sin toparse con ninguna alma viva, llego hasta la parte donde estaban las bodegas de suministros, el sonido de una explosión le indico que las defensas del edificio estaban llegando al punto de no poder soportar. En una oración silenciosa pidió de todo corazón no estarse equivocando en su decisión, el ojo vigilante que le perseguía, sabría que él había salido y dejaría en paz a sus cachorros. En ello depositaba todas sus esperanzas.

En el fondo de las bodegas encontró lo que buscaba, la puerta por donde se descargaba los camiones, estaba bien cerrada, imposible salir por allí, al parecer JeongGuk no iba a permitir que esta fuera usada por segunda vez para salir a hurtadillas del edificio. Dejándose caer en las frías losas sintió como la presencia que le buscaba, presionaba a los suyos para que lo sacaran de allí.

Justo cuando Yoongi estaba a punto de perder la esperanza, recordó la pequeña ventana que había visto en la bodega de las conservas donde de sabía escondido con los cachorros después de quitárselos al doctor. Si todavía no habían terminado con las reparaciones, la suerte le estaría sonriendo.

La puerta no estaba asegurada, así que sin perder tiempo corrió dentro. Al fondo, justo detrás de un pesado mueble encontró lo que buscaba, al parecer todavía no terminaban de hacer las soldaduras, de seguro tan pequeño. Convocando su forma animal, el felino paso sin ningún problema por el estrecho espacio.

En el patio las cosas estaban justo como las vio en su visión, enorme aves negras luchaban contra los guerreros que desde el suelo, unos a punto de pistola y otros al filo de espada, luchando contras esas ignominiosas criaturas. El rugido de un enorme tigre lleno el aire, apartando la vista del cielo, Yoongi corrió alrededor del edificio buscando el lugar de donde provino el sonido. Allí encontró a su JeongGuk peleando a muerte contra otro tigre del mismo tamaño.

Desde que era niño, solo se preocupada de él mismo, pero ahora tenía pareja y cachorro a los que cuidar y proteger. Llenando sus pequeños pulmones felinos de aire, decidió actuar con valentía y como el adulto que en cuestión de horas sería.

Las aves tenían a Ji Hoon y a Ayko a punto de claudicar, varios guerreros estaban gravemente heridos, las baldosas del suelo estaban manchadas de sangre y cubiertas de plumas negras. Justo cuando el castaño estaba por llamar a Jinyoung para despedirse, quedo de una pieza al ver como las aves salían del lugar, como si una fuerza invisible les atrajera con la misma fuerza que les había impulsado a entrar.

El abogado y el tigre se miraron uno al otro en una pregunta sin palabras. Los guerreros que estaban sobre el suelo fueron atendidos, los que estaban en condiciones de cambiar salieron del edificio buscando a los enemigos en retirada.

Las aves volaban sobre el cielo nocturno impidiendo ver la belleza de las estrellas, solo la lucha entre los tigres rompía el silencio sepulcral que cayó sobre el patio complejo.

JeongGuk le había causado a Alastor varias heridas graves en el lomo, cualquier otro tigre hubiera desistido. Los ojos de rubí en el talismán, que colgaba del cuello del mayor de los tigres, brillaban de una manera que recordaba dos gotas de sangre. El tigre más viejo parecía insensible al dolor o a la pérdida del preciado líquido, se veía enajenado, como si estuviera más allá de sí mismo.

Para el total horror de Yoongi, el tigre que luchaba con JeongGuk tenía la piel hecha girones, pero no se rendía, en uno o dos golpes de suerte le había logrado hacer algunos cortes a su pareja. Sin importar la diferencia de tamaño el joven gato montés actuó por puro instinto, abalanzándose sobre la enorme mole sanguinolenta, clavo los colmillos justo donde debía ir la vena del cuello.

Cuándo el tigre probó a su gato || Kookgi #2Where stories live. Discover now