"Avanzando"

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Avanzando


Después de que Tony despertó comenzó una serie de tratamientos para recuperar sus habilidades motoras y cognitivas; el fisioterapeuta, la kinesióloga, el fonoaudiólogo y la terapeuta ocupacional hacen un excelente trabajo, Tony lleva viviendo con nosotros 3 meses, 4 en recuperación, y con mucho esfuerzo al día de hoy ya puede hacer cosas por cuenta propia: caminar apoyándose en las muletas, comer casi sin ayuda y decir frases completas. Puede que no suene a mucho, pero para nosotros es un gran avance.

Sinceramente no todo ha sido color de rosas, Tony se frustra con facilidad y muchas veces he tenido que lidiar con sus rabietas y crisis de ansiedad, ser el blanco de sus malos momentos, a ratos, es agotador. Por otro lado, Peter ha sido un pilar fundamental, él es su principal motivo para salir adelante y si no fuera por él creo que ya ambos estaríamos vueltos locos por el estrés.

Hemos tenido unas cuantas discusiones, varias de hecho, en ninguna ha estado presente Peter y en más de alguna Tony me ha pedido que me vaya lejos y no regrese, no con esas palabras precisamente. Y lo entiendo, realmente lo entiendo, le fallé, le fallé cuando más necesitaba de mí. No me justifico, no tengo justificación y merezco todo su desprecio, pero no me alejaré, no dejaré que esto termine sin haberlo dado todo.

***

Hace unas semanas nos visitó Strange, me saludó con frialdad y me pidió que lo dejara a solas con Tony. Estuvieron hablando por horas en el living y al irse me dijo que si hacía algo que lastimara a Tony nuevamente me las tendría que ver con él. No mentiré, estaba celoso, no porque pensara que estaban haciendo algo, sino porque hacía tanto tiempo que no podía estar así con Tony, tranquilos, conversando sin preocupaciones, sólo acompañándonos el uno al otro disfrutando de la paz que eso trae.

— ¿Entendido, Rogers? —salí de mi letargo y asentí

—No tienes de qué preocuparte Strange. —Tony se puso de pie con la ayuda de sus muletas, me acerqué para ayudarle y se negó diciendo que podía hacerlo solo. Se acercó a Strange y este acarició su mejilla <Cuídate Mucho, Anthony> dijo antes de hacer un portal y desaparecer. Ese gesto me hizo sentir pavor, sentí que estaba perdiendo a Tony y con un vacío en el estómago me fui hacia la cocina, me serví un vaso de agua y lo bebí de un trago, mi respiración estaba acelerada, traté de calmarme, no reaccionaría de forma irracional, no me correspondía, no tenía ningún derecho.

—Steve... —me llamó Tony desde la puerta y apreté el vaso más de la cuenta— ¡Steve!

—Lo siento, no es nada, sólo no controlé mi fuerza, lo siento, lo siento Tony, yo no... —sentía que me faltaba el aire.

—Steve, cálmate —Tony tomó un paño limpio de cocina y presionó mi mano con él— ¿Qué pasa contigo? —Miré sus ojos castaños preocupados, le abracé tomando su cabeza, apoyándola en mi hombro y le dije que tenía miedo— ¿miedo? ¿Tú tienes miedo? ¿De qué rayos tienes miedo?

—De perderte, de que te des cuenta de que Strange es mucho mejor que yo y te vayas con él, o que simplemente me dejes y ya, porque no te merezco... no te merezco.

—Steve, cometiste un error, yo mismo he cometido muchos, muchísimos errores, y no te condenaré por cometer un error. Me duele, si, duele mucho, porque te idealicé tanto que nunca me imaginé que podrías llegar a fallar, podría haberlo esperado de cualquiera, menos de ti, y eso es lo que más duele. Y eso no te hace malo, te hace humano, errar es humano, todos nos equivocamos, unos más que otros y en diferentes áreas de nuestra vida. Nadie es perfecto, ni siquiera tú, y ahora lo sé. Pero...

— ¿Pero...?

—Pero me es difícil, perdonarte es difícil, no imposible, claro que no, pero sí difícil. —Llevó su mano a mi mejilla y recogió mis lágrimas con el pulgar— Sólo te pido un poco de tiempo, y que no te apartes. No me dejes por nada del mundo, y perdón si has tenido que aguantar mis rabietas, mis malos ratos, y hasta mi desprecio.

—No pidas perdón, no te corresponde, soy yo que el que debe hacerlo.

—Ambos, ambos debemos perdonarnos. Prometo hacer mi mejor esfuerzo para hacer que todo resulte bien y necesito que tú también lo prometas, y lo cumplas.

—Lo haré, haré lo que sea, lo que sea con tal de no perderte.

—Sé que lo harás, podrías hacerlo todo el día, todos los días. —y me regaló una sonrisa, esa misma sonrisa con la que me cautivó la primera vez— Ahora bésame y deja de llorar.

***

Hoy es sábado y estoy preparando el desayuno, supongo que el aroma ha llegado hasta la habitación porque veo a Tony entrar a la cocina por el rabillo del ojo, deja su muleta apoyada en la mesa y me abraza por la espalda. Adoro cuando hace cosas así y no puedo evitar sonreír. ―Buenos días― digo animado, pero Tony no responde ― ¿qué pasa? ― dejó un momento lo que hago para darme vuelta. Veo su mirada decaída y acaricio su mejilla. ―Hey... ¿qué ocurre?

—Lo siento.

―No sé a qué te refieres.

―A lo de anoche. ―Sonrío y le abrazo.

―No tienes que pedir disculpas.

―Es que, tú querías, y yo también... pero... ―lo atajé antes de que siguiera.

―Tony, no tienes que disculparte por eso. Ven acá ―tomé sus manos y comencé a retroceder lentamente hasta sentarme en una silla, se sentó a horcajadas sobre mis piernas, besé su mejilla y le rodeé con mis brazos― No quiero que te disculpes por eso.

―Pero...

―No. ―acaricié su mejilla con el canto de mi mano― ¿Estoy ansioso? Claro que lo estoy. ¿Puedo esperar? Por supuesto que puedo. Debes tomarte tu tiempo, y yo iré a tu ritmo. No quiero que te sientas forzado a nada. Tony, te amo, quiero que estés feliz y que te recuperes, no importa cuánto tiempo tome. ¿De acuerdo?

Tony cruzó sus brazos por mi cuello y apoyó su frente contra la mía ―Te amo.

―Yo te amo más ―moví un poco mi cabeza para rozar nuestras narices y sentí la luz del flash― ¿Más fotos para el álbum? ―le pregunto divertido a Peter.

― ¡Si! ―dijo entusiasmado y se acercó a nosotros— ¡Quiero una selfie de nosotros tres!

Tomamos desayuno los tres juntos como de costumbre, ordenamos lo poco que habíamos desordenado y Peter se encargó de recordarnos que habíamos prometido adoptar un cachorro, Tony rodó los ojos <esto es tu culpa> dijo, tomó las llaves del auto y me las lanzó. —Vamos.

— ¿A dónde vamos?

—Al refugio, hay un cachorro esperando por Peter.

Peter comenzó a saltar cual conejo celebrando, fuimos al refugio y escoger sólo un cachorro entre los muchos que ahí había fue complicado, finalmente se decidió por un mestizo entre bóxer y labrador que, según Tony, nos traería muchos dolores de cabeza, pero eso era lo que menos importaba al ver la gran sonrisa que Peter llevaba en su rostro.

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