Epílogo

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Yoongi se movía como solo un tanque ruso podría hacerlo, estaba tan gordo que parecía una pelotita. Hoy era un día especial, había organizado un almuerzo al aire libre y el sol brillaba en el cielo como si hubiera formado parte de la coordinación del evento. Jimin y Taehyung vendrían con los gemelos de visita, los cachorros del tigre saltaban emocionados ante la perspectiva de juegos y travesuras con sus primitos los lobos.

Para JeongGuk su pareja la había dado experiencias nuevas, jamás hubiera podido imaginar que el sanguinario grupo de tigres estuviera organizando una parrillada e invitado a los pulgosos lobos. Todo esto es porque el gatito embarazado se había puesto a llorar cuando vio a los cachorros del tigre jugando en el patio mientras él jamás llegar a conocer a sus sobrinos. Antes de que el alfa pudiera coordinar algún pensamiento, a las hembras de la manada llamándolo "insensible" y cosas peores. Así que para su paz mental, se vio implementando todo un plan diplomático con los lobos, una suerte que Jimin haciendo alarde de lo malcriado que podía llegar a ser, le había montado todo un drama al alfa de los lobos para que lo dejaran ver a su hermanito.

Todo pensamiento coherente dejó la cabeza de JeongGuk al ver llegar a su pequeño amor moviéndose entre las mesas, con una agilidad algo tambaleante causando por el gran bulto que tenía en el vientre. Sólo para hacer que la imagen fuera más dulce, los cachorros del tigre en sus formas animales seguían a Yoongi como si fueran los guardaespaldas de su papi.

—¿Cómo van las cosas aquí?— jadeo Yoongi por el esfuerzo, moverse cada vez se le hacía más difícil.

El alfa se separó de la parrilla que estaba llenando de carbón, para abrazar a la pequeña cosita franqueada por tres feroces tigres que no pasaba de los tres años de edad.

—Todo aquí está perfectamente controlado— hablo el alfa justo después de robarle un beso a su mimosa pareja —¿Cómo se están portando estos hombrecitos?— dirigió una mirada cariñosa a los tres tigres que jugaban a las atrapadas mientras su papá se encargaba de su papi.

La risa de Yoongi era clara, estaba tan lleno de vida que a JeongGuk casi le parecía verlo brillar. El doctor les había explicado que el gatito era un chamán, su cuerpo entero estaba lleno de magia, la explicación para el embarazo fue tan simple como decir que el gatito había deseado entregarse a su pareja, y que cuando recibió la semilla, la guardo dentro de su ser, es entrando una nueva vida. Ante la explicación el tigre no pudo más que jurarle a la diosa luna que cuidaría del gran tesoro que le había sido entregado.

—¿Estás bien? — Se encogió para poder poner la nariz en el cuello del hombre más pequeño, aspirando el aroma dulce cerró los ojos. El tigre dentro de JeongGuk ronroneo sin ninguna vergüenza, los centinelas que estaban ayudando con el asado de la carne, miraban y sonreían algo celosos.

—Estoy bien— se separó del cuerpo cálido de su amante —El bebé está feliz con todo este ajetreo— se tocó la panza en un gesto protector — Y sus hermanos lo alientan. A veces me patea tan fuerte que creo que ya está desesperado por salir a jugar con estos pequeños terremotos.

El tigre se puso de rodillas, tomando con sus grandes manos el bultito, le dio un beso breve a su hijo que vivía protegido dentro del cuerpo de Yoongi —No le des problemas a tu papi— advirtió al cachorro —Mira que si te portas bien te llevaré a nadar al lago junto con tus hermanos— en respuesta una patadita suave golpeó a través de la piel tensa del vientre.

— Éste, es tu cachorro— le defendió Yoongi —Lo más que puedes pedirle es que "intente" portarse bien.

—Dame algo de crédito— hablo JeongGuk poniéndose de pie —No mate al último idiota que entró a nuestro territorio sin permiso.

Cuándo el tigre probó a su gato || Kookgi #2Where stories live. Discover now